Palabra de Dios | Conocer el propósito de las tres etapas de la obra de Dios relacionada con Su gestión de la humanidad
Palabras relevantes de Dios:
Todo Mi plan de gestión, el cual se extiende por seis mil años, consta de tres etapas, o de tres eras: la Era de la Ley al comienzo, la Era de la Gracia (que es también la Era de la Redención) y, finalmente, la Era del Reino. Mi obra en estas tres eras difiere según la naturaleza de cada era, pero en cada etapa se ajusta a las necesidades del hombre, o para ser más precisos, se hace en función de los trucos empleados por Satanás en Mi guerra contra él. El objetivo de Mi obra es derrotar a Satanás, para manifestar Mi sabiduría y Mi omnipotencia, develar todos los trucos de Satanás y, por ende, salvar a toda la humanidad que vive bajo su campo de acción. Tiene el objeto de mostrar Mi sabiduría y Mi omnipotencia, mientras que al mismo tiempo revele lo horrendo de Satanás. Aún más, está orientado a enseñar a Mis creaciones a discriminar entre el bien y el mal, a reconocer que Yo soy el Gobernador de todas las cosas, para que se vea claramente que Satanás es el enemigo de la humanidad, el más bajo de lo bajo, el maligno, y para aclarar la diferencia entre el bien y el mal, la verdad y la falsedad, la santidad y la suciedad, la grandeza y la bajeza; que todo quede tan claro como el día. De esta manera, la humanidad ignorante puede dar testimonio de Mí, de que no soy Yo quien corrompe a la humanidad, y que sólo Yo, el Creador puede salvar a la humanidad, y que puede conceder a las personas cosas para el disfrute; y que ellas lleguen a saber que Yo soy el Gobernador de todas las cosas, y que Satanás no es más que una de Mis creaciones, que posteriormente se volvió contra Mí. Mi plan de gestión de seis mil años consta de tres etapas con el fin de lograr el siguiente efecto: permitir que Mis creaciones sean Mis testimonios, que conozcan Mi voluntad, que vean que Yo soy la verdad.
de ‘La verdad interna sobre la obra en la Era de la Redención’ en “La Palabra manifestada en carne”
Hoy, resumiremos primero los pensamientos, las ideas y cada movimiento de Dios desde que creó a los seres humanos, y echaremos un vistazo a la obra que llevó a cabo a partir de la creación del mundo y hasta el inicio oficial de la Era de la Gracia. Entonces podremos descubrir cuáles de los pensamientos y de las ideas de Dios le son desconocidos al hombre y, desde ahí, podremos aclarar el orden del plan de Dios para Su obra de gestión, entender a fondo el contexto en el que la creó, la fuente y el proceso de desarrollo de esta, y asimismo comprender por completo qué resultados quiere obtener de ella, es decir, el núcleo y el propósito de la misma. Para entender estas cosas tenemos que remontarnos a un tiempo lejano, en calma y silencioso en el que no había seres humanos…

Cuando Dios se levantó de Su lecho, Su primer pensamiento fue este: crear a una persona viva, un ser humano viviente y real, alguien con quien vivir y que fuera Su compañero constante. Esta persona podría escucharle y Dios podría confiar en ella y hablar con ella. Entonces, por primera vez, Dios agarró un puñado de tierra y la usó para crear a la primera persona viva que Él había imaginado, y le puso nombre: Adán. ¿Cómo se sintió, una vez conseguida esta persona que vivía y respiraba? Por primera vez, sintió el gozo de tener a un ser amado, un compañero; también la responsabilidad de ser padre y la preocupación que le acompaña. Esta persona viva que respiraba, le produjo a Dios felicidad y gozo; Él se sintió consolado por primera vez. Fue lo primero que Dios había hecho jamás que no se llevara a cabo con Sus pensamientos o incluso Sus palabras, sino con Sus propias dos manos. Cuando este tipo de ser —una persona viva, que respiraba— estuvo delante de Dios, en carne y hueso, con cuerpo y forma, y capaz de hablar con Él, experimentó una especie de gozo que nunca antes había sentido. Sintió en verdad Su responsabilidad y este ser viviente no sólo tiró de su corazón, sino que cada uno de sus pequeños movimientos