La Biblia es el testimonio de la obra de Dios. A través de la Biblia, todo aquel que cree en el Señor reconoce que los cielos y la tierra y todas las cosas fueron creados por Dios. Es gracias a la Biblia que pueden contemplar lo maravillosos, grandes y omnipotentes que son los actos de Dios. Aún más, la Biblia contiene muchas palabras de Dios y testimonios de experiencias del hombre que son capaces de sustentar la vida del hombre y edificarlo en abundancia. ¿Podemos obtener la vida eterna al leer la Biblia? ¿O acaso la Biblia no contiene el camino de la vida eterna?
Versículos bíblicos como referencia:
“Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40).
“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6).
Las palabras relevantes de Dios:
Al leer la Biblia, las personas también pueden obtener muchos caminos de vida que no pueden encontrarse en otros libros. Estos caminos son los caminos de vida de la obra del Espíritu Santo, experimentados por profetas y apóstoles en eras pasadas, y muchas de las palabras son valiosas y pueden proveer lo que las personas necesitan. Así pues, a todas las personas les gusta leer la Biblia. Como hay tanto oculto en ella, las opiniones de las personas sobre ella son diferentes de las que tienen sobre los escritos de grandes figuras espirituales. La Biblia es un registro y una recopilación de las experiencias y el conocimiento de personas que sirvieron a Jehová y a Jesús en la antigua era y en la nueva; así, las generaciones posteriores han sido capaces de obtener de ella mucho esclarecimiento, iluminación y sendas de práctica. La razón por la que la Biblia es más elevada que los escritos de cualquier gran figura espiritual es que sus escritos se basan en la Biblia, todas sus experiencias proceden de ella, y todos la explican. Así pues, aunque las personas puedan obtener provisión de los libros de cualquier gran figura espiritual, siguen adorando la Biblia, ¡porque parece muy elevada y profunda para ellos! Aunque la Biblia reúne algunos de los libros de las palabras de vida, como las epístolas de Pablo y de Pedro, y, aunque estos libros pueden proveer a las personas y ayudarles, los mismos siguen siendo obsoletos, siguen perteneciendo a la era antigua, y por muy buenos que sean, sólo son apropiados para un período, y no son eternos. Y es que la obra de Dios siempre está desarrollándose, y no puede simplemente detenerse en la época de Pablo y Pedro, o permanecer siempre en la Era de la Gracia en la que Jesús fue crucificado. Por tanto, estos libros sólo son apropiados para la Era de la Gracia, no para la Era del Reino de los últimos días. Sólo pueden proveer para los creyentes de la Era de la Gracia, no para los santos de la Era del Reino, y, por muy buenos que sean, siguen siendo obsoletos. Ocurre lo mismo con la obra de creación de Jehová o Su obra en Israel: por muy grande que fuera, llegaría a estar obsoleta, y llegaría el tiempo en el que esto pasaría. La obra de Dios también es igual: es grande, pero llegará un momento en el que termine; no siempre puede permanecer en medio de la obra de la creación ni entre la de la crucifixión. No importa cuán convincente fue la obra de la crucifixión ni lo efectiva que fue para derrotar a Satanás; la obra sigue siendo, después de todo, obra, y las eras siguen siendo, después de todo, eras. La obra no siempre puede permanecer sobre la misma base ni los tiempos pueden permanecer inmutables, porque existió la creación y también existirán los últimos días. ¡Es inevitable! Por consiguiente, las palabras de vida del Nuevo Testamento —las epístolas de los apóstoles y los Cuatro Evangelios— han pasado a ser hoy libros históricos, viejos almanaques, y ¿cómo podrían los viejos almanaques llevar a las personas a la nueva era? Independientemente de lo capaces que sean estos almanaques de proveer vida a las personas y de llevarlas a la cruz, ¿acaso no están obsoletos? ¿No están desprovistos de valor? Por tanto, digo que no deberías creer ciegamente en estos almanaques. Son demasiado antiguos, no pueden llevarte a la nueva obra y sólo pueden ser una carga para ti. No sólo no pueden llevarte a la nueva obra y a una nueva entrada, sino que te conducen a viejas iglesias religiosas; si así fuera, ¿no estarías retrocediendo en tu creencia en Dios?
Extracto de ‘Relativo a la Biblia (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Muchas personas creen que entender y ser capaz de interpretar la Biblia es lo mismo que encontrar el camino verdadero, pero, de hecho, ¿son las cosas realmente tan simples? Nadie conoce la realidad de la Biblia: que no es nada más que un registro histórico de la obra de Dios, y un testimonio de las dos etapas anteriores de la misma, y que no te ofrece un entendimiento de los objetivos de la obra de Dios. Todo aquel que ha leído la Biblia sabe que documenta las dos etapas de la obra de Dios durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia. El Antiguo Testamento registra la historia de Israel y la obra de Jehová desde la época de la creación hasta el final de la Era de la Ley. El Nuevo Testamento registra la obra de Jesús en la tierra, que se encuentra en los Cuatro Evangelios, así como la obra de Pablo. ¿No son, estos, registros históricos? Mencionar hoy las cosas del pasado las convierte en historia, y no importa cuán verdaderas o reales puedan ser, siguen siendo historia, y la historia no puede ocuparse del presente, ¡porque Dios no mira atrás en la historia! Así pues, si sólo entiendes la Biblia y no entiendes nada de la obra que Dios pretende hacer hoy, y, si crees en Dios, pero no buscas la obra del Espíritu Santo, entonces no entiendes lo que significa buscar a Dios. Si lees la Biblia con el fin de estudiar la historia de Israel, de investigar la historia de la creación de todos los cielos y la tierra por parte de Dios, entonces no crees en Dios. Pero hoy, como crees en Él y buscas la vida, como persigues el conocimiento de Dios y no letras y doctrinas muertas ni un entendimiento de la historia, debes buscar la voluntad de Dios de hoy, así como la dirección de la obra del Espíritu Santo. Si fueras arqueólogo podrías leer la Biblia, pero no lo eres. Eres uno de esos que creen en Dios, y más te vale buscar Su voluntad de hoy.
