Cada día, estamos ocupados por la vida, el trabajo y la familia. Ante ellos, algunas personas tienen la guía de Dios, percibiendo paz y seguridad en sus corazones y viviendo con comodidad y libertad. Sin embargo, otras no, además a menudo se sienten agotadas y no saben qué hacer si les suceden algunas dificultades.
Herma@s, ¿en qué situación se encuentran? Si se trata de la segunda, entonces podrían considerar si es por las siguientes condiciones.
1. Casi nunca hacen oraciones íntimas a Dios
2. Rara vez asisten a las reuniones
3. Con poca frecuencia leen la Palabra de Dios y la llevan a la vida real para experimentarla
Si tienen estas manifestaciones, significa que sus corazones se han alejado de Dios y sus relaciones con Él se han vuelto anormales, por lo que en la vida cotidiana, a menudo se encuentran en un estado de pánico y ocupación, varias personas y cosas les hacen sentir ansiosos y exhaustos.
Entonces, ¿cómo resolver estos problemas, mantener una relación normal con Dios y recibir Su guía y bendición?
La Palabra de Dios dice: “Si puedes dedicar una o dos horas cada día a una vida espiritual verdadera, tu vida durante ese día se sentirá enriquecida y tu corazón será brillante y claro. Si vives esta clase de vida espiritual a diario, entonces tu corazón podrá volver a estar más en posesión de Dios, tu espíritu se volverá cada vez más fuerte, tu condición mejorará constantemente, podrás recorrer mejor la senda por la que guía el Espíritu Santo, y Dios te concederá más bendiciones”. Estas palabras nos informan que con que nos dedicamos algún tiempo cada día en oración, lectura de la Palabra de Dios y relación con Él, podremos recibir Sus bendiciones y tener la guía de Sus palabras en cualquier asunto, y también sentiremos paz y seguridad en nuestros corazones y seremos eficientes en todas tareas.
I
Si quieres ser perfeccionado
y tomar el buen camino,
tu corazón debe vivir con Dios,
no sigas alocado a Satanás.
No dejes que Satanás pueda obrar.
No dejes que te use.
Entrégate a Dios por completo,
deja que Dios reine por completo.
Evalúa lo que haces, piensas y dices,
e intenta entender tu estado real,
toma el camino de la obra del Espíritu
y así tu relación con Dios será normal.
II
¿Acaso quieres que Satanás te use
para convertirte en su sirviente?
¿Acaso tu fe es para que Dios te perfeccione
o para ser un contraste en Su obra?
¿Acaso deseas que Dios te obtenga
para vivir una vida plena?
¿O sólo deseas vivir una vida vacía y sin valor?
Evalúa lo que haces, piensas y dices,
e intenta entender tu estado real,
toma el camino de la obra del Espíritu
y así tu relación con Dios será normal.
III
¿Acaso quieres que Dios te use
o que te explote Satanás?
¿Llenarte de las palabras y verdades de Dios
o del pecado y de Satanás?
Comprende que, en tu vida, lo que haces y dices
puede hacer que tu relación con Dios
se convierta en anormal.
Rectifica y ve por el buen camino.
Evalúa lo que haces, piensas y dices,
e intenta entender tu estado real,
toma el camino de la obra del Espíritu
y así tu relación con Dios será normal.
IV
Al sopesar si tus vínculos
con Dios son buenos y firmes,
rectifica tus intenciones,
conoce la esencia del hombre.
Para que puedas conocerte,
empieza a vivir de verdad.
Te abandonarás de verdad
y te entregarás a Dios.
Cuando compartas con Dios un vínculo normal,
encontrarás formas de ser perfeccionado,
formas en las que obra el Espíritu Santo.
Verás las artimañas de Satanás.
Así es como uno es perfeccionado.
Evalúa lo que haces, piensas y dices,
e intenta entender tu estado real,
toma el camino de la obra del Espíritu
y así tu relación con Dios será normal.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
Con el fin de ayudar a los hermanos y hermanas a acercarse a Dios, creamos una comunidad en línea gratuita. Muchos se han unido a nosotros, ya han entendido algunas verdades y sus relaciones con Dios se han vuelto cada vez más normales, y percibiendo la guía y la bendición de Dios en sus vidas. Si quieren librarse de su actual vida ajetreada y cansada cuanto antes, no duden en contactarnos por WhatsApp.
