Todos estamos esperando a que el Señor venga a arrebatarnos al reino de los cielos, donde no tendremos dolor ni tristeza y disfrutaremos de Su gracia y bendiciones eternas… Entonces, ¿sabes qué tipo de personas pueden entrar en él? Leamos juntos lo que dice el Señor.
1. “Benditos son los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3).
2. “Benditos son los que son perseguidos debido a la justicia porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:10).
3. “En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3).
4. “No todos los que me digan Señor, Señor, entrarán en el reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de Mi Padre que está en el cielo” (Mateo 7:21).
5. “[…] el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo toman a la fuerza” (Mateo 11:12).
Las palabras del Señor Jesús nos dicen claramente los estándares para entrar en el reino celestial, ¿los has logrado?
Si tienes opiniones o sugerencias sobre el contenido que estás navegando, te invitamos a comunicarte con nosotros; si te encuentras con algunas confusiones o problemas en su fe y vida, también puedes contactarnos en cualquier momento, y alguien te ayudará a resolver tus preguntas en línea. ¡Que el amor de Dios esté con nosotros!
Hermanos y hermanas, he estado leyendo el Libro de Job, cuando últimamente he estado practicando devociones espirituales. Siempre que veo que Dios elogiaba a Job como una persona virtuosa, perfecta y recta quien le temía a Dios y rechazaba el mal, lo admiro mucho de corazón, y también desea aprender de él. Veo que Job tenía una gran fe en Dios. Cuando perdió su ganado y sus ovejas por todas las montañas, su riqueza incalculable y hasta sus hijos e hijas, no pecaban con sus palabras culpando a Dios, y se mantuvo como testigo mudo hacia Dios. Durante la dificultad hasta dijo palabras con peso y testimonio tal como, “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21). Cuando sufrió de gran dolor ocasionado por una maligna sarna sobre todo su cuerpo, su esposa le dijo que renunciare a Dios y traicionara a Dios, pero en lugar de hacer eso, Job le dijo a su esposa, “También recibimos el bien de Dios, ¿y el mal no recibiremos?” (Job 2:10). De esto observó, que no importa cuales grandes sufrimientos y tribulaciones con cuales Job enfrentaba, hasta en frente de la muerte, él podía mantener su integridad por medio de la fe y no se reveló en contra o se opuso ante Dios. La fe de Job era de admirar mucho. Sin embargo, me veo a mí mismo. Aunque he creído en el Señor durante muchos años, mi fe en el Señor aún es muy poca. En mi trabajo y mi vida, cuando me enfrento con circunstancias desafortunadas que dañan mi reputación y mi interés, o sufro de alguna enfermedad y tribulaciones, aunque no diga nada, aun malinterpretare y culpare a Dios en mi corazón y solo soy incapaz de obedecer. Solo cuando reflexiono en mí mismo después, es cuando puedo ver que mi fe en Dios es realmente deplorable y está a mundos lejos de aquel de Job. Si Dios me permite enfrentarme a pruebas en el futuro, ¿Cómo podré atestiguar para satisfacer a Dios con semejante fe? Si no puedo, seré el hazmerreír de Satanás y no obtendré la aprobación de Dios. Entonces, ¿Cómo puedo tener verdaderamente fe en el Señor? Si los hermanos y hermanas entienden esto, por favor compartan conmigo. ¡Gracias!
Cartel: Zheng Xun
Fang Liang:
¡Gracias a Dios! Zheng Xun, al momento que entré en el foro vi su publicación. Esta realmente organizado por Dios. Yo tuve la misma pregunta que la suya anteriormente. Pero gracias a la orientación de Dios y después estudie la Biblia detenidamente, ore fervientemente, busque y compartiendo junto con mis hermanos y hermanas, comprendí sobre cómo tener fe verdadera. Ahora, me gustaría compartirlo con ustedes. Y si alguno de los hermanos y hermanas interesados en esta publicación tienen un buen entendimiento, pueden amablemente unirse a nosotros y juntos compartirlo para así poder aprender el uno del otro.
Del libro de Job sabremos que cuando Job se sometió a las pruebas de Dios, ya tenía setenta años de edad. Cuando todas sus propiedades e hijos fueron arrebatados, hasta cuando su cuerpo estaba cubierto de llagas, aun alababa el nombre del Dios Jehová y mantuvo la manera de temerle a Dios y rechazar el mal. Esto estaba totalmente vinculado con la atención prestada para conocer a Dios a través de experiencias prácticas en su vida cotidiana. Las palabras memorables de Job: “Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito” comprobó que su conocimiento de Dios no era ambiguo, pero práctico, que su conocimiento de Dios gobernando y controlando todo era real. Job claramente sabía en su corazón que todas sus propiedades, ganado, casas e hijos fueron concedidos por Dios. Todo aquello no lo obtuvo por su trabajo laborioso y esfuerzo. Sin el favor y la gracia de Dios, no importa cuán duro haya trabajado, cuánto pagó, no hubiese adquirido nada. Esto es de lo que Job estaba bastante seguro dentro de su corazón. Entonces, cuando Dios lo bendijo, él alabó el nombre de Dios; cuando su propiedad y ganado fue robado y mataron a su servidumbre, él no negó a Dios o renegó el nombre de Dios, tampoco trató de rescatarlos. Lo aceptó de Dios, desgarrándose su tela, afeitándose la cabeza y luego inclinándose para alabar a Dios. Esto nos hace realmente ver que fue porque Job honró a Dios como grandioso y tenía un corazón temeroso a Dios, que durante las tribulaciones y pruebas fue capaz de obedecer a Dios totalmente, no mantuvo ningún malentendido o quejas hacia Dios y dijo las siguientes palabras: “Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito” Se puede observar al mismo tiempo de que la fe de Job en Dios era verdadera y que su fe estaba basada en el conocimiento verdadero de la soberanía de Dios.