también lo conmovieron y dieron calor a Su corazón. De modo que, cuando este ser viviente estuvo delante de Dios, fue la primera vez que Él tuvo la idea de ganar más personas como esta. Esta fue la serie de acontecimientos que se iniciaron con este primer pensamiento que Dios tuvo. Para Él, todos estos sucesos estaban ocurriendo por primera vez, pero en ellos, independientemente de lo que Él sintiera en aquel momento —gozo, responsabilidad, preocupación—, no había nadie con quien poderlo compartir. Desde ese momento, Dios sintió realmente una soledad y una tristeza como nunca antes. Percibió que los seres humanos no podían aceptar ni comprender Su amor y Su preocupación, o Sus intenciones por la humanidad, de manera que aún sintió tristeza y dolor en Su corazón. Aunque había hecho aquellas cosas para el hombre, este no era consciente de ello ni lo entendía. Al margen de la felicidad, del gozo y del consuelo que el hombre le proporcionó, esto pronto trajo consigo Sus primeros sentimientos de tristeza y soledad. Estos eran los pensamientos y los sentimientos de Dios en aquel momento. Mientras Él estaba haciendo todas estas cosas, en Su corazón pasaba del gozo a la tristeza y de la tristeza al dolor, todo ello mezclado con ansiedad. Todo lo que Él quería hacer era apresurarse para hacerle saber a esta persona, a esta raza humana, con prontitud lo que había en Su corazón y que ella entendiera cuanto antes Sus intenciones. Entonces podrían convertirse en Sus seguidores y estar en armonía con Él. Ya no escucharían hablar a Dios y se quedarían sin palabras; dejarían de ignorar cómo unirse a Él en Su obra; por encima de todo, ya no serían personas indiferentes a los requisitos divinos. Estas primeras cosas que Dios llevó a cabo están llenas de sentido y encierran gran valor para Su plan de gestión y para los seres humanos de hoy.
Después de crear todas las cosas y a los seres humanos, Dios no descansó. No podía esperar para realizar Su gestión ni para ganar de entre la humanidad a aquellas personas a las que tanto amaba.
Él ve esta vez de gestión de la humanidad, de salvar a los seres humanos, como lo más importante de todo. No sólo hace estas cosas con Su mente o con Sus palabras y, sobre todo, no lo hace de manera casual; las realiza todas con un plan, una meta, principios y con Su voluntad. Es evidente que esta obra para salvar a la humanidad tiene una gran relevancia tanto para Dios como para el hombre. No importa la dificultad de la obra ni lo grandes que sean los obstáculos, ni lo débiles que sean los seres humanos, ni lo profunda que sea la rebeldía de la humanidad; nada de esto es difícil para Dios. Él se mantiene ocupado, dedicando Sus meticulosos esfuerzos y gestionando la obra que Él mismo quiere llevar a cabo. Asimismo, lo dispone todo y gobierna a todas las personas y la obra que quiere realizar; nada de esto se ha hecho antes. Es la primera vez que Dios ha usado estos métodos y pagado un gran precio por este importante proyecto de gestión y salvación de la humanidad. Aunque Dios está llevando a cabo esta obra, les está expresando a los seres humanos, poco a poco y sin reserva, Sus concienzudos esfuerzos, lo que Él tiene y es, Su sabiduría y Su omnipotencia, y cada aspecto de Su carácter. Él revela todo esto a la humanidad de manera incondicional, poco a poco, desvelando y expresando estas cosas como no lo ha hecho nunca antes. Así que, en todo el universo, aparte de las personas a las que Dios se propone dirigir y salvar, nunca ha habido criaturas tan cercanas a Dios que tengan semejante relación íntima con Él. En Su corazón, la humanidad que Él quiere dirigir y salvar es lo más importante y Él la valora por encima de todo lo demás; aunque ha pagado un gran precio por ellos, y aunque se siente continuamente herido por ellos y ve que le desobedecen, jamás abandona respecto a ellos y sigue incansablemente en Su obra, sin quejas ni pesares. Esto se debe a que Él sabe que, tarde o temprano, los seres humanos despertarán un día gracias a Su llamado y se conmoverán con Sus palabras, reconocerán que Él es el Señor de la creación y regresarán a Su lado…