Recientemente, algunos hermanos y hermanas nos enviaron un mensaje diciendo: “Aunque hemos sido perdonados por nuestra fe en el Señor, aún seguimos pecando con frecuencia, y independientemente de cómo controlemos con la perseverancia, nunca somos capaces de escapar de la esclavitud del pecado. ¿Cómo podemos deshacernos de las ataduras de la naturaleza pecaminosa para ser purificados y transformados?”.
Dios dice: “Los pecados del hombre podían ser perdonados por medio de una ofrenda por el pecado, pero el hombre ha sido incapaz de resolver el problema de cómo no pecar más y cómo poder desechar completamente su naturaleza pecaminosa y ser transformado. Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie. Esto requiere que el hombre entienda la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También necesita que el hombre actúe de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y que pueda hacer todas las cosas de acuerdo con la voluntad de Dios, desechar el carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, aflorando de este modo totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa. Cuando Jesús estaba haciendo Su obra, el conocimiento que el hombre tenía de Él seguía siendo vago y poco claro. Siempre creyó que Él era el hijo de David y proclamó que era un gran profeta y el Señor benevolente que redimía los pecados del hombre. Algunos, basándose en la fe, se curaron simplemente tocando el borde de Sus vestiduras; los ciegos podían ver e incluso los muertos ser restaurados a la vida. Sin embargo, el hombre no podía descubrir el carácter satánico corrupto profundamente arraigado en él ni sabía cómo desecharlo. El hombre recibió mucha gracia, como la paz y la felicidad de la carne, la bendición de toda la familia sobre la fe de uno, la curación de las enfermedades, etc. El resto era las buenas obras del hombre y su apariencia piadosa; si este podía vivir en base a eso, se le consideraba un buen creyente. Sólo tales creyentes podrían entrar en el cielo tras la muerte, lo que significa que fueron salvos. Pero durante su vida, no entendieron en absoluto el camino de la vida. Simplemente cometían pecados y después confesaban, en un ciclo continuo sin camino alguno hacia un carácter cambiado; así era la condición del hombre en la Era de la Gracia. ¿Ha recibido el hombre la salvación completa? ¡No! Por tanto, después de completarse esa etapa, aún queda la obra de juicio y castigo. Esta etapa hace al hombre puro por medio de la palabra al darle una senda que seguir. La misma no sería fructífera ni tendría sentido si continuase con la expulsión de demonios, porque la naturaleza pecaminosa del hombre no sería abandonada y el hombre sólo se detendría tras el perdón de los pecados. A través de la ofrenda por el pecado, estos se le han perdonado al hombre, porque la obra de la crucifixión ya ha llegado a su fin y Dios ha vencido a Satanás. Pero el carácter corrupto del hombre sigue en él y este todavía puede pecar y resistir a Dios; Dios no ha ganado a la humanidad. Esa es la razón por la que en esta etapa de la obra Dios usa la palabra para revelar el carácter corrupto del hombre y pide a este que practique de acuerdo con el camino adecuado. Esta etapa es más significativa que la anterior y también más fructífera, porque, ahora, la palabra es la que provee directamente la vida del hombre, y permite que su carácter sea completamente renovado; es una etapa de obra más concienzuda. Así pues, la encarnación en los últimos días ha completado el sentido de la encarnación de Dios y ha terminado por completo el plan de gestión de Dios para la salvación del hombre”.
De “La Palabra manifestada en carne”
De la Palabra de Dios vemos que a pesar de que nuestros pecados han sido perdonados por aceptar la redención del Señor, nuestra naturaleza pecaminosa aún no ha sido eliminada, todavía pecamos y nos resistimos a Dios a menudo. Por lo tanto, aún necesitamos aceptar la obra del juicio y la purificación de Dios en los últimos días, solo así, podemos liberarnos de la naturaleza pecaminosa para que seamos purificados, esto justamente ha cumplido las siguientes profecías bíblicas: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios […]” (1 Pedro 4:17). “Que el injusto siga haciendo injusticias, que el impuro siga siendo impuro, que el justo siga practicando la justicia, y que el que es santo siga guardándose santo. He aquí, yo vengo pronto, y mi recompensa está conmigo para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apocalipsis 22:11-12).
Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.
Dios dice: “En tu creer en Dios, por lo menos debes resolver tener una relación normal con Dios. Sin una relación normal con Dios, pierdes el significado de tu creer en Dios. Establecer una relación normal con Dios depende totalmente de que acalles tu corazón ante Dios”.
“Primero se empieza desde la oración: orar en paz delante de Dios es muy productivo. Después de ello, comer y beber las palabras de Dios, meditar en Sus palabras e intentar obtener la luz, hallar el camino a la práctica, conocer cuáles son los objetivos de las declaraciones de Dios, y entender sin desviación. En general, acercarse a Dios con normalidad en el corazón, contemplar Su amor, y reflexionar en Sus palabras, sin ser perturbado por las cosas externas. Cuando tu corazón está en paz, hasta el punto de ser capaz de meditar, para poder contemplar dentro de ti mismo el amor de Dios, y acercarte de verdad a Él, independientemente del entorno en el que estés, y en última instancia has alcanzado el punto en el que alabas en tu corazón, y es incluso mejor que orar, entonces poseerás una cierta estatura en esto. Si puedes alcanzar el estado antes descrito, entonces esto probará que tu corazón está verdaderamente en paz ante Dios. Este es el primer paso; es una habilidad básica. Sólo cuando pueden estar en paz delante de Dios, el Espíritu Santo puede tocar a las personas y el Espíritu Santo las puede esclarecer e iluminar, sólo entonces pueden realmente tener comunión con Dios y pueden entender la voluntad de Dios y la guía del Espíritu Santo, y con esto, habrán entrado en el camino correcto en sus vidas espirituales”.
“Reflexionar en las palabras de Dios, y orar sobre ellas al mismo tiempo que se comen y se beben Sus actuales palabras, este es el primer paso para estar en paz delante de Dios. Si de verdad puedes estar en paz delante de Dios, entonces el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo estarán contigo”.
De “La Palabra manifestada en carne”
Son importantes tomar medidas de seguridad y prevención y preparar alimento suficiente durante el desastres, pero lo más importante es tener una relación normal con Dios, porque Él es el que tiene el control sobre todo. ¿Cómo establecer una relación con Dios? Haga clic en WhatsApp para discutir con nosotros.
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Devocional | La fe de Job en Dios no se tambalea por el hecho de que Dios esté escondido de él
Mediante su capacidad auditiva, Job escucha hablar de Dios
Job 9:11 Si Él pasara junto a mí, no le vería; si me pasara adelante, no le percibiría.
Job 23:8-9 He aquí, me adelanto, y Él no está allí, retrocedo, pero no le puedo percibir; cuando se manifiesta a la izquierda, no le distingo, se vuelve a la derecha, y no le veo.
Job 42:2-6 Yo sé que tú puedes hacer todas las cosas, y que ningún propósito tuyo puede ser estorbado. “¿Quién es este que oculta el consejo sin entendimiento?”. Por tanto, he declarado lo que no comprendía, cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no sabía. “Escucha ahora, y hablaré; te preguntaré y tú me instruirás”. He sabido de ti solo de oídas, pero ahora mis ojos te ven. Por eso me retracto, y me arrepiento en polvo y ceniza.