Zheng Xun:
¡Gracias a Dios! Después de leer lo que ha compartido con nosotros, me siento mucho más mejorado. Yo sé que la razón por la cual Job tenía fe verdadera en Dios fue porque la tenía conocimiento de la soberanía de Dios. Job admitió que no importa si recibiese bien o mal, era controlado y dispuesto por Dios, para poder ser un verdadero testigo de Dios en las pruebas. Esto también me hace entender del porque Dios elogiaba a Job como una persona que le temía a Dios y se apartaba del mal: Él nunca abandonó a Dios, nunca hizo nada para rebelarse o oponerse a Dios bajo ninguna circunstancia: pero en lugar de eso sostuvo un bello y resonante testimonio de Dios, confiando en su verdadera fe y humillo y venció a Satanás por completo. ¡De hecho, vale la pena imitar su fe!
Fang Liang:
Zheng Xun, ación es pura. ¡Gracias por la iluminación de Dios!
Zheng Xun:
Fang Liang, tengo otra pregunta: Como Job nunca había visto a Dios y en esos tiempos no existían ningunas reuniones a que asistir y ningunas escrituras que leer, entonces ¿cómo comprobó la existencia verdadera, ver el poder de Dios y conocer el dominio de Dios sobre todas las cosas? Les agradezco que compartan más al respecto.
Fang Liang:
Está bien. Aunque Job nunca hubiese visto a Dios ni asistió a reuniones o leyó escrituras, mucho menos experimentó la obra de Dios en persona, no afectó su entendimiento de la existencia real de Dios, o afectó su conocimiento del poder y autoridad de Dios.
En la vida diaria de Job a través de observaciones concretas y a través de experimentar, sentir y conocer la soberanía de Dios en todos los milagros en su vida, él confirmó la realidad de la existencia de Dios, el hecho de que Dios es la fuente de la vida humana y que es Dios quien dirige todas las cosas, suple todas las cosas y tiene dominio sobre todas las cosas.
El Libro de Job tiene anotado: “Con Dios está la sabiduría y la fortaleza; Suyo es el consejo y la inteligencia. He aquí, él derribará, y no será edificado: Encerrará al hombre, y no habrá quien le abra. He aquí, el detendrá las aguas, y se secarán; El las enviará, y destruirán la tierra” (Job 12:13–15). “El es sabio de corazón, y poderoso en fortaleza, ¿Quién se endureció contra él, y quedó en paz? Que arranca los montes con su furor, Y no conocen quién los trastornó: Que remueve la tierra de su lugar, Y hace temblar sus columnas: Que manda al sol, y no sale; Y sella las estrellas: El que extiende solo los cielos, Y anda sobre las alturas de la mar: El que hizo el Arcturo, y el Orión, y las Pléyadas, Y los lugares secretos del mediodía: El que hace cosas grandes é incomprensibles, Y maravillosas, sin número” (Job 9:4–10). “Dios entiende el camino de ella, Y él conoce su lugar. Porque él mira hasta los fines de la tierra, Y ve debajo de todo el cielo. Al dar peso al viento, Y poner las aguas por medida; Cuando él hizo ley á la lluvia, Y camino al relámpago de los truenos:” (Job 28:23–26). Las palabras de Job comprobaron que él se enfocaba prácticamente en sentir y conocer la soberanía de Dios y de todas las cosas creadas por Dios y el compás de estas en su vida cotidiana. Él vio que Dios puede secar el agua, mover montañas y sacudir la Tierra, que Dios controla el amanecer y el anochecer, la luna y las estrellas, y que Dios domina al viento y la lluvia, los relámpagos y los truenos. Por todo esto, él se dio cuenta de que: las obras de Dios están en todos lados, la sabiduría de Dios es milagrosa e inimaginable y el poder de Dios no puede manifestarse por nadie. Así es como él aseguró la existencia verdadera de Dios. Además, Job también puso estos entendimientos de la soberanía y poder de Dios en práctica en su vida: Él creía que la riqueza que había obtenido durante toda su vida fue concedida por Dios y de Dios; no fue obtenido por su arduo trabajo ni tampoco determinado por su propia inteligencia y sabiduría.
Por lo tanto, Job pudo confirmar la existencia verdadera de Dios y vio el poder y soberanía de Dios sobre todas las cosas, esto fue logrado por su práctica acumulada al usar su corazón para apreciar todos los entornos que Dios le arreglaba todos los días, y por su experiencia positiva de aquellos entornos. El entendimiento de Job verdadero de todas estas experiencias se tornó en la fuente de su fe verdadera.
Li Qing:
Me he beneficiado mucho de lo que ha compartido Fang Liang. Resulta que la fe de Job no se había formado en un momento, ni tampoco llegó a existir sin algún fundamento; fue obtenido debido a su búsqueda diaria de conocer el dominio de Dios y a través de su experiencia práctica. En el pasado, solo supe que la fe de Job era grande pero no sabía cómo se produjo su verdadera fe. A través del mensaje de hoy, comprendo que la fe verdadera llega por experiencia, no se produce por gritar lemas, ni obtenidos solo por nuestra voluntad. Aunque la mayoría de los creyentes en el Señor, conocen las palabras memorables de Job muy bien y hasta pueden recitarlas, ¿cuántos de ellos pueden mantenerse firmes en tal prueba tan grande y aun conservar la fe en el Señor como los hizo Job? Esta es realmente una pregunta. La bendición de Dios es fácil de aceptar naturalmente para nosotros, pero la toma de Dios no lo es. Especialmente cuando Dios fija algunas dificultades, tribulaciones y pasar por mejoras de enfermedades, si no tenemos un entendimiento y experiencia sólida del dominio de Dios, entonces será muy difícil para nosotros someternos por fe.