de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III’ en “La Palabra manifestada en carne”
En otras palabras, independientemente de lo que Él hace o de los medios por los que lo hace, del coste o de Su objetivo, el propósito de Sus acciones no cambia. Su objetivo consiste en introducir en el hombre las palabras, los requisitos y la voluntad de Dios para él; dicho de otro modo, esto es producir en el ser humano todo lo que Él cree positivo según Sus pasos, permitiéndole comprender Su corazón y entender Su esencia, así como obedecer Su soberanía y Sus disposiciones, para que él pueda alcanzar el temor de Dios y apartarse del mal; todo esto es un aspecto del propósito de Dios en todo lo que Él hace. El otro aspecto es que, siendo Satanás el contraste y el objeto de servicio en la obra de Dios, el hombre queda a menudo en sus manos; este es el medio que Él usa para permitirles ver a las personas la maldad, la fealdad y lo despreciable de Satanás en medio de las tentaciones y los ataques, provocando así que las personas lo aborrezcan y sean capaces de conocer y reconocer aquello que es negativo. Este proceso les permite liberarse gradualmente del control de Satanás, de sus acusaciones, interferencias y ataques hasta que, gracias a las palabras de Dios, su conocimiento de Él y su obediencia a Él, así como su fe en Él y su temor de Él, triunfen sobre los ataques y las acusaciones de Satanás. Sólo entonces se habrán liberado por completo del campo de acción de Satanás. La liberación de las personas significa que ha sido derrotado, que ellas han dejado de ser comida en su boca y que, en lugar de tragárselos, Satanás ha renunciado a ellos. Esto se debe a que esas personas son rectas, tienen fe, obediencia, y le temen a Dios, y porque rompen del todo con Satanás. Acarrean vergüenza sobre este, lo convierten en un cobarde, y lo derrotan por completo. Su convicción al seguir a Dios, su obediencia a Él y su temor de Él derrotan a Satanás, y hacen que este los abandone completamente. Sólo las personas como estas han sido verdaderamente ganadas por Dios, y este es Su objetivo supremo al salvar al hombre.
de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”
Así es la gestión de Dios: entregar la humanidad a Satanás —una humanidad que no sabe qué es Dios, qué es el Creador, cómo adorar a Dios y por qué es necesario someterse a Él— y dar rienda suelta a la corrupción de Satanás. Paso a paso, Dios recupera al hombre de las manos de Satanás, hasta que adora al primero y rechaza al segundo. Esta es la gestión de Dios. Todo esto suena a historia mitológica; y parece sorprendente. Las personas sienten que es como una historia mitológica, y eso se debe a que no tienen ni idea de cuánto ha pasado al hombre a lo largo de los últimos varios miles de años, y mucho menos cuántas historias han acontecido en la expansión de este universo. Además, eso se debe a que no pueden apreciar el mundo más asombroso, que induce al miedo, que existe más allá del mundo material, pero que sus ojos mortales les evitan ver. Esto parece incomprensible para el hombre, y se debe a que este no tiene entendimiento del sentido de la salvación de la humanidad por parte de Dios y de Su obra de gestión ni comprende cómo desea Él que sea la humanidad en última instancia. ¿Es una humanidad parecida a Adán y Eva, no corrompida por Satanás? ¡No! La gestión de Dios tiene el fin de ganar a un grupo de personas que adoren a Dios y se sometan a Él. Esta humanidad ha sido corrompida por Satanás, pero ya no lo ve como su padre; reconoce el feo rostro de Satanás, y lo rechaza, y viene delante de Dios para aceptar Su juicio y castigo. Sabe lo que es feo, y cómo contrasta con lo que es santo, y reconoce la grandeza de Dios y la maldad de Satanás. Una humanidad como esta ya no trabajará más para él ni lo adorará, ni lo consagrará. Es porque es un grupo de personas a las que Dios ha ganado de verdad. Este es el sentido de la gestión de la humanidad por parte de Dios.