Extracto de ‘Relativo a la Biblia (4)’ en “La Palabra manifestada en carne
Tal vez lo que quieras ahora es ganar la vida o tal vez deseas obtener la verdad. Cualquiera que sea el caso, quieres encontrar a Dios, encontrar al Dios en el que puedas confiar y que te pueda dar la vida eterna. Si quieres obtener la vida eterna, primero debes entender la fuente de la vida eterna y saber dónde está Dios. Ya he dicho que solo Dios es la vida inmutable y que sólo Dios posee el camino de la vida. Ya que Su vida es inmutable, por eso es eterna; ya que solo Dios es el camino de la vida, por eso Él mismo es el camino de la vida eterna. Como tal, primero debes entender dónde está Dios y cómo obtener este camino de la vida eterna. Hablemos ahora de estos dos asuntos por separado.
Si tú realmente quieres obtener el camino de la vida eterna, y si eres voraz en tu búsqueda de él, entonces primero contesta esta pregunta: ¿Dónde está Dios hoy? Tal vez contestarías: “Dios vive en el cielo, por supuesto; no viviría en tu casa, ¿o sí?”. Tal vez podrías decir que es obvio que Dios vive entre todas las cosas. O podrías decir que Dios vive en el corazón de cada persona o que Dios está en el mundo espiritual. No niego nada de esto, pero debo aclarar esta cuestión. No es totalmente correcto decir que Dios vive en el corazón del hombre, pero tampoco es completamente incorrecto. Porque, entre los que creen en Dios, están aquellos cuya creencia es cierta y aquellos cuya creencia es falsa; están aquellos a quienes Dios aprueba y aquellos a quienes desaprueba, están aquellos que lo agradan y aquellos a los que aborrece, y están aquellos a quienes perfecciona y aquellos a quienes elimina. Y por eso digo que Dios vive sólo en los corazones de algunas personas y ellas son sin duda las que verdaderamente creen en Dios, a las que Dios aprueba, las que lo agradan y a las que perfecciona. Son a las que Dios guía. Ya que Dios las guía, son las personas que ya han escuchado y visto el camino de la vida eterna de Dios. Aquellos cuya creencia en Dios es falsa, aquellos a los que Dios no aprueba, aquellos a quienes Dios desprecia, aquellos a quienes Dios elimina, están destinados a que Dios los rechace, están destinados a permanecer sin el camino de la vida y están destinados a permanecer ignorantes de en dónde está Dios. En cambio, aquellos que tienen a Dios viviendo en sus corazones saben dónde está Él. Son las personas a las que Dios les otorga el camino de la vida eterna y son las que siguen a Dios. ¿Sabes en este momento dónde está Dios? Dios está tanto en el corazón del hombre como al lado del hombre. No sólo está en el mundo espiritual y por encima de todas las cosas, sino más aún, está en la tierra sobre la cual existe el hombre. Y así la venida de los últimos días ha llevado los pasos de la obra de Dios a un nuevo territorio. Dios tiene la soberanía sobre todas las cosas del universo y es el pilar del hombre en su corazón y, además, existe entre los hombres. Sólo así puede traer el camino de la vida a la humanidad y llevar al hombre hacia ese camino. Dios ha venido a la tierra y vive entre los hombres para que el hombre pueda obtener el camino de la vida y pueda existir. Al mismo tiempo, Dios también ordena todas las cosas del universo para que cooperen con Su gestión entre los hombres. Y así, si tú sólo reconoces la doctrina de que Dios está en el cielo y en el corazón del hombre, pero no reconoces la verdad de la existencia de Dios entre los hombres, entonces nunca obtendrás la vida ni el camino de la verdad.
Dios mismo es la vida y la verdad, Su vida y verdad coexisten. Los que no pueden obtener la verdad nunca obtendrán la vida. Sin la guía, el apoyo y la provisión de la verdad, solo recibirás letras, doctrinas y, por encima de todo, la muerte. La vida de Dios siempre está presente, Su verdad y vida coexisten. Si no puedes encontrar la fuente de la verdad, entonces no obtendrás el alimento de la vida; si no puedes obtener la provisión de vida, entonces, seguramente no tienes la verdad, y así, aparte de las imaginaciones y las nociones, la totalidad de tu cuerpo no será nada más que carne, tu apestosa carne. Debes saber que las palabras de los libros no cuentan como vida, los registros de la historia no se pueden consagrar como la verdad, y las normas del pasado no pueden servir como un registro de palabras que Dios pronuncia en el presente. Sólo lo que Dios expresa cuando viene a la tierra y vive entre los hombres es la verdad, la vida, la voluntad de Dios y Su manera actual de obrar. Si aplicas los registros de las palabras que Dios pronunció desde las eras pasadas hasta la actualidad, eso te convierte en arqueólogo y la mejor manera de describirte es como un experto en patrimonio histórico. Lo eres porque siempre crees en los rastros de la obra que Dios hizo en tiempos pasados, sólo crees en la sombra de Dios que quedó cuando antes obró entre los hombres, y sólo crees en el camino que Dios les dio a Sus seguidores en tiempos pasados. No crees en la dirección de la obra de Dios en la actualidad, no crees en el glorioso semblante de Dios en la actualidad y no crees en el camino de la verdad que Dios expresa en el presente. Y así eres, sin duda, un soñador que está completamente fuera de contacto con la realidad. Si todavía hoy te aferras a las palabras que son incapaces de dar la vida al hombre, ¡entonces eres un inútil pedazo de madera muerta,[a] porque eres demasiado conservador, demasiado intratable y demasiado insensible para razonar!