Liu Fei:
Solo pasando de largo. Estoy de acuerdo respecto a la pregunta que están analizando. La comunicación de Fang Liang me recuerda un ejemplo de los granjeros quienes han cultivado sus tierras durante sus vidas enteras. Ellos saben muy bien cuales siembras deben plantarse y que tipo de fertilizante se debe utilizar en tierras distintas, pero no pueden adivinar si tendrán una buena cosecha. Finalmente, concluyeron que “La siembra depende del hombre, la cosecha depende de los Cielos”. También eso, es obtenido de la experiencia práctica. Asimismo, la verdadera fe de Job en Dios, también le vino de su propia experiencia en la vida real. Era algo basado en el conocimiento práctico en vez que en una imaginación imprecisa. Job persistió en conocer a Dios y convirtió su corazón que reverenciaba a Dios. Al final, él tenía una fe verdadera en Dios y recibió la aprobación y bendiciones de Dios.
Zheng Xun:
¡Gracias a Dios! ¡Mientras más compartimos respecto a la verdad, más se esclarece! A estas alturas me he dado cuenta del porque aun puedo culpar al Señor cuando tengo decepciones, enfermedades o dificultades. Es porque solo tengo conocimiento de boca de que Dios es Todopoderoso y Dios mantiene la soberanía sobre todas las cosas, pero yo nunca trato de conocer la soberanía de Dios en mi vida real. Respecto a los muchos aspectos de la verdad, yo solo tengo algún conocimiento doctrinario, en lugar que experiencia práctica. Ya que no tengo verdadero conocimiento de Dios, mi fe en Dios realmente es muy poca.
Fang Liang:
¡Sí! Si queremos ser personas como Job quien le teme a Dios y rechaza el mal, quien puede mantenerse firme y atestiguar en varios entornos, pruebas y tribulaciones dispuestas por Dios, debemos creer que todas las cosas que tenemos son concedidas por Dios y vienen de Dios; así que Él puede dar y también quitar. Esto lo debemos saber y tener esa actitud hacia la soberanía de Dios. Entonces, cuando virtualmente lo experimentamos en las personas, asuntos, cosas y entornos en los que nos encontramos todos los días, podemos tratar cada uno de ellos con una sensatez como la de Job. No importa si recibimos bendiciones o sufrimos infortunios, podemos obedecer las disposiciones de una perspectiva de un ser creado sin tener opción y exigencias, y así no nos quejaremos de Dios. De esta manera, podemos deshonrar a Satanás por lo que hacemos y podemos ser verdaderos testimonios de Dios y obtener la aprobación de Dios con naturalidad.
Zheng Xun:
¡Gracias a Dios! A través de nuestra hermandad de hoy finalmente sé la razón del porque he creído en Dios por tantos años, pero mi fe se mantiene igual. También llegue a conocer el origen de la fe y conseguí la manera de practicarla: De ahora en adelante, pondré en práctica las palabras de Dios en mi vida real, aplicaré mi conocimiento de Dios en mí mismo y en las cosas prácticas con las que me encuentre. Solo haciendo esto podré obtener más y más conocimiento de Dios y fe en Dios. Gracias por el liderazgo de Dios. Hoy he obtenido tanto. Estoy ansioso por compartir con ustedes de nuevo. ¡Adiós, a todos!
Señales antes del fin | Las 5 señales de las profecías bíblicas de la venida del Señor se han cumplido
Por Zheng Xun
Ahora nos encontramos al final de los últimos días y muchos hermanos y hermanas que creen sinceramente en el Señor y esperan Su regreso seguramente deben estar pensando en esta cuestión. En el capítulo 22, versículo 12 del Apocalipsis, el Señor Jesús profetizó: “He aquí, yo vengo pronto”. El Señor nos prometió que vendría de nuevo en los últimos días; así pues ¿ya ha vuelto? Esta pregunta es muy importante para nosotros los cristianos, así que, ¿cómo sabemos exactamente si el Señor ha regresado o no? En realidad, el Señor Jesús ya nos lo ha dicho a través de las profecías bíblicas y, si reunimos todos los datos y los ponderamos seriamente, entonces encontraremos la respuesta.
1. La aparición de la guerra, el hambre y los terremotos
En Mateo, capítulo 24, versículos del 6 al 8, dice: “Y habréis de oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es sólo el comienzo de dolores”. Los desastres que se han producido en todo el mundo en los últimos años son cada vez más graves y, para horror del hombre, los terremotos, las inundaciones, las sequías, los incendios forestales, las hambrunas y los brotes de enfermedades son frecuentes y están muy extendidos. El mundo se encuentra en un estado cambiante y turbulento, y la guerra, los actos violentos, los conflictos regionales y los atentados terroristas se producen con frecuencia y siguen agravándose. Por ejemplo, en abril de 2015, dieciséis estados de Estados Unidos descubrieron que tenían el virus de la gripe aviar y los expertos dictaminaron que aquel era el peor brote de gripe aviar en Estados Unidos en 30 años. El 25 de abril de 2015, un terremoto de 8,1 grados en la escala de Richter tuvo lugar en el centro de Nepal, causando alrededor de 9.000 muertos y 22.000 heridos. Fue el mayor desastre natural que ha golpeado a Nepal en más de 80 años. Entre noviembre de 2015 y julio de 2016, París, Bruselas y Niza sufrieron varios atentados terroristas que causaron la muerte de al menos 200 personas y más de 700 heridos. En abril de 2016, la India experimentó su peor sequía en 40 años, lo que provocó que más de 300 millones de personas tuvieran problemas para encontrar agua suficiente para beber. Del 4 al 6 de febrero de 2017, debido a las fuertes nevadas, se produjeron una serie de avalanchas a lo largo de la frontera entre Afganistán y Pakistán que causaron la muerte de más de 100 personas y afectaron a 2.617 familias, lo cual dio un total de 15.702 personas. Al amanecer del 1 de abril de 2017, las inundaciones y los deslizamientos de tierra causados por las fuertes lluvias afectaron a Mocoa, Colombia, causando al menos 316 muertos, 332 heridos y 103 desaparecidos. Fue el tercer desastre relacionado con el clima en la historia de Colombia y es considerado el peor que haya afectado a Mocoa. Es precisamente la frecuencia de estos desastres lo que sirve como un recordatorio a la humanidad por parte de Dios y a partir de ellos vemos que esta profecía bíblica se cumplió ya hace mucho y que el Señor ha regresado.