de ‘El hombre sólo puede salvarse en medio de la gestión de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
Dios creó a la humanidad, la colocó sobre la tierra y la guió hasta el día de hoy. Él después salvó a la humanidad y sirvió como una ofrenda por el pecado para la humanidad. Al final Él aún debe conquistar a la humanidad, salvar por completo a la humanidad y restaurarla a su semejanza original. Esta es la obra a la que Él se ha dedicado desde el principio hasta el final, restaurando al hombre a su imagen original y a su semejanza original. Él establecerá Su reino y restaurará la semejanza original del hombre, lo que significa que restaurará Su autoridad sobre la tierra y restaurará Su autoridad entre toda la creación. El hombre perdió su corazón que teme a Dios después de que Satanás lo corrompió y perdió la función que debería tener una de las criaturas de Dios, convirtiéndose en un enemigo desobediente a Dios. El hombre vivió bajo el campo de acción de Satanás y siguió las órdenes de Satanás; en consecuencia, Dios no tuvo manera de obrar entre Sus criaturas, y menos pudo ganar el temor de Sus criaturas. Dios creó al hombre y este debe adorar a Dios, pero el hombre en realidad le dio la espalda a Dios y adoró a Satanás. Satanás se convirtió en ídolo en el corazón del hombre. De esta manera Dios perdió Su posición en el corazón del hombre, lo que quiere decir que Él perdió la relevancia de Su creación del hombre, y para restaurar la relevancia de Su creación del hombre Él debe restaurar la semejanza original del hombre y desechar del hombre su carácter corrupto. Para rescatar al hombre de Satanás, debe salvar al hombre del pecado. Sólo de esta manera puede poco a poco restaurar la semejanza original del hombre y restaurar la función original del hombre y al final restaurar Su reino. La destrucción final de esos hijos de desobediencia también va a ser llevada a cabo con el fin de permitirle al hombre adorar mejor a Dios y vivir mejor sobre la tierra. Ya que Dios creó al hombre, Él hará que el hombre lo adore; ya que desea restaurar la función original del hombre, la va a restaurar por completo y sin ninguna adulteración. Restaurar Su autoridad quiere decir hacer que el hombre lo adore y hacer que el hombre lo obedezca; quiere decir que Él va a hacer que el hombre viva por Él y que perezcan Sus enemigos debido a Su autoridad; quiere decir que hará que hasta la última parte de Él continúe entre la humanidad sin ninguna resistencia por parte del hombre. El reino que anhela establecer es Su propio reino. La humanidad que espera es una que lo adore y lo obedezca por completo y tenga Su gloria. Si no salva a la humanidad corrupta, la relevancia de Su creación del hombre quedará en nada; no tendrá más autoridad entre los hombres y Su reino ya no será capaz de existir en la tierra. Si no destruye a esos enemigos que le son desobedientes, no podrá obtener toda Su gloria ni tampoco podrá establecer Su reino sobre la tierra. Estos son los símbolos de la terminación de Su obra y los símbolos de la terminación de Su gran logro: destruir completamente a aquellos entre la humanidad que lo desobedecen y llevar al reposo a los que han sido perfeccionados. Cuando la humanidad haya sido restaurada a su semejanza original, cuando la humanidad pueda cumplir sus deberes respectivos, guardar su sitio y obedecer todos los planes de Dios, Dios habrá ganado un grupo de personas sobre la tierra que lo adoran y también habrá establecido un reino sobre la tierra que lo adora. Tendrá una victoria eterna sobre la tierra y aquellos quienes se le oponen perecerán por toda la eternidad. Esto restaurará Su intención original al crear al hombre; restaurará Su intención en crear todas las cosas y también restaurará Su autoridad sobre la tierra, Su autoridad entre todas las cosas y Su autoridad entre Sus enemigos. Estos son los símbolos de Su victoria total. En adelante, la humanidad entrará en el reposo y entrará en una vida que sigue el camino correcto. Dios también entrará en el reposo eterno con el hombre y entrará en una vida eterna que compartirán Dios y el hombre. La inmundicia y la desobediencia sobre la tierra desaparecerán como lo harán los lamentos sobre la tierra. Todo lo que sobre la tierra se opone a Dios no existirá. Sólo Dios y esas personas que Él ha salvado permanecerán; sólo Su creación permanecerá.
de ‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”
Después de llevar a cabo Sus 6.000 años de trabajo hasta el día de hoy, Dios ya ha revelado muchos de Sus actos, primordialmente para derrotar a Satanás y salvar a toda la humanidad. Él usa esta oportunidad para permitir que todo en el cielo, todo sobre la tierra, todo dentro de los mares, así como hasta la última criatura de la creación de Dios en la tierra, vea la omnipotencia de Dios y vea todos los actos de Dios. Él aprovecha la oportunidad de derrotar a Satanás revelando todos Sus actos a la humanidad y permitiendo que la gente sea capaz de alabarlo y exaltar Su sabiduría al derrotar a Satanás. Todo en la tierra, en el cielo y en los mares lo glorifica, alaba Su omnipotencia, elogia todos Sus actos y grita Su santo nombre. Esta es una prueba de Su derrota de Satanás; es prueba de Su conquista de Satanás; y lo más importante, es la prueba de Su salvación de la humanidad. Toda la creación de Dios lo glorifica, lo alaba por derrotar a Su enemigo y regresar victorioso, y lo alaba como el gran Rey victorioso. Su propósito no es simplemente derrotar a Satanás, y por ello Su obra ha continuado por 6.000 años. Él usa la derrota de Satanás para salvar a la humanidad; Él usa la derrota de Satanás para revelar todos Sus actos y revelar toda Su gloria. Él obtendrá la gloria y toda la multitud de ángeles también verá toda Su gloria. Los mensajeros en el cielo, los humanos sobre la tierra, y toda la creación sobre la tierra, verán la gloria del Creador. Esta es la obra que Él está realizando. Su creación en el cielo y en la tierra entera verá Su gloria, y Él regresará triunfante después de derrotar a Satanás por completo y dejará que la humanidad lo alabe. De esta manera Él conseguirá con éxito estos dos aspectos. Al final toda la humanidad será conquistada por Él, y Él acabará con cualquier persona que se resista o se rebele, es decir, Él eliminará a todos los que pertenecen a Satanás.
de ‘Deberías saber cómo la humanidad completa ha evolucionado hasta el día de hoy’ en “La Palabra manifestada en carne”
Venida del Señor | He seguido los pasos del Cordero
Shen Ai, Singapur
Cuando yo tenía 18 años, mi madre enfermó y por tanto empezó a creer en el Señor Jesús. En ese momento, yo conocía el nombre del Señor Jesús pero no entendía nada sobre la fe en el Señor. Fue una gran coincidencia que más adelante yo fuera a trabajar en una empresa donde la mayoría de los empleados eran cristianos. Al relacionarme con ellos, vi que trataban a las personas con amor y paciencia y llegué a creer que los cristianos eran un grupo de personas bastante buenas. Durante ese período de tiempo, había un colega que con frecuencia me contaba la historia de cómo el Señor Jesús fue clavado en la cruz con el fin de redimir a la humanidad. Desarrollé gradualmente un interés en la fe en el Señor y empecé a ir con mis colegas a su iglesia para adorar. La primera vez que entré en la iglesia y oí himnos de alabanza a Dios, inesperadamente fui conmovida hasta las lágrimas por el amor de Dios. Oré al Señor así: “¡Oh, Señor Jesús! Gracias por elegirme del inmenso océano de la humanidad para convertirme en una de Tus hijas, deseo seguirte eternamente…”. Durante ese período, siempre que me enfrentaba a algunas dificultades en mi vida cotidiana o que mis amigos y familiares se burlaban de mí a causa de mi fe en el Señor, siempre y cuando yo fuera ante el Señor y orara, mi espíritu encontraba un alivio inmenso. Sentía que el Señor Jesús era mi único apoyo en la vida y que nunca dejaría de estar al lado del Señor. En ese momento, mi himno favorito era: “¡Roca, roca, Jesucristo! La salvación no se encuentra en nadie más, porque no hay otro nombre bajo el cielo, sólo Tú eres el salvador. Tú eres el Hijo del Hombre, Tú eres el mediador, Tú eres el hijo de Dios, Tú eres el cordero. Tú eres el camino y la verdad, Tú eres la vida, Tú eres la luz, Tú eres la roca, la fortaleza, la ciudad del refugio y el escudo. Te pertenecemos; nunca seremos sacudidos de generación en generación”. Y así es como confié en el gran poder del Señor y la motivación obtenida de la guía de Sus palabras para superar todas las dificultades y problemas de la vida.