Aunque Dios no se ha revelado a Job, él cree en Su soberanía
¿Cuál es la idea central de estas palabras? ¿Os habéis dado cuenta de que aquí hay una realidad? En primer lugar, ¿cómo supo Job que había un Dios? ¿Entonces cómo sabía que los cielos y la tierra, y todas las cosas, son gobernados por Dios? Hay un pasaje que responde estas dos preguntas: “He sabido de ti solo de oídas, pero ahora mis ojos te ven. Por eso me retracto, y me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42:5-6). De estas palabras aprendemos que, en lugar de haber visto a Dios con sus propios ojos, Job había sabido de Él a partir de la leyenda. Bajo estas circunstancias comenzó a andar por el camino de seguir a Dios, tras lo cual confirmó Su existencia en su vida, y entre todas las cosas. Aquí encontramos un hecho innegable; ¿cuál es? A pesar de ser capaz de seguir el camino de temer a Dios y apartarse del mal, Job nunca lo había visto. ¿Acaso no era igual, en esto, a las personas actuales? Job nunca había visto a Dios, lo que implica que aunque había oído de Él, no sabía dónde estaba, cómo era ni qué estaba haciendo. Todos estos son factores subjetivos; objetivamente hablando, aunque seguía a Dios, Él nunca se le apareció ni le habló. ¿No es esto una realidad? Aunque Él no le había hablado a Job ni le había dado ningún mandamiento, este había visto Su existencia, observaba Su soberanía entre todas las cosas y en leyendas en las que había oído de Dios mediante el sentido auditivo, tras lo cual comenzó a vivir temiendo a Dios y apartándose del mal. Estos eran los orígenes y el proceso por los cuales Job seguía a Dios. Pero, independientemente de su forma de temerle y de apartarse del mal, de cómo se agarrara firmemente a su integridad, Dios nunca se le apareció. Leamos este pasaje. Él dijo: “Si Él pasara junto a mí, no le vería; si me pasara adelante, no le percibiría” (Job 9:11). Lo que estas palabras están indicando es que Job podría, o no, haber sentido a Dios a su alrededor; sin embargo, nunca lo pudo ver. Había momentos en los que se lo imaginaba pasando delante de él, actuando, o guiando al ser hombre, pero nunca lo había conocido. Dios viene al hombre cuando este no lo espera; el ser humano no sabe cuándo Dios viene a él ni dónde lo hace, porque no puede verlo y, por tanto, para el hombre Dios está escondido de él.
La fe de Job en Dios no se tambalea por el hecho de que Dios esté escondido de él
En el siguiente pasaje de las escrituras, Job dice: “He aquí, me adelanto, y Él no está allí, retrocedo, pero no le puedo percibir; cuando se manifiesta a la izquierda, no le distingo, se vuelve a la derecha, y no le veo” (Job 23:8-9). En este relato, aprendemos que en las experiencias de Job, Dios se había escondido totalmente de él; no se le había aparecido ni le había hablado abiertamente palabra alguna, pero en su corazón, Job confiaba en la existencia de Dios. Siempre había creído que Él podía estar caminando delante de él, o actuando a su lado, y que aunque no podía verlo, estaba junto a él gobernando su todo sobre él. Job nunca había visto a Dios, pero podía mantenerse fiel a su fe, algo que ninguna otra persona podía hacer. ¿Por qué no podían otras personas hacer esto? Porque Dios no habló a Job ni se le apareció, y si no hubiera creído de verdad, no habría podido seguir adelante ni haberse aferrado al camino de temer a Dios y apartarse del mal. ¿No es esto cierto? ¿Cómo te sientes cuando lees sobre Job pronunciando estas palabras? ¿Sientes que la perfección y la rectitud de Job, y su justicia delante de Dios, son reales y no una exageración por parte de Dios? Aunque Él tratara a Job igual que a otras personas, y no se le apareciera ni le hablara, él seguía firme en su integridad, continuaba creyendo en Su soberanía y, además, ofrecía con frecuencia holocaustos y oraba delante de Dios como consecuencia de su miedo a ofenderle. En su capacidad de temerle sin haberlo visto, percibimos cuánto amaba las cosas positivas, y cuán firme y real era su fe. No negaba la existencia de Dios porque estuviera escondido de él ni perdía su fe, abandonándolo por no haberle visto nunca. En su lugar, en medio de la obra oculta de Dios de gobernar todas las cosas, había sido consciente de Su existencia, y sentía Su soberanía y Su poder. No dejó de ser recto porque Dios estuviera escondido ni abandonó el camino de temerle y apartarse del mal porque Él nunca se le apareciera. Job nunca había pedido que Dios se le manifestara abiertamente para demostrar Su existencia, porque ya había observado Su soberanía en medio de todas las cosas, y creía haber obtenido las bendiciones y las gracias que otros no habían recibido. Aunque Dios seguía escondido para él, su fe en Él nunca se tambaleó. Así pues, cosechó lo que nadie más tenía: la aprobación y la bendición de Dios.
Extracto de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”
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Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.