2. La restauración de Israel
En Mateo, capítulo 24, versículos del 32 al 33, dice: “Y de la higuera aprended la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que El está cerca, a las puertas”. Como todos sabemos, se habla de la higuera que extiende sus hojas en referencia a la restauración de Israel. Israel fue restaurado el 14 de mayo de 1948. Estas escrituras nos dicen que cuando veamos a Israel restaurado, el Hijo del Hombre está a la puerta. Ya han pasado 70 años desde que Israel fue restaurado; hace 70 años, el Señor estaba a la puerta, entonces ¿no ha regresado ya hace mucho? Está muy claro que esta profecía del regreso del Señor Jesús también se ha cumplido.
3. Será predicado este evangelio en todo el mundo
En Mateo, capítulo 24, versículos 14, dice: “Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin” “Este evangelio […] se predicará en todo el mundo” significa que cuando en todo el mundo se haya escuchado el evangelio del Señor Jesús, Cristo vendrá. (No significa que todas las personas del mundo hayan escuchado el evangelio o crean en Cristo). Cuando el Señor Jesús fue clavado en la cruz y completó Su obra de redención, el Espíritu Santo comenzó a guiar a los discípulos y apóstoles para que dieran testimonio del Señor Jesús. Desde entonces, el evangelio del Señor se ha difundido gradualmente a través de todo tipo de canales, como la radio, Internet, los libros, los folletos del evangelio o la evangelización de los creyentes. El cristianismo se ha establecido en todo el mundo y muchos países incluso tienen al cristianismo como su religión nacional. Los cristianos también se han extendido por todo el mundo desde hace mucho tiempo, e incluso hay muchos que aceptan el Evangelio del Señor Jesús en China, que está gobernada por un partido político ateo. El Evangelio de la redención del Señor Jesús se ha extendido desde hace mucho tiempo hasta los confines del mundo. Queridos hermanos y hermanas, pensadlo un momento: ¿Qué nación o región del mundo nunca ha escuchado el evangelio del Señor Jesús?
4. La maldad abundará y el amor de los creyentes se enfriará
En Mateo, capítulo 24, versículos 12, dice: “Y debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará”. La maldad está aumentando ahora en el mundo de la religión, que ya no tiene la obra del Espíritu Santo ni la presencia de Dios. Aunque algunos parezcan tener una creencia ferviente, todavía caminan por la senda de lo mundano. La codicia de la riqueza es la tónica general entre los creyentes; algunos venden todo tipo de bienes en sus iglesias, otros se dedican a los negocios y otros dirigen fábricas y se dedican a hacer dinero. No se preocupan por trabajar para el Señor y viven inmersos en los enredos mundanos. Cuando los pastores y ancianos predican, se enfocan solamente en explicar el conocimiento bíblico y las teorías teológicas en vez de predicar las palabras del Señor; no dan testimonio del Señor ni lo exaltan, no conducen a los creyentes a buscar entender la voluntad del Señor. Y, así, terminan llevando a sus oyentes al conocimiento bíblico y su rebaño se aleja cada vez más de Dios. Algunos pastores y ancianos compiten entre sí y se involucran en disputas por celos, hasta tal punto que incluso forman camarillas, se dividen en diferentes facciones y pandillas, roban ofrendas, se involucran en conductas sexuales inapropiadas y no tienen en absoluto un corazón temeroso de Dios. Esos actos malvados están ocurriendo con cada vez mayor frecuencia en el mundo religioso y las iglesias están cada vez más desoladas. Estas cosas inevitablemente nos recuerdan al fin de la Era de la Ley, cuando el templo que antes había estado lleno de la gloria de Jehová parecía desolado, los sacerdotes hacían pobres sacrificios y el templo se convirtió en un mercado. ¿Hay alguna diferencia entre las iglesias de hoy y el templo del final de la Era de la Ley? Esto nos hace darnos cuenta de que esta profecía bíblica se ha cumplido totalmente y el Señor ha regresado.
5. La aparición de falsos Cristos y falsos profetas
Dice en Marcos capítulo 13, versículo 6, que cuando los discípulos preguntaron al Señor Jesús qué presagios habría para Su segunda venida en los últimos días, el Señor Jesús dijo: “Muchos vendrán en mi nombre diciendo: ‘Yo soy el Cristo’, y engañarán a muchos”. Y está registrado en Mateo capítulo 24, versículo 24, “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos”.