Extracto de ‘Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”
El Cristo de los últimos días trae la vida y el camino de la verdad, duradero y eterno. Esta verdad es el camino por el que el hombre obtendrá la vida, y el único camino por el cual el hombre conocerá a Dios y por el que Dios lo aprobará. Si no buscas el camino de la vida que el Cristo de los últimos días provee, entonces nunca obtendrás la aprobación de Jesús y nunca estarás cualificado para entrar por la puerta del reino de los cielos, porque tú eres tanto un títere como un prisionero de la historia. Aquellos que son controlados por los reglamentos, las letras y están encadenados por la historia, nunca podrán obtener la vida ni el camino perpetuo de la vida. Esto es porque todo lo que tienen es agua turbia que ha estado estancada por miles de años, en vez del agua de la vida que fluye desde el trono. Aquellos que no reciben el agua de la vida siempre seguirán siendo cadáveres, juguetes de Satanás e hijos del infierno. ¿Cómo pueden, entonces, contemplar a Dios? Si sólo tratas de aferrarte al pasado, si sólo tratas de mantener las cosas como están quedándote quieto, y no tratas de cambiar el estado actual y descartar la historia, entonces, ¿no estarás siempre en contra de Dios? Los pasos de la obra de Dios son vastos y poderosos, como olas agitadas y fuertes truenos, pero te sientas y pasivamente esperas la destrucción, apegándote a tu locura y sin hacer nada. De esta manera, ¿cómo puedes ser considerado alguien que sigue los pasos del Cordero? ¿Cómo puedes justificar al Dios al que te aferras como un Dios que siempre es nuevo y nunca viejo? ¿Y cómo pueden las palabras de tus libros amarillentos llevarte a una nueva era? ¿Cómo pueden llevarte a buscar los pasos de la obra de Dios? ¿Y cómo pueden llevarte al cielo? Lo que sostienes en tus manos es la letra que solo puede darte consuelo temporal, no las verdades que pueden darte la vida. Las escrituras que lees solo pueden enriquecer tu lengua y no son palabras de sabiduría que te ayudan a conocer la vida humana, y menos aún los senderos que te pueden llevar a la perfección. Esta discrepancia, ¿no te lleva a reflexionar? ¿No te hace entender los misterios que contiene? ¿Eres capaz de entregarte tú mismo al cielo para encontrarte con Dios? Sin la venida de Dios, ¿te puedes llevar tú mismo al cielo para gozar de la felicidad familiar con Dios? ¿Todavía sigues soñando? Sugiero entonces que dejes de soñar y observes quién está obrando ahora, quién está llevando a cabo ahora la obra de salvar al hombre durante los últimos días. Si no lo haces, nunca obtendrás la verdad y nunca obtendrás la vida.
Extracto de ‘Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”
Nota al pie:
a. Un pedazo de madera muerta: un modismo chino que significa “sin remedio”.
Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.
Decís que, durante los últimos días, Dios hace la obra del juicio empezando por la casa de Dios, clasifica a cada uno según su tipo, recompensa el bien y castiga el mal. ¿A qué tipo de persona salva Dios entonces y a qué clase elimina?
Versículos bíblicos como referencia:
“No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad’” (Mateo 7:21-23).
“En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3).
“El vencedor heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo. Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Apocalipsis 21:7-8).
“Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas a la ciudad. Afuera están los perros, los hechiceros, los inmorales, los asesinos, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira” (Apocalipsis 22:14-15).
Las palabras relevantes de Dios:
Hoy en día, los que buscan y los que no buscan son dos clases completamente diferentes de personas cuyos destinos son también muy diferentes. Los que buscan el conocimiento de la verdad y practican la verdad son aquellos a los que Dios traerá la salvación. Los que no conocen el camino verdadero son demonios y enemigos; son los descendientes del arcángel y van a ser objeto de la destrucción. Incluso los que son creyentes piadosos de un Dios ambiguo ¿no son también demonios? Las personas que tienen una buena conciencia, pero no aceptan el camino verdadero, son demonios; su esencia es de resistencia hacia Dios. Los que no aceptan el camino verdadero son los que se resisten a Dios; incluso si estas personas sufren muchas dificultades, aun así, van a ser destruidas. Todos los que no están dispuestos a abandonar el mundo, que no pueden soportar separarse de sus padres y que no pueden soportar deshacerse de sus propios deleites de la carne, son desobedientes a Dios y todos van a ser objeto de la destrucción. Cualquiera que no crea en Dios encarnado es demoniaco y, es más, va a ser destruido. Los que tienen fe, pero no practican la verdad, los que no creen en el Dios encarnado y los que de ningún modo creen en la existencia de Dios, también van a ser objeto de la destrucción. A todos los que se les permitirá permanecer son personas que han pasado por el sufrimiento del refinamiento y han permanecido firmes; estas son personas que verdaderamente han padecido pruebas. Cualquiera que no reconozca a Dios es un enemigo; es decir, cualquiera que no reconoce a Dios encarnado, tanto dentro como fuera de esta corriente, ¡es un anticristo! ¿Quién es Satanás, quiénes son los demonios y quiénes son los enemigos de Dios, sino los opositores que no creen en Dios? ¿No son esas las personas que son desobedientes a Dios? ¿No son esos los que verbalmente afirman tener fe, pero carecen de la verdad? ¿No son esos los que solo buscan el obtener las bendiciones, mientras que no pueden dar testimonio de Dios? Todavía hoy te mezclas con esos demonios y tienes conciencia de ellos y los amas, pero, en este caso, ¿no estás teniendo buenas intenciones con Satanás? ¿No te estás asociando con los demonios? Si hoy en día las personas siguen sin ser capaces de distinguir entre lo bueno y lo malo, y continúan siendo ciegamente amorosas y misericordiosas sin ninguna intención de buscar la voluntad de Dios y siguen sin ser capaces de ninguna manera de albergar las intenciones de Dios como propias, entonces su final será mucho más desdichado. Cualquiera que no cree en el Dios en la carne es Su enemigo. Si puedes tener conciencia y amor hacia un enemigo, ¿no careces del sentido de justicia? Si eres compatible con los que Yo detesto y con los que estoy en desacuerdo, y aun así tienes amor o sentimientos personales hacia ellos, entonces ¿acaso no eres desobediente? ¿No estás resistiéndote a Dios de una manera intencionada? ¿Posee la verdad una persona así? Si las personas tienen conciencia hacia los enemigos, amor hacia los demonios y misericordia hacia Satanás, ¿no están perturbando de manera intencionada la obra de Dios? Esas personas que creen solo en Jesús y no creen en Dios encarnado durante los últimos días, y aquellas que verbalmente afirman creer en Dios encarnado, pero hacen el mal, todas son anticristos, sin mencionar a aquellas que ni siquiera creen en Dios. Todas estas personas serán objetos de la destrucción. El estándar por el que los humanos juzgan a otros humanos se basa en su comportamiento; uno cuya conducta es buena es una persona justa y uno cuya conducta es abominable es malvado. El estándar por el que Dios juzga a los humanos se basa en si la esencia de alguien se somete a Él; uno que se somete a Dios es una persona justa y uno que no, es un enemigo y una persona malvada, independientemente de si el comportamiento de esta persona es bueno o malo, o si su discurso es correcto o incorrecto. Algunas personas desean usar las buenas obras para obtener un buen destino en el futuro y algunas personas desean usar palabras delicadas para adquirir un buen destino. Todo el mundo falsamente cree que Dios determina el resultado de las personas después de observar su comportamiento o después de escuchar su discurso; muchas personas desearán entonces aprovecharse de esto para engañar a Dios y así les conceda un favor temporal. En el futuro, las personas que sobrevivirán en un estado de reposo, todas habrán soportado el día de la tribulación y también habrán dado testimonio de Dios; todas serán personas que hayan cumplido su deber y se hayan sometido intencionadamente a Dios. A los que simplemente desean usar la oportunidad de servir con la intención de evitar practicar la verdad no se les permitirá permanecer. Dios tiene estándares apropiados para disponer el resultado de todos los individuos; Él simplemente no toma estas decisiones de acuerdo a palabras y conductas, ni tampoco las toma de acuerdo con su comportamiento durante un solo periodo de tiempo. De ninguna manera será indulgente con toda la conducta malvada de alguien debido al servicio pasado que haya hecho para Él, ni tampoco va a perdonar de la muerte a alguien por haberse gastado una vez para Dios. Nadie puede evadir el castigo por haber sido malvados y nadie puede cubrir su comportamiento malvado y, por lo tanto, evadir los tormentos de la destrucción. Si las personas pueden cumplir con su propio deber, esto quiere decir que son eternamente fieles a Dios y no buscan recompensas, independientemente de si reciben bendiciones o sufren desgracias. Si las personas son fieles a Dios cuando ven bendiciones, pero pierden su fidelidad cuando no pueden ver bendiciones, y si al final todavía son incapaces de dar testimonio de Dios y cumplir los deberes que les corresponden, entonces serán objeto de la destrucción, a pesar de haber prestado servicio fiel a Dios. En resumen, las personas malvadas no pueden sobrevivir a la eternidad ni tampoco pueden entrar en el reposo; solo los justos son los maestros del reposo.