Pero entonces, por alguna razón desconocida, empecé a sentir poco a poco que ya no estaba disfrutando de las reuniones. Los sermones del pastor siempre eran las mismas viejas cosas de siempre, sin ninguna luz nueva en ellas y sentía que no estaba obteniendo nada. Mi espíritu estaba secándose y se volvía cada vez más débil. A causa de esto, oraba a menudo al Señor así: “Señor, en mi corazón no hay deseo de ir a las reuniones de la iglesia. Cuando voy, simplemente me dejo llevar por la inercia y no obtengo sustento para mi vida espiritual. Señor, me siento desamparada. Estoy vagando confundida sobre lo que debo hacer. Por favor, sácame de esto”. Pero independientemente de cómo orara y suplicara, nunca podía sentir la presencia del Señor. La oscuridad y el dolor crecieron en mi corazón y mi confianza se debilitaba día tras día. Entonces, en 2014, mi marido tuvo un accidente cuando conducía bajo la influencia del alcohol. Acabamos pagando 2 años de facturas médicas y compensaciones, lo cual nos dejó deudas de más de 100.000 yuanes. Fue esta presión de las deudas la que nos obligó a mi marido y a mí a trasladarnos a Singapur para trabajar y ganar más dinero.
En abril de 2016 llegamos a Singapur. El estrés y las dificultades de la vida cotidiana allí resultaron ser mucho mayores de lo que esperaba. Empecé a trabajar más de 10 horas diarias, lo cual me dejaba físicamente agotada. Pero aún peores eran las reprimendas de mis compañeros de trabajo y de mi jefe en la tienda. Este estrés físico y psicológico era una fuente de enorme sufrimiento para mí y yo lloraba cada día después del trabajo. Me sentía muy sola, sin nadie que entendiera mi situación ni que mostrara alguna preocupación por mí. Vivir así era tan doloroso que en mi corazón incluso empecé a quejarme del Señor. Era un entorno al que ya no me podía enfrentar y simplemente quería volver a China lo antes posible. Pero ocurre a menudo que justo cuando una persona está al borde de la desesperación, Dios aparece. Así que justo cuando el sufrimiento era más grande y yo me sentía la más desamparada, una de mis compañeras de trabajo, que vivía conmigo, la hermana Wang, vio que yo tenía una Biblia en mi mesita de noche y me dijo que ella también era cristiana. Yo estaba encantada de descubrir que la hermana Wang también era creyente en el Señor y desde ese día en adelante nos reunimos a menudo para hablar de temas sobre la fe en Dios. La hermana Wang me animó a orar a Dios frecuentemente en todo y a mantener mi fe en Él. Como no hacía mucho que yo estaba en Singapur, aún no estaba en absoluto acostumbrada a la comida. Así que cada día después del trabajo la hermana Wang solía cocinar la cena según mis gustos. Esto me conmovió mucho y sabía que esta clase de amor provenía de Dios, por lo que estaba muy agradecida a Él por disponer que hubiera alguien allí para apoyarme cuando me sentía totalmente sola y desamparada. Algún tiempo después, la hermana Wang me presentó a otras 2 hermanas. La primera vez que me reuní con ellas no pude contener el sentimiento de queja en mi corazón y las lágrimas pronto cayeron por mi rostro. Las hermanas me consolaron y me hablaron sobre las intenciones de Dios conmigo. Una de ellas dijo: “Te las has arreglado para salir de China sin problemas, así que eso sólo puede significar que Dios lo ha permitido y que Él pretende algo maravilloso para ti aquí. Simplemente no sabemos aún qué es”. La hermana también se apoyó en la historia de Job de la Biblia en su comunicación conmigo: “Job perdió toda su inmensa riqueza y todos sus hijos e hijas. Incluso tuvo furúnculos por todo su cuerpo, pero durante ese tiempo de sus mayores pruebas y sufrimiento no se quejó ni una vez de Dios. Simplemente se sometió al plan de Dios para él y alabó Su nombre. Cuando Job se mantuvo firme y dio testimonio por Dios durante sus pruebas, vio las