El Señor Jesús profetizó que cuando regresara en los últimos días, aparecerían falsos Cristos y falsos profetas. En los últimos años, falsos Cristos y falsos profetas han aparecido uno tras otro en países como China, Corea del Sur y Japón. Se llaman Cristo a sí mismos y no sólo usurpan el nombre de Jesús, sino que también tratan de imitar las señales y maravillas del Señor Jesús, sanando a los enfermos, expulsando demonios, etc. Con la aparición de tantos falsos Cristos, podemos ver que esta profecía concerniente al regreso del Señor Jesús se ha cumplido, pues si aparecen falsos Cristos es que el verdadero Cristo ya ha venido. En este momento, con mayor razón debemos tomar la iniciativa y buscar la apariencia y la obra de Dios. Tal vez algunos hermanos y hermanas puedan decir: “Ahora han aparecido muchos falsos Cristos y falsos profetas. Si tomamos la iniciativa de buscarlos e investigarlos, ¿qué haremos si nos engañan?”. Pero si no buscamos e investigamos la aparición y la obra de Dios porque tenemos miedo de ser engañados, no sabremos si el Señor ha regresado y ¿acaso no nos haría eso aún más propensos a ser abandonados? ¿No estaríamos dejando de comer por miedo a atragantarnos y perdiendo mucho por querer salvar un poco? Con esto nos damos cuenta de que adoptar una actitud de no escuchar nada, no ver nada y no tocar nada hacia todos los que predican la venida del Señor por temor a ser engañados es una tontería. Si queremos darle la bienvenida al regreso del Señor Jesús, entonces es crucial poder diferenciar entre los falsos Cristos y el verdadero Cristo. Sólo así podemos darle la bienvenida al Señor y no dejarnos engañar. Entonces, ¿cuáles son las características de un falso Cristo? El Señor Jesús dijo, “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios”. A partir de las palabras del Señor, podemos reconocer los rasgos principales de los falsos Cristos: sólo pueden realizar algunas señales y maravillas sencillas y predican falacias que parecen verdaderas pero que en realidad son falsas para engañar a la gente; son completamente incapaces de expresar cualquier verdad que resuelva el problema de la humanidad respecto al pecado y la confesión, y tampoco pueden salvar a la humanidad de su propia corrupción. Esto se debe a que la esencia de los falsos Cristos es la misma de los espíritus malignos extremadamente malvados y están completamente desprovistos de verdad. Sólo Cristo es la verdad, el camino y la vida; sólo Cristo puede expresar la verdad, mostrarnos el camino y darnos la vida. Todos aquellos que no pueden expresar la verdad para proveernos de ella y sólo pueden mostrar algunas señales y maravillas simples son falsos Cristos; ese es el principio fundamental de cómo diferenciar a los falsos Cristos del verdadero Cristo. Teniendo como base las palabras del Señor no debemos preocuparnos de ser engañados. Para saber diferenciar más concretamente entre los falsos Cristos y el verdadero Cristo, podéis ver este maravilloso video, Cómo diferenciar entre el Cristo verdadero y los falsos Cristos.
A partir de los hechos arriba mencionados, nos damos cuenta de que todas las profecías concernientes al regreso del Señor Jesús se han cumplido: el Señor ha regresado. Sin embargo, mucha gente seguramente se preguntará: “Si el Señor ha regresado, ¿por qué no le hemos dado todavía la bienvenida?”. ¿Alguna vez has pensado que podría haber algo equivocado en la manera en que practicamos la bienvenida al regreso del Señor Jesús? Cuando se trata del regreso del Señor Jesús, muchas personas hacen de la protección contra los falsos Cristos su prioridad número uno. Se aferran a sus conceptos e imaginaciones y creen que todos los que dan testimonio del regreso del Señor son falsos, y no se preocupan de cómo ser una virgen prudente y escuchar la voz de Dios. Algunas personas se centran en observar y esperar, en aferrarse al nombre del Señor Jesús y mantener Su senda. Pero eso no es más que una espera pasiva y nunca toman la iniciativa ni salen a buscar e investigar, no se preocupan de escuchar la voz del Señor. ¿Cómo podemos darle la bienvenida al Señor practicando de esa manera? El Señor Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27). “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Lucas 11:9). “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. […] Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios” (Mateo 5:3, 8). El Señor es fiel, y mientras alberguemos un corazón que busque, investiguemos activamente la aparición y obra del Señor en los últimos días, escuchemos con atención la voz del Señor y veamos si ese camino tiene alguna expresión de la verdad y si puede o no proporcionarnos vida, ¡entonces el Señor seguramente nos guiará para reconocer Su segunda venida!
Nota del editor: Tras leer este artículo entendemos que se han cumplido todas las profecías concernientes al regreso del Señor Jesús. Entonces, ¿cómo debemos dar la bienvenida al regreso del Señor Jesús? Recomendamos la página del evangelio El Señor ha regresado, para así poder continuar buscando e investigando este aspecto de la verdad. Si tienes alguna otra luz, esclarecimiento o dificultad respecto a este artículo, deja un comentario o comunícate online con nosotros a través del chat en vivo de nuestra página web.
Nueva luz del Libro de Job: 3 manifestaciones principales del temor a Dios de Job
Por Zhou Ming
Cada vez que se mencionan las palabras “temer a Dios”, la mayoría de la gente pensará en la historia de Job en la Biblia. Job temía a Dios y rehuía el mal, testificó de Dios durante sus pruebas, se ganó la alabanza y las bendiciones de Dios, y vivió una vida digna y significativa que es muy admirada por nosotros hoy en día. Ahora, repasemos el Libro de Job y echemos un vistazo detallado a las formas en que Job manifestó su temor a Dios, y esto nos ayudará a obtener un nuevo entendimiento y entrada en la verdad de temer a Dios.
1. Job tenía un corazón temeroso de Dios y no hizo nada en su vida que disgustara a Dios
Dice en el Libro de Job 1:5: “Y sucedía que cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba a buscarlos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones. Así hacía Job siempre”.