Extracto de ‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”
Dios salva a los vivos; Dios los ha juzgado y castigado, están dispuestos a consagrarse, están felices de dar sus vidas por Dios y con gusto dedicarían todas sus vidas a Él. Sólo cuando los vivos dan testimonio de Dios, Satanás puede ser humillado; sólo los vivos pueden esparcir la obra del evangelio de Dios, sólo los vivos son conformes al corazón de Dios, y sólo los vivos son personas reales. Originalmente el hombre que Dios hizo estaba vivo, pero debido a la corrupción de Satanás, el hombre vive en medio de la muerte y bajo la influencia de Satanás, y así, de esta manera, la gente se ha convertido en muertos sin espíritu, se han convertido en enemigos que se oponen a Dios, se han convertido en las herramientas de Satanás, y se han convertido en los cautivos de Satanás. Todas las personas vivientes que Dios creó se han convertido en personas muertas, y por eso Dios ha perdido Su testimonio y ha perdido a la humanidad que Él creó y que es lo único que tiene Su aliento. Si Dios ha de recuperar Su testimonio, y recuperar a los que Su propia mano hizo pero que Satanás ha tomado cautivos, entonces Él los debe resucitar para que se conviertan en seres vivientes, y Él los debe reclamar para que vivan en Su luz. Los muertos son los que no tienen espíritu, son insensibles en extremo y se oponen a Dios. Son ante todo aquellos que no conocen a Dios. Estas personas no tienen la más mínima intención de obedecer a Dios; sólo se rebelan contra Él y se oponen a Él, y no tienen la más mínima lealtad. Los vivos son aquellos cuyos espíritus han vuelto a nacer, que saben obedecer a Dios y son leales a Dios. Poseen la verdad y el testimonio y sólo estas personas son agradables a Dios en Su casa. Dios salva a los que pueden cobrar vida, pueden ver la salvación de Dios, pueden ser leales a Dios y están dispuestos a buscar a Dios. Él salva a los que creen en la encarnación de Dios y creen en Su aparición. Algunas personas pueden cobrar vida y otras no; esto depende de si su naturaleza puede ser salvada o no. Muchas personas han oído un montón de palabras de Dios pero no entienden la voluntad de Dios, y todavía no son capaces de ponerlas en práctica. Tales personas son incapaces de vivir cualquier verdad y además interfieren deliberadamente con la obra de Dios. Son incapaces de hacer ninguna obra para Dios, no pueden consagrar nada a Él, y también en secreto gastan el dinero de la iglesia y comen en la casa de Dios gratis. Estas personas están muertas y no serán salvas. Dios salva a todos los que están en medio de Su obra, pero hay una parte de ellos que no puede recibir Su salvación. Esto se debe a que la mayoría de las personas han sido corrompidas muy profundamente y se han convertido en personas muertas y están más allá de la salvación; Satanás las ha explotado por completo y su naturaleza es demasiado maliciosa. Esa minoría de personas tampoco es capaz de obedecer a Dios completamente. No son esos que han sido absolutamente fieles a Dios desde el principio, ni que han tenido el mayor amor por Dios desde el principio; en su lugar, se han vuelto obedientes a Dios gracias a Su obra de conquista, ven a Dios gracias a Su amor supremo, hay cambios en su carácter gracias al justo carácter de Dios, y han llegado a conocer a Dios gracias a Su obra, que es tanto práctica como normal.
Extracto de ‘¿Eres alguien que ha cobrado vida?’ en “La Palabra manifestada en carne”
La salvación de Dios para la humanidad de aquellos que aman la verdad, de la parte de ellos con voluntad y determinación, y de la parte de ellos que es su anhelo por la verdad y justicia en su corazón. La determinación de una persona se refiere a la parte de ellos dentro de su corazón que anhela la justicia, la bondad y la verdad, y que posee conciencia. Dios salva esta parte de la gente, y a través de ella Él cambia su carácter corrupto para que puedan comprender y obtener la verdad, para que su corrupción pueda ser purificada y su carácter de vida pueda transformarse. Si no posees estas cosas en ti, no puedes ser salvado. Si dentro de ti no existe amor por la verdad y si no aspiras a la justicia y a la luz, si cuandoquiera que te encuentres con el mal no tienes la voluntad para desechar las cosas malignas ni la determinación para padecer dificultades; si, además, tu conciencia está adormecida, si tu capacidad de recibir la verdad también lo está, si no tienes sincronía con la verdad y los acontecimientos que surjan, y si no tienes discernimiento en todas las cosas y eres incapaz de manejar o resolver las cosas por tu cuenta, no hay forma de ser salvado. Tal persona no tiene nada por lo que se la pueda recomendar, nada con lo que merezca la pena obrar. Su conciencia está adormecida, su mente confusa, no ama la verdad ni anhela la justicia en el fondo de su corazón, y no responde por muy clara o transparentemente que hable Dios acerca de la verdad, como si estuviera muerta. ¿Acaso no han acabado las cosas para ellos? Una persona a la que le quede aliento puede salvarse mediante la respiración artificial, pero si la persona ya ha muerto y su alma ha partido, la respiración artificial será inútil. Si cuando te encuentras un problema te encoges y tratas de evitarlo, eso significa que no has dado testimonio; por tanto, nunca puedes ser salvado, y estás completamente acabado.