bendiciones de Dios. En las pruebas de Job podemos ver que muchas de las cosas que nos sobrevienen tienen las intenciones de Dios detrás. Así que independientemente de a qué situación o entorno nos enfrentemos no debemos quejarnos a Dios. En su lugar, debemos primero someternos y buscar las intenciones de Dios…”. Mientras escuchaba la comunicación de la hermana, mi corazón se fue tranquilizando gradualmente. Sí, Job pudo someterse a Dios incluso durante las tremendas pruebas y sufrimiento que experimentó. No se quejó y pudo alabar el nombre de Dios, ¡lo cual fue un testimonio tan maravilloso! Y mis dificultades eran insignificantes comparadas con las de Job, así que si él aún pudo someterse a Dios, yo no debería quejarme de nuevo ni entristecer a Dios. La comunicación de la hermana me dio la confianza y valentía para enfrentarme una vez más a mis problemas y mi corazón sintió un alivio considerable. Al mismo tiempo, yo sentía que la comunicación de las hermanas estaba llena de brillo: ellas habían usado la historia de Job para iluminar mis dificultades actuales en la vida y me habían mostrado un camino práctico hacia delante. Esto era algo que yo nunca había reconocido anteriormente al leer la Biblia. La reunión fue muy fructífera para mí y después de ella pude sentir que mi espíritu resplandecía cada vez más cada día y que el trabajo ya no era tan problemático. Después de eso, me reuní a menudo con las hermanas y cada reunión con ellas fue gratificante.

Una vez cuando estábamos juntas leímos este pasaje de las palabras de Dios: “Dios creó a estas dos personas y las trató como Sus compañeras. Como único familiar, Él cuidaba de su vida y de sus necesidades básicas. Aquí, Dios aparece como padre o madre de Adán y Eva […]. La actitud y la forma de Dios en que trataba a Adán y Eva son parecidas a la manera como los padres humanos muestran su preocupación por sus propios hijos. También es la forma como los padres humanos aman, cuidan y se ocupan de sus propios hijos e hijas, de una forma real, visible y tangible. En lugar de ponerse en una posición elevada y poderosa, Dios usó personalmente las pieles para confeccionar ropa para el hombre. No importa si este abrigo de piel se usó para cubrir su modestia o para protegerlos del frío. En pocas palabras, Dios hizo personalmente con Sus propias manos esta ropa, para cubrir el cuerpo del hombre. En vez de realizarlo sencillamente por medio del pensamiento o de métodos milagrosos como las personas imaginan, Él había hecho, justificadamente, algo que según el hombre Dios no podía o no debía hacer. Esto puede ser algo tan simple que algunos no considerarían digno de mencionar ni de pensar en ello; sin embargo, también permite que todos los que siguen a Dios, y estaban antes llenos de vagas ideas sobre Él, adquieran una percepción de Su autenticidad y Su hermosura, y vean Su naturaleza fiel y humilde” (‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo I’ en “La Palabra manifestada en carne”). Me sorprendió mucho leer estas palabras, ya que las ideas me parecían extrañas. He leído la Biblia durante muchísimos años, pero la importancia de que Dios vistiera personalmente a Adán y Eva con pieles de animales nunca se me había ocurrido. Sin duda, nunca fui consciente de que detrás de la realización de esta acción de Dios había mucho de Su intención. Fue como si una luz se hubiera encendido en mi corazón, la cual estaba revelando los misterios de la Biblia para mí. Lo que Dios había dicho se expresó tan bien que reconfortó mi corazón y me permitió ver cuán íntima era la relación de Dios con la humanidad. Dios era como los padres de la humanidad, lleno de cuidados, preocupación y afecto. Dios nos dio las mejores cosas, ¡lo cual demuestra Su inmenso amor por nosotros los humanos! Sentí que mi relación con Dios se había vuelto instantáneamente más estrecha.