Job poseía una gran riqueza y fue llamado el más grande de los hombres entre los que moraban en el este; era el equivalente de un millonario moderno. Para nosotros, parece como si Job viviera una vida de lujo para la cual sería apropiado para él celebrar fiestas de vez en cuando, y no habría sido considerado fuera de su alcance para él vivir un estilo de vida lujoso y extravagante. Y, sin embargo, Job no celebró fiestas y ni siquiera asistió a las fiestas celebradas por sus hijos. Tal vez algunas personas estarán un poco confundidas por esto, y se preguntarán si Job era demasiado anticuado y conservador. De hecho, Job hizo exigencias tan estrictas de sí mismo y siempre mantuvo su mejor comportamiento en la vida, y este comportamiento tenía un vínculo directo con su temor a Dios. Como seres humanos, no tenemos poder para vencer el pecado, y si asistimos a las fiestas, entonces nos volvemos poseídos por el deseo de comer, beber, jugar y divertirse, podemos llegar a ser codiciosos de placeres físicos, podemos ser propensos a rehuir a Dios, perder nuestra relación normal con Dios e incluso hacer cosas que disgustan a Dios. Job fue claro en su corazón en este punto, y por lo tanto prefirió vivir una vida común y sencilla en lugar de hacer cualquier cosa que pueda disgustar a Dios. Está claro que este tipo de comportamiento no era que Job fuera anticuado y conservador, sino que era él quien tomaba el camino de temer a Dios y apartarse del mal en el corazón. No prestó ninguna consideración a su carne y no prestó atención a disfrutar de una vida material de alta calidad. En cambio, los motivos detrás de todo lo que dijo e hizo fue satisfacer la voluntad de Dios y no hacer nada que pudiera disgustar a Dios.
Job no sólo temía alejarse del camino de Dios, sino que también le preocupaba que sus hijos desafiaran a Dios por su frecuente fiesta. De esto, podemos ver que Job no complació los pecados de sus hijos debido a su apego familiar, sino que desplegó y detestó la alegría de sus hijos, porque sabía que Dios también lo odiaba. Cada vez que terminaba una fiesta, Job enviaba a un siervo para decirle a sus hijos que se santificara, y a menudo ofrecía holocaustos por su bien. Se dice en la Biblia: “Así hacía Job siempre”. Esto demuestra aún más que Job temía a Dios con su corazón; su comportamiento y las expresiones de su temor por Dios no eran sólo profundas en la piel, y mucho menos eran prácticas provocadas por sentimientos ocasionales de alta espiritualidad o por alguna excitación transitoria de la emoción. En cambio, tomó el camino de temer a Dios y apartarse del mal en el corazón, y comenzó con las pequeñas cosas. Como dice la Palabra de Dios: “[...] Job no pasaba ocasionalmente a ver a sus hijos, o cuando le placía ni se confesaba a Dios por medio de la oración. En su lugar, enviaba y santificaba a sus hijos con regularidad, y sacrificaba holocaustos por ellos. ‘Todos los días’ no significa que lo hiciese durante uno o dos días, o por un momento. Está diciendo que la manifestación del temor de Dios por parte de Job no era temporal, y no se detenía en el conocimiento, o en palabras habladas, sino que el camino del temor a Dios y apartarse del mal guiaba su corazón, dictaba su comportamiento y era, en su corazón, la raíz de su existencia. Que lo hiciera continuamente muestra que, en su corazón, con frecuencia temía pecar él mismo contra Dios y también que lo hicieran sus hijos. Representa el peso que tenía en su corazón el camino del temor a Dios y apartarse del mal” ( ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”).
2. Job tenía un corazón temeroso de Dios y podía someterse a la soberanía y los arreglos de Dios durante sus pruebas
Satanás acusó a Job ante Dios y, después de que Dios dio Su permiso, Satanás apenas podía esperar a tentar a Job. Poco después, la noticia de que el ganado de Job había sido robado, de que sus sirvientes habían sido heridos, y que sus diez hijos habían perdido sus vidas llegó espeso y rápido. En un instante, Job pasó de tener todo a no tener nada. Podemos imaginar lo terrible que debe haber sido, y nadie habría sido capaz de soportarlo, sin importar quiénes fueran. Y, sin embargo, Job se comportó con mucha calma; no entró en pánico y no envió a nadie para recuperar su propiedad robada. En su lugar, “Job se levantó, rasgó su ropa, se afeitó la cabeza y cayó al suelo en adoración”. La calma que exhibió era completamente imprevista. Las palabras de Dios dicen: “Job estaba muy tranquilo y lúcido entonces. Su humanidad perfecta y recta le permitió emitir, de forma racional y natural, juicios y decisiones precisos sobre los desastres que le habían sucedido y, en consecuencia, se comportó con una calma inusual: ‘Entonces Job se levantó y rasgó su ropa; se afeitó la cabeza y cayó al suelo en adoración’. ‘Rasgó su ropa’ significa que estaba desnudo y no tenía nada; ‘se afeitó la cabeza’ significa que había vuelto delante de Dios como un bebé recién nacido; ‘cayó al suelo en adoración’ significa que había venido al mundo desnudo, y todavía sin nada hoy, había regresado a Dios como un recién nacido. Ninguna criatura de Dios habría podido lograr la actitud de Job frente a todo lo que le había sucedido. Su fe en Jehová Dios fue más allá del ámbito de la creencia; este era su temor de Dios, su obediencia a Él, y no sólo fue capaz de dar gracias a Dios por darle cosas, sino también por quitárselas. Además, fue capaz de responsabilizarse de devolver todo lo que poseía, incluida su vida” (‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”). “Aunque no vio a Dios, se dio cuenta de que Él existía realmente y como resultado de esta comprensión temió a Dios; y debido a su temor de Dios fue capaz de obedecerlo. Dio rienda suelta a Dios para que tomase todo lo que tenía, sin quejarse, y se postró delante de Él y le dijo que, incluso si Dios tomaba su carne en ese mismo momento, él le permitiría hacerlo con alegría, sin quejarse. Toda su conducta se debió a su humanidad perfecta y recta. Es decir, como consecuencia de su inocencia, honestidad y bondad Job fue firme en su comprensión y experiencia de la existencia de Dios, y sobre este fundamento se impuso exigencias y estandarizó su pensamiento, comportamiento, conducta y principios de acción delante de Dios, según Él lo dirigiera y de acuerdo con Sus hechos, que él había visto entre todas las cosas. Con el tiempo, sus experiencias provocaron en él un temor auténtico y real de Dios y le hicieron apartarse del mal. Esta era la fuente de la integridad a la que Job se aferraba con firmeza” (‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”).