Extracto de ‘Las personas confundidas no pueden ser salvas’ en “Registros de las pláticas de Cristo”
Las personas a las que Dios salva son las que han sido corrompidas por Satanás y así han llegado a tener un carácter corrupto. No son personas perfectas sin la más mínima mancha ni son personas que vivan en el vacío. Algunas, tan pronto como se revela su corrupción, piensan: “Una vez más me he resistido a Dios; he creído en Él por muchos años pero aún no he cambiado. ¡Seguramente Dios ya no me quiere!”. ¿Qué clase de actitud es esta? Se han rendido y piensan que Dios ya no las quiere. ¿Acaso no están malinterpretando a Dios? Cuando eres tan negativo, es más fácil que Satanás encuentre grietas en tu armadura, y una vez que ha tenido éxito, las consecuencias son inimaginables. Por lo tanto, sin importar con cuántas dificultades te encuentres o cuán negativo te sientas, ¡nunca debes rendirte! Mientras las vidas de las personas se desarrollan y mientras son salvadas, a veces toman la senda equivocada o se descarrían. Por un tiempo demuestran ciertos estados y conductas inmaduros en su vida, o a veces se debilitan y se vuelven negativas, dicen cosas equivocadas, resbalan y caen o sufren un fracaso. Desde el punto de vista de Dios, todas esas cosas son normales y Él no haría un escándalo por ellas. Al comprobar lo hondamente corrompidas que están y que jamás podrán satisfacer a Dios, a algunas personas les duele el corazón, y quienes son capaces de tener semejante remordimiento suelen ser objeto de la salvación de Dios. Aquellos que creen no necesitar la salvación, que ya se consideran perfectos, no son los que salvará Dios. ¿Por qué os digo esto? Lo que quiero decir es que debes tener fe: “Pese a ser débil ahora y a haber caído y fallado, algún día maduraré, algún día podré satisfacer a Dios, entender la verdad y salvarme”. Debes tener esta fe. Independientemente de los reveses, las dificultades, los fallos y las caídas, no debes ser negativo; has de saber a qué clase de personas salva Dios. Además, si te consideras no apto para que te salve Dios, si a veces te hallas en un estado en el que te sientes abominable o desagradable para Dios o si en algún momento del pasado Él no te dio Su aprobación o te rechazó por completo, tranquilo. Ahora sabes esto, así que no es demasiado tarde; siempre y cuando te arrepientas, Dios te dará la oportunidad de salvarte.
Extracto de ‘La entrada en la vida es sumamente importante para la fe en Dios’ en “Registros de las pláticas de Cristo”
Mucha gente preferiría ser condenada al infierno que hablar y actuar con honestidad. No es de extrañar que Yo tenga otro trato reservado para aquellos que son deshonestos. Por supuesto, sé muy bien lo difícil que es para vosotros ser honestos. Como todos sois tan inteligentes, tan buenos para juzgar a la gente con vuestra mezquina vara de medir, esto hace Mi obra mucho más simple. Y puesto que cada uno de vosotros alberga secretos en su corazón, entonces os enviaré uno por uno al desastre para ser “instruidos” por el fuego, para que a partir de ese momento creáis a muerte en Mis palabras. Por último, arrancaré de vuestra boca las palabras “Dios es un Dios fiel”, tras lo cual os golpearéis el pecho y os lamentaréis, diciendo: “¡Tortuoso es el corazón del hombre!”. ¿Cuál será vuestro estado de ánimo en ese momento? Me imagino que no seréis tan triunfantes como sois ahora y que, mucho menos, seréis tan “profundos y abstrusos”. En presencia de Dios, algunas personas son mojigatas y decentes, se esfuerzan por ser “bien educados”, pero sacan los colmillos y blanden sus garras en presencia del Espíritu. ¿Contaríais a esas personas en las filas de los honestos? Si eres un hipócrita, alguien con habilidad para las “relaciones interpersonales”, entonces Yo te digo que definitivamente eres alguien que intenta jugar con Dios. Si tus palabras están llenas de excusas y justificaciones que nada valen, entonces Yo te digo que eres alguien muy poco dispuesto a practicar la verdad. Si tienes muchas confidencias que eres reacio a compartir, si eres tan reticente a dejar al descubierto tus secretos, tus dificultades, ante los demás para buscar el camino de la luz, entonces digo que eres alguien que no logrará la salvación fácilmente ni saldrá de las tinieblas. Si buscar el camino de la verdad te causa placer, entonces eres alguien que vive siempre en la luz. Si te sientes muy contento de ser un hacedor de servicio en la casa de Dios, trabajando de forma diligente y concienzuda en la oscuridad, siempre dando y nunca quitando, entonces Yo te digo que eres un santo leal, porque no buscas ninguna recompensa y estás simplemente siendo una persona honesta. Si estás dispuesto a ser franco, si estás dispuesto a esforzarte al máximo, si eres capaz de sacrificar tu vida por Dios y mantenerte firme en tu testimonio, si eres honesto hasta el punto en que solo sabes satisfacer a Dios y no considerarte o tomar las cosas para ti mismo, entonces Yo digo que tales personas son las que se alimentan en la luz y vivirán para siempre en el reino. Deberías saber si existe verdadera fe y lealtad dentro de ti, si tienes un registro de sufrimiento por Dios, y si te has sometido enteramente a Él. Si careces de estas cosas, entonces dentro de ti sigue existiendo desobediencia, engaño, codicia y descontento. Debido a que tu corazón dista mucho de ser honesto, nunca has recibido el reconocimiento favorable de Dios y nunca has vivido en la luz. Cómo resulte el destino de uno al final depende de si tiene un corazón honesto y rojo como la sangre, y de si tiene un alma pura. Si eres alguien muy deshonesto, alguien con un corazón malicioso y un alma sucia, entonces seguramente terminarás en el lugar donde el hombre es castigado, como está escrito en el registro de tu destino.
Extracto de ‘Tres advertencias’ en “La Palabra manifestada en carne”
Aquellos entre los hermanos y hermanas que siempre están dando rienda suelta a su negatividad son lacayos de Satanás y perturban a la iglesia. Tales personas deben ser expulsadas y eliminadas un día. En su creencia en Dios, si las personas no tienen un corazón reverente a Dios, si no tienen un corazón obediente a Dios, entonces no solo no podrán hacer ninguna obra para Él, sino que, por el contrario, se convertirán en quienes perturban Su obra y lo desafían. Creer en Dios, pero no obedecerlo ni venerarlo y, más bien, resistirse a Él, es la mayor desgracia para un creyente. Si los creyentes son tan casuales y desenfrenados en sus palabras y su conducta como lo son los incrédulos, entonces son todavía más malvados que los incrédulos; son demonios arquetípicos. Aquellos que dan rienda suelta a su conversación venenosa y maliciosa dentro de la iglesia, que difunden rumores, fomentan la desarmonía y forman grupitos entre los hermanos y hermanas deben ser expulsados de la iglesia. Sin embargo, como esta es una era diferente de la obra de Dios, estas personas son restringidas, pues enfrentan una segura eliminación. Todos los que han sido corrompidos por Satanás tienen un carácter corrupto. Algunos no tienen nada más que un carácter corrupto, mientras que otros son diferentes: no solo su carácter ha sido corrompido por Satanás, sino que su naturaleza también es extremadamente maliciosa. No solo sus palabras y acciones revelan su carácter corrupto y satánico; además, estas personas son el auténtico diablo Satanás. Su comportamiento interrumpe y perturba la obra de Dios, perjudica la entrada a la vida de los hermanos y hermanas y daña la vida normal de la iglesia. Tarde o temprano, estos lobos con piel de oveja deben ser eliminados; debe adoptarse una actitud despiadada, una actitud de rechazo hacia estos lacayos de Satanás. Solo esto es estar del lado de Dios y aquellos que no lo hagan se están revolcando en el fango con Satanás.
Extracto de ‘Una advertencia a los que no practican la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”
Cada iglesia tiene personas que le provocan problemas o que se inmiscuyen en la obra de Dios. Todas ellas son satanases que se han infiltrado en la casa de Dios disfrazadas. Este tipo de personas son buenas para actuar. Vienen delante de Mí con gran reverencia, inclinándose y haciendo chirridos, viviendo como perros sarnosos y dedicando “todo” lo que son a lograr sus propios objetivos, pero ante los hermanos y hermanas, muestran su lado feo. Cuando ven a personas que practican la verdad, las eliminan y las hacen a un lado; cuando ven a alguien más formidable que ellos, lo adulan y son serviles con él. Proliferan en la iglesia. Puede decirse que esos “bravucones locales”, esos “perros falderos”, existen en la mayoría de las iglesias. Se unen en sus actos diabólicos, se guiñan el ojo y se envían señales secretas, y ninguno de ellos practica la verdad. Quien tiene más veneno es el “demonio jefe”, y quien tiene el más alto prestigio los conduce y lleva su estandarte en alto. Estas personas alborotan la iglesia, esparciendo su negatividad, emitiendo muerte, haciendo lo que les place, diciendo lo que les place, y nadie se atreve a detenerlas. Rebosan del carácter de Satanás. Tan pronto como comienzan a causar disturbios, un aire de muerte entra en la iglesia. Aquellos que están dentro de la iglesia y practican la verdad son echados fuera, incapaces de darlo todo, mientras que los que perturban a la iglesia y esparcen la muerte hacen vandalismo en la iglesia y, lo que es peor, la mayoría de las personas los sigue. Tales iglesias son dirigidas por Satanás, lisa y llanamente, y el diablo es su rey. Si los congregantes no se levantan y rechazan a los demonios principales, entonces ellos también, tarde o temprano, se irán a la ruina. A partir de ahora, deben tomarse medidas contra tales iglesias. Si los congregantes de una iglesia son capaces de practicar un poco de verdad, pero no buscan hacerlo, entonces esa iglesia será eliminada. Si no hay nadie en una iglesia que esté dispuesto a practicar la verdad y nadie que pueda dar testimonio de Dios, entonces esa iglesia debe ser completamente aislada y se deben cortar sus conexiones con otras iglesias. A esto se le llama “muerte por sepultura”; eso es lo que significa expulsar a Satanás. Si en una iglesia hay varios bravucones y son seguidos por “pequeñas moscas” que no pueden distinguir lo que son, y si los congregantes, incluso después de haber visto la verdad, siguen siendo incapaces de rechazar las ataduras y la manipulación de estos bravucones, entonces todos estos tontos serán eliminados al final. Tal vez estas pequeñas moscas no hayan hecho nada terrible, pero son aún más astutas, aún más resbaladizas y evasivas y todos los que son como ellas serán eliminados. ¡No quedará ni uno! Aquellos que pertenecen a Satanás serán devueltos a Satanás, mientras que aquellos que pertenecen a Dios seguramente irán en busca de la verdad; esto está determinado por su naturaleza. ¡Que todos los que siguen a Satanás perezcan! No habrá piedad para estas personas. Que los que buscan la verdad sean provistos y que se complazcan en la palabra de Dios hasta que se sientan saciados. Dios es justo; Él no muestra favoritismo hacia nadie. Si eres un diablo, entonces eres incapaz de practicar la verdad; si eres alguien que busca la verdad, entonces es seguro que no serás llevado cautivo por Satanás. Esto está más allá de toda duda.