Frente a tales grandes pruebas, Job no se quejó, pero fue capaz de postrarse en el suelo y alabar el santo nombre de Jehová, y se sometió al hecho de que Dios le había quitado todo, esto era una manifestación del temor de Job a Dios. El carácter de Job era recto, honesto, puro y bueno. En el pueblo, los acontecimientos y las cosas que encontraba todos los días, él buscaba comprender la soberanía de Dios y caminaba por el camino de temer a Dios y apartarse del mal. A lo largo de las décadas de experiencia de Job, aunque Jehová Dios nunca se le apareció, Job realmente presenció la soberanía y los hechos de Dios y se volvió aún más seguro acerca de la existencia real de Dios, y así surgió en él un corazón temeroso de Dios. También comprendió que la riqueza, la propiedad y los hijos que había tenido en su vida todos habían sido dados por Dios, y el hombre mismo nunca podría obtener tales cosas con sus propios esfuerzos si Dios no eligiera conferirlas a él. Por lo tanto, cuando la propiedad de Job fue robada y sus hijos se encontraron con su desafortunada muerte, sabía muy claramente en su corazón que esta era la prueba de Dios que le había sucedido, y su sentido de la racionalidad le dijo que todo lo que poseía había venido de Dios, que Dios tenía el derecho de dar y quitar y que, como una de las creaciones de Dios, no debe culpar en absoluto a Dios, ni pecar con sus labios, ni desagradar a Dios. En cambio, sabía que debía someterse a las orquestaciones y arreglos de Dios con un corazón temeroso de Dios. En última instancia, en su sufrimiento, Job dijo: “Jehová dio y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová” (Job 1: 21),* y se mantuvo firme en su testimonio a Dios.
3. Job tenía un corazón temeroso de Dios y reprendió a su esposa— Sabía claramente qué amar y qué odiar, y poseía un sentido de justicia
Después de que las llagas aparecieron por todo el cuerpo de Job, Satanás una vez más trató de tentar a Job por medio de su propia esposa. Como dice la Biblia: “Entonces su mujer le dijo: ¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete. Pero él le dijo: Como habla cualquier mujer necia, has hablado. ¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal? En todo esto Job no pecó con sus labios” (Job 2:9-10). Frente a la insistencia de su esposa, ¿por qué Job la reprendió con tanta severidad?
Las palabras de Dios dicen: “Viendo el tormento que estaba sufriendo, la esposa de Job intentó aconsejarle para ayudarle a escapar de este, pero las ‘buenas intenciones’ no obtuvieron la aprobación de Job; más bien, despertaron su enojo, porque ella negaba su fe en Jehová Dios, su obediencia a Él y también Su existencia. Esto le resultaba intolerable, porque él nunca se había permitido hacer nada que se opusiera a Dios o le hiciera daño, por no mencionar a los demás. ¿Cómo podía permanecer indiferente cuando oía a otros blasfemar contra Dios y le insultaban? Por eso llamó a su esposa ‘mujer tonta’. La actitud de Job hacia ella era de enojo y odio, así como de reproche y reprimenda. Era la expresión natural de la humanidad de Job que diferenciaba entre el amor y el odio, y una representación verdadera de su recta humanidad. Job poseía un sentido de la justicia que le hacía odiar los vientos y las mareas de la maldad, así como aborrecer, condenar y rechazar la absurda herejía, los argumentos ridículos, y las afirmaciones disparatadas, y le permitía aferrarse a sus propios principios y su postura correctos cuando las masas lo rechazaron y sus seres cercanos desertaron de él” (‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”).
Dios es la verdad, el camino y la vida, y representa todas las cosas positivas; todas las cosas que niegan a Dios o se resisten a Dios pertenecen a Satanás y son cosas negativas. Job temía a Dios y evitaba el mal y amaba las cosas positivas. Estaba totalmente erguido, podía diferenciar entre el amor y el odio y Dios tomó el lugar más alto en su corazón. No podía tolerar que nadie negara a Dios, juzgra a Dios o blasfemara contra Dios, y cada vez que veía a alguien negando a Dios, surgía odio en su corazón, y su propia familia no era la excepción. Todavía tenía que aferrarse a la senda de temer a Dios y apartarse del mal, estar del lado de la justicia y la verdad, y no tener miedo de disgustar a nadie. Por lo tanto, cuando su esposa le pidió que abandonara a Dios y negara la justicia de Dios, Job no dejó que sus sentimientos por su esposa lo influenciaran de ninguna manera, sino que reprendió fríamente a su esposa por ser una mujer tonta. Al hacerlo, una vez más superó la tentación de Satanás y se mantuvo firme en su testimonio a Dios.
Arriba están las manifestaciones del temor de Job a Dios, y de ellas llegamos a comprender que temer a Dios no es algo que se puede reclamar con meras palabras, sino que requiere que nos concentremos en nuestro acceso a las personas, los acontecimientos, las cosas y los entornos que Dios nos organiza, y nos obliga a emular a Job. En nuestra vida diaria, por ejemplo, debemos prestar cuidado a evitar toda clase de tentaciones: Hay algunos lugares de entretenimiento o lugares que pueden hacer que nuestro corazón se degenere y evite a Dios, a los cuales no debemos ir ni tener ningún contacto, y evitando estos lugares seremos protegidos; cuando las pruebas nos aparezcan, por ejemplo, si un desastre ocurriera en casa o un miembro de la familia cae en tiempos difíciles, entonces no importa lo que Dios haga, nunca debemos malinterpretar a Dios o culpar a Dios, sino que debemos ser capaces de someternos a Su soberanía y arreglos; cuando somos acosados y engañados por personas, acontecimientos o cosas, siempre debemos defender la verdad y la justicia, no ser limitados por nadie más, y no apoyar el desafío de nadie a Dios hasta el punto en que incluso abandonemos a Dios y nos alejemos de Él. Job es nuestro punto de referencia para nuestro encuentro con la verdad de temer a Dios. Si todos podemos ser como Job y poner en práctica la verdad de temer a Dios y apartarse del mal en nuestras vidas, y comenzar con las pequeñas cosas, entonces también recibiremos con frecuencia la guía y las bendiciones de Dios, y nos convertiremos en personas temerosas de Dios.