Extracto de ‘Una advertencia a los que no practican la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”
Las personas que auténticamente creen en Dios son aquellas que están dispuestas a poner en práctica la palabra de Dios y a practicar la verdad. Las personas que verdaderamente son capaces de permanecer firmes en su testimonio de Dios son, también, aquellas que están dispuestas a poner Su palabra en práctica y auténticamente pueden ponerse del lado de la verdad. Todas las personas que recurren a los engaños y a la injusticia carecen de la verdad y avergüenzan a Dios. Aquellas que provocan disputas en la iglesia son lacayos de Satanás, son la encarnación de Satanás. Esas personas son sumamente malvadas. Todas aquellas que carecen de discernimiento y son incapaces de ponerse de parte de la verdad albergan intenciones malignas y manchan la verdad. Más que eso, son los representantes arquetípicos de Satanás. Están más allá de la redención y, de manera natural, serán eliminadas. La familia de Dios no permite que aquellos que no practican la verdad permanezcan y tampoco que lo hagan aquellos que deliberadamente desmantelan a la iglesia. Sin embargo, este no es el momento de llevar a cabo la obra de expulsión; esas personas simplemente serán expuestas y eliminadas al final. No debe gastarse más obra inútil en estas personas; aquellos que pertenecen a Satanás son incapaces de ponerse del lado de la verdad, mientras que aquellos que buscan la verdad sí pueden hacerlo. Las personas que no practican la verdad no son dignas de escuchar el camino de la verdad ni de dar testimonio de ella. La verdad simplemente no es para sus oídos; más bien, está dirigida a quienes la practican. Antes de que se revele el fin de cada persona, aquellos que perturban a la iglesia e interrumpen la obra de Dios serán hechos a un lado por ahora y se les tratará después. Una vez que la obra esté completa, cada una de estas personas será expuesta y, luego, serán eliminadas. Por ahora, mientras se está proveyendo la verdad, serán ignoradas. Cuando toda la verdad se revele a la humanidad, esas personas deberán ser eliminadas; ese será el momento en el que todas las personas serán clasificadas según su especie. Los engaños insignificantes de quienes no tienen discernimiento los llevarán a su destrucción a manos de los malvados, serán alejados por ellos para no regresar jamás. Y ese es el trato que merecen, porque no aman la verdad, porque son incapaces de ponerse del lado de la verdad, porque siguen a las personas malvadas y están del lado de las personas malvadas y porque se confabulan con personas malvadas y desafían a Dios. Saben perfectamente que esas personas malvadas irradian maldad, pero endurecen su corazón y le dan la espalda a la verdad para seguirlas. ¿Acaso no están haciendo el mal estas personas que no practican la verdad, pero que hacen cosas destructivas y abominables? Aunque hay entre ellos quienes se visten como reyes y otros que los siguen, ¿no son iguales sus naturalezas que desafían a Dios? ¿Qué excusa pueden tener para afirmar que Dios no los salva? ¿Qué excusa pueden tener para decir que Dios no es justo? ¿No es su propio mal el que los está destruyendo? ¿No es su propia rebeldía la que los está arrastrando al infierno? Las personas que practican la verdad, al final, serán salvas y perfeccionadas a causa de la verdad. Al final, aquellos que no practican la verdad causan su propia destrucción a causa de la verdad. Estos son los fines que esperan a los que practican la verdad y a los que no la practican.
Extracto de ‘Una advertencia a los que no practican la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”
No importa cómo sean probados, la lealtad de los que tienen a Dios en su corazón se mantiene sin cambios; pero para los que no tienen a Dios en su corazón, una vez que la obra de Dios no es favorable para su carne, cambian su opinión de Dios y hasta se apartan de Dios. Así son los que no se mantendrán firmes al final, que sólo buscan las bendiciones de Dios y no tienen el deseo de entregarse a Dios y dedicarse a Él. Todas estas personas tan viles serán expulsadas cuando la obra de Dios llegue a su fin y no son dignas de ninguna simpatía. Los que carecen de humanidad no pueden amar verdaderamente a Dios. Cuando el ambiente es seguro y fiable o hay ganancias que obtener, son completamente obedientes a Dios, pero cuando lo que desean está comprometido o finalmente se les niega, de inmediato se rebelan. Incluso, en el transcurso de una sola noche pueden pasar de ser una persona sonriente y “de buen corazón” a un asesino de aspecto espantoso y feroz, tratando de repente a su benefactor de ayer como su enemigo mortal, sin ton ni son. Si estos demonios no son desechados, estos demonios que matarían sin pensarlo dos veces, ¿no se convertirían en un peligro oculto? La obra de salvar al hombre no se logra después de que se complete la obra de conquista. Aunque la obra de conquista ha llegado a su fin, la obra de purificar al hombre no lo ha hecho; esa obra solo se terminará una vez que el hombre haya sido completamente purificado, una vez que los que verdaderamente se someten a Dios hayan sido hechos completos y una vez que esos que se disfrazan, que no tienen a Dios en su corazón, hayan sido purgados. Los que no satisfacen a Dios en la etapa final de Su obra serán eliminados por completo y los que son eliminados son del diablo. Ya que no son capaces de satisfacer a Dios son rebeldes contra Dios y, aunque estas personas siguen a Dios en la actualidad, esto no prueba que son los que finalmente permanecerán. En las palabras, “los que siguen a Dios hasta el final recibirán la salvación”, el significado de “siguen” es mantenerse firmes en medio de la tribulación. Hoy, muchos creen que seguir a Dios es fácil, pero cuando la obra de Dios esté a punto de terminar, tú sabrás el verdadero significado de “seguir”. Solo porque hoy puedas todavía seguir a Dios después de haber sido conquistado, esto no prueba que seas de los que serán perfeccionados. Los que no pueden soportar las pruebas, que no pueden ser triunfadores en medio de la tribulación, no podrán, al final, mantenerse firmes y no podrán seguir a Dios hasta el final. Los que verdaderamente siguen a Dios pueden resistir la evaluación de su obra, mientras que los que no siguen a Dios realmente no pueden resistir ninguna de las pruebas de Dios. Tarde o temprano serán expulsados, mientras que los victoriosos permanecerán en el reino. Que el hombre verdaderamente busque a Dios o no lo determina la evaluación de su obra, es decir, las pruebas de Dios, y no tiene nada que ver con la decisión del hombre mismo. Dios no rechaza a ninguna persona a capricho; todo lo que Él hace es para que el hombre pueda ser completamente convencido. No hace nada que sea invisible para el hombre ni ninguna obra que no pueda convencer al hombre. El que la creencia del hombre sea verdadera o no lo prueban los hechos y no lo puede decidir el hombre. Sin duda, “el trigo no se puede hacer cizaña y la cizaña no se puede hacer trigo”. Todos los que verdaderamente aman a Dios al final permanecerán en el reino y Dios no maltratará a ninguno que verdaderamente lo ame.
Extracto de ‘La obra de Dios y la práctica del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”
En este momento, la eficacia de vuestra búsqueda se mide por lo que poseéis actualmente. Esto es lo que determina vuestro resultado; es decir, vuestro resultado se revela por los sacrificios y cosas que hayáis hecho. Vuestra búsqueda, vuestra fe y vuestros actos indicarán vuestro resultado. Muchos ya sois imposibles de salvar, pues hoy es el día en que se revelan los resultados de las personas y no me despistaré en Mi obra; no llevaré a la próxima era a aquellos totalmente imposibles de salvar. Llegará un momento en que Mi obra esté terminada. No obraré en esos cadáveres malolientes y exánimes que no se pueden salvar en absoluto; estos son los últimos días de la salvación del hombre y no obraré en balde. No claméis contra el cielo y la tierra: está llegando el fin del mundo. Es inevitable. Las cosas han llegado hasta este punto y no hay nada que tú, como ser humano, puedas hacer para detenerlas; no puedes cambiar las cosas como desees. Ayer no pagaste la consecuencia de buscar la verdad y no fuiste leal. Hoy ha llegado la hora, no te puedes salvar, y mañana serás descartado y no habrá margen para que te salves. Aunque Mi corazón es manso y hago todo lo posible por salvarte, si no te esfuerzas por tu parte ni piensas por ti mismo, ¿qué tengo que ver Yo en esto? Aquellos que solo piensan en la carne y disfrutan de la comodidad; aquellos que parecen creer, pero realmente no creen; aquellos que se dedican a la medicina maligna y la brujería; los promiscuos y harapientos; aquellos que roban sacrificios y posesiones a Jehová; los amantes de los sobornos; aquellos que sueñan ociosamente con ascender al cielo; los arrogantes y vanidosos, que únicamente persiguen su fama y fortuna; aquellos que difunden impertinencias; aquellos que blasfeman contra el propio Dios; aquellos que no hacen sino juzgarlo y difamarlo; aquellos que forman corrillos y buscan la independencia; aquellos que se enaltecen por encima de Dios; los hombres y mujeres frívolos jóvenes, de mediana edad y ancianos atrapados en el libertinaje; los hombres y mujeres que disfrutan de su fama y fortuna y persiguen su estatus personal en medio de los demás; los impenitentes atrapados en el pecado… ¿No son todos ellos imposibles de salvar? El libertinaje, la pecaminosidad, la medicina maligna, la brujería, la blasfemia y las impertinencias se desbocan entre vosotros, entre quienes quedan pisoteadas la verdad y las palabras de vida y adulterado el lenguaje sacro. ¡Vosotros, gentiles, repletos de inmundicia y desobediencia! ¿Cuál será vuestro resultado final? ¡Cómo pueden tener la osadía de seguir viviendo aquellos que aman la carne, los hechizados por ella y los que están atrapados en pecados libertinos! ¿No sabes que las personas como tú son unos gusanos imposibles de salvar? ¿Qué te da derecho a exigir esto y aquello? Hasta la fecha no se ha producido la menor transformación en aquellos que no aman la verdad y solo aman la carne; ¿cómo van a poder salvarse esas personas? Aquellos que no aman el camino de la vida, que no enaltecen a Dios ni dan testimonio de Él, que maquinan por su estatus, que se ensalzan, ¿no siguen siendo los mismos, incluso hoy en día? ¿Qué valor tiene salvarlos? Que puedas salvarte no depende de tu antigüedad ni de cuántos años lleves trabajando, y ni mucho menos de cuántas referencias hayas acumulado. Más bien depende de si tu búsqueda ha dado fruto. Debes saber que quienes se salvan son los “árboles” que dan fruto, no los árboles con follaje exuberante y abundantes flores que aún no dan fruto. Aunque hayas pasado muchos años vagando por las calles, ¿qué importa eso? ¿Dónde está tu testimonio? Tu veneración por Dios es mucho menor que tu amor propio y tus deseos lujuriosos; ¿esto no es ser una persona degenerada? ¿Cómo va a ser ejemplo y modelo de salvación? Tu naturaleza es incorregible, eres demasiado rebelde, ¡imposible de salvar! ¿No serán esas personas las descartadas? ¿Acaso cuando termine Mi obra no será el momento en que llegará tu último día? He llevado a cabo una gran obra y pronunciado muchísimas palabras entre vosotros; ¿cuánto de esto os ha entrado de veras en los oídos? ¿Cuánto habéis obedecido? Cuando termine Mi obra será el momento en que dejarás de oponerte a Mí, de estar en contra de Mí. A medida que obro, actuáis constantemente contra Mí; jamás acatáis Mis palabras. Yo llevo a cabo Mi obra y tú realizas tu propia “obra” de crear tu pequeño reino. ¡No sois más que una manada de zorros y perros que todo lo hacen para oponerse a Mí! Siempre procuráis atraer a aquellos que os ofrecen su amor sin reservas; ¿dónde está vuestra veneración? ¡Todo lo que hacéis es engañoso! ¡No tenéis obediencia ni veneración y todo lo que hacéis es engañoso y blasfemo! ¿Se pueden salvar unas personas así? Los hombres sexualmente inmorales y lascivos siempre quieren atraer a rameras coquetas para su disfrute. De ningún modo salvaré a esos demonios sexualmente inmorales. Os odio, inmundos demonios, y vuestra lascivia y coquetería os sumirán en el infierno. ¿Qué tenéis que decir? ¡Vosotros, inmundos demonios y malos espíritus, sois repulsivos! ¡Sois repugnantes! ¿Cómo podría salvarse semejante basura? ¿Todavía pueden salvarse aquellos que están atrapados en el pecado? Hoy en día, esta verdad, este camino y esta vida no os atraen; por el contrario, os atraen la pecaminosidad, el dinero, la posición, la fama, la ganancia, el disfrute de la carne, el atractivo de los hombres y los encantos de las mujeres. ¿Qué os hace aptos para entrar en Mi reino? Vuestra imagen es aún más grande que la de Dios y vuestro estatus es incluso superior al suyo, por no hablar de vuestro prestigio entre los hombres: os habéis convertido en ídolos de la gente. ¿Tú no te has convertido en arcángel? Cuando revele los resultados de las personas, que también será cuando la obra de salvación se acerque a su fin, muchos de vosotros seréis cadáveres imposibles de salvar y deberéis ser descartados.
Extracto de ‘Práctica (7)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Al hablar de Señales del fin del mundo, el Señor Jesús predijo: "Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino"(Mateo 24:7). Hoy en día, esta profecía sh ha cumplido, se puede confirmar que el día del Señor ha llegado. Entonces, ¿cómo debemos recibir al Señor? Puede hacer clic en los siguientes datos de contacto para discutir y comunicarse con nosotros en línea, nuestros especialistas le responderán online.
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