(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)
Pablo dijo en 2 Timoteo 3:16: “Toda Escritura es inspirada por Dios […]”. Así que, lo que está escrito en la Biblia son todas las palabras de Dios. Pero algunos dicen que no todas ellas son palabras de Dios. ¿No están negando la Biblia y engañando a otros?
Respuesta: Respecto a “Toda Escritura es inspirada por Dios”, primero tenemos que conocer el trasfondo de la palabra de Pablo. Cuando Pablo escribió las cartas a Timoteo, solo existía el Antiguo Testamento. El Nuevo Testamento no se había recopilado todavía. Y solo había docenas de cartas que se guardaban en las iglesias. Así pues, la palabra de Pablo se refiere al Antiguo Testamento, porque los israelitas solo consideraban como Escritura el Antiguo Testamento. El Nuevo Testamento se creó después del 300 d. C. En aquel momento, los líderes de esas iglesias se reunieron. Pensaban que los últimos días estaban cerca, que debían reunir las palabras de Jesús y las cartas de los apóstoles, recopilarlas en un libro, como el Antiguo Testamento, y dárselo a todas las iglesias. Así pues, reunieron las cartas que habían escrito los discípulos y apóstoles de Jesús. Finalmente, mediante el estudio y la confirmación, seleccionaron 27 cartas como el canon del Nuevo Testamento. Más tarde las recopilaron junto con el Antiguo Testamento, y ese es el contenido completo de la Biblia. Así fue como nacieron el Antiguo y el Nuevo Testamento. Además, sobre la creación de la Biblia, tenemos que saber quién la había escrito y quién la había recopilado. La Biblia tiene muchos autores, pero ninguno de ellos dijo que todas sus letras fueran inspiradas por Dios. si Dios hubiera dicho que toda la Biblia estaba inspirada por él, lo habría dicho a través de los profetas. Pero no había nada de eso en los libros de los profetas. El Señor Jesús nunca lo dijo, y los apóstoles nunca dijeron que todas sus cartas y testimonios estuvieran inspirados por Dios, y mucho menos se atrevieron a decir que eran palabras de Dios. Pero después, todos los creyentes en Dios creyeron que Dios solo había dicho las palabras de la Biblia y que, aunque los Testamentos habían sido escritos por hombres, estaban inspirados por Dios. Entonces, ¿hemos valorado si esas palabras se basan en hechos?
La Biblia está inspirada por Dios, y todas las palabras de la Biblia son palabras de Dios. ¡Es un hecho reconocido por el cristianismo! Estos solo son puntos de vista del hombre. Los puntos de vista del hombre no pueden representar a Dios. Solo Dios habla claro sobre la Biblia. Veamos cómo lo dice la palabra de Dios Todopoderoso. Dios Todopoderoso dice: “En realidad, aparte de los libros de profecía, la mayor parte del Antiguo Testamento es un relato histórico. Algunas de las epístolas del Nuevo Testamento provienen de las experiencias de las personas, y otras del esclarecimiento del Espíritu Santo; las epístolas paulinas, por ejemplo, surgieron de la obra de un hombre, fueron el resultado del esclarecimiento del Espíritu Santo, y se escribieron para las iglesias, y fueron palabras de exhortación y aliento para los hermanos y hermanas de las mismas. No fueron palabras habladas por el Espíritu Santo; Pablo no podía hablar en nombre del Espíritu Santo, ni era profeta, y mucho menos veía las visiones como Juan. Sus epístolas se escribieron para las iglesias de Éfeso, Filadelfia, Galacia, y otras” (‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”). “No todo en la Biblia es un registro de las palabras habladas personalmente por Dios. La Biblia simplemente documenta las dos etapas anteriores de la obra de Dios, de las cuales una parte es un registro de la predicción de los profetas, y otra las experiencias y el conocimiento escritos por personas usadas por Dios a lo largo de los tiempos. Las experiencias humanas están contaminadas con opiniones y conocimiento humanos, y esto es algo inevitable. En muchos de los libros de la Biblia hay nociones humanas, prejuicios humanos y el entendimiento absurdo de los humanos. Por supuesto, la mayoría de las palabras son el resultado de la ilustración y la iluminación del Espíritu Santo, y son las comprensiones correctas, pero sigue sin poderse decir que sean expresiones de la verdad totalmente precisas. Sus opiniones sobre ciertas cosas no son nada más que conocimiento derivado de la experiencia personal, o el esclarecimiento del Espíritu Santo. Dios instruyó personalmente la predicción de los profetas: las profecías de la gente como Isaías, Daniel, Esdras, Jeremías y Ezequiel vinieron de la instrucción directa del Espíritu Santo; estas personas eran profetas, habían recibido el Espíritu de profecía, y eran todos profetas del Antiguo Testamento. Durante la Era de la Ley, estas personas, que habían recibido las inspiraciones de Jehová, hablaron muchas profecías, que fueron instruidas directamente por Jehová” (‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”). Las palabras de Dios Todopoderoso lo han dejado muy claro. La Biblia no es un historial de las palabras pronunciadas personalmente por Dios, sino una narración de la obra de Dios. En la Biblia, las palabras de Jehová, las palabras de Jesús y las palabras que reveló Dios a los profetas son verdaderamente palabras de Dios, y el resto son principalmente el relato de la historia y las experiencias del hombre. Así que “Toda Escritura es inspirada por Dios” no se corresponde con los hechos históricos.
Extracto del guion de la película de “Revelar el misterio de la Biblia”
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