Después de eso, leí otro pasaje de las palabras de Dios: “Desde la creación del mundo he empezado a predestinar y seleccionar a este grupo de personas, concretamente, vosotros hoy. […] Incluso las cosas que haces y las personas que conoces todos los días están arregladas por Mis manos, por no mencionar el hecho de que traerte a Mi presencia hoy es en realidad Mi arreglo. No te entregues al desorden; debes proceder con calma” (‘La septuagésima cuarta declaración’ en “La Palabra manifestada en carne”). Este pasaje explica que cualquier cosa que hagamos o a quienquiera que veamos cada día de nuestra vida, está todo organizado por Dios. Leer esto me abrió la mente tremendamente. Así pues, ¡la razón por la que me había ido al extranjero y por la que había conocido a las hermanas y obtenido su apoyo era que Dios estaba controlándolo todo! Como Dios me había guiado cada paso del camino hasta ahora, entonces tenía sentido creer que Él también había preparado el camino por delante para mí. Pensar así incrementó mi confianza en Dios. Yo sentía que Dios estaba a mi lado cuidándome y ya no me sentía vacilante ni desamparada. Estaba dispuesta a entregar la gestión de todas las cosas a Dios y creí que Él me llevaría a través de todas y cada una de las dificultades. Durante esos días, aunque el trabajo seguía siendo tan agotador como siempre, yo sentía un gran gozo en mi corazón. Esperaba con ansias mis reuniones con las hermanas porque siempre podía obtener sustento de ellas y aprender algo nuevo, lo cual era completamente diferente de lo que había obtenido de mi iglesia anterior.
Pero algunos días después, cuando estaba viendo una película evangélica con la hermana Wang, vi que las palabras “Relámpago Oriental” salieron en la pantalla. Me agité un poco porque recordé que en China los pastores habían hablado a menudo sobre el Relámpago Oriental en sus sermones. Ellos decían cosas como: “Las personas que creen en el Relámpago Oriental no están invocando el nombre del Señor Jesús en sus oraciones. En su lugar, están orando a Dios Todopoderoso”. Los pastores también nos advirtieron de que no tuviéramos ningún contacto con los seguidores del Relámpago Oriental para que no fuéramos confundidos y robados por ellos. Decían que si abandonábamos el nombre del Señor y traicionábamos al Señor Jesús seríamos… Pensar en todo esto me alarmó y puse fin a la conversación con la hermana Wang. Durante un período de tiempo después de eso empecé a evitar a la hermana Wang en el trabajo, pero seguía pensando a menudo en la preocupación que ella había mostrado por mí. Pensaba en los buenos tiempos en los que me reunía con ellas y en que su comunicación era fresca, esclarecedora y totalmente acorde con las palabras de Dios. Ellas también eran decentes y honradas en su comportamiento y yo obtuve particularmente mucho de los pasajes de las palabras de Dios que ellas me dieron a leer, las cuales me parecieron muy prácticas e incluían muchas verdades que nunca había oído antes. Después de leer esas palabras, sentí que mi relación con Dios estaba volviéndose cada vez más cercana y que yo estaba saliendo de la negatividad, debilidad y oscuridad espiritual que me habían envuelto. Había conseguido finalmente algo de confianza y esperanza en mi vida. ¡Esta era la confirmación de la obra del Espíritu Santo! ¡Esto también era una prueba de que la hermana Wang y las demás tenían una fe que era correcta y que probablemente era realmente el único camino verdadero! Pero lo que no podía asimilar era por qué cuando oraban usaban el nombre de Dios Todopoderoso y no el del Señor Jesús. Me sentía muy desconcertada por esto y no sabía qué hacer. Por tanto, dije esta oración a Dios: “Dios, Tú has dispuesto que yo conociera a algunas hermanas y me has permitido saber que ellas pertenecen al Relámpago Oriental y que usan el nombre de Dios Todopoderoso en sus oraciones. Ahora no sé qué camino elegir o si el Relámpago Oriental es o no realmente Tu retorno. Dios, si el Relámpago Oriental realmente es la obra de Tu aparición, te suplico que me esclarezcas y guíes para que pueda seguir Tus pasos”. Después de orar, mi corazón se sintió más firme y pude hablar con la hermana Wang sobre las dudas que yo estaba teniendo. La hermana Wang me dijo: “Estos problemas que has planteado son exactamente los mismos que yo tuve cuando empecé a investigar la obra de Dios de los últimos días. Fue sólo después de leer las palabras de Dios Todopoderoso cuando pude entenderlos. ¿Por qué no hablamos sobre las palabras de Dios ahora?”. Cuando oí a la hermana Wang decir esto, accedí a empezar a investigar la obra de Dios de los últimos días.
Esa noche vinieron 2 hermanas más (Xiaoya y Lianxin) y ambas dieron testimonio de la obra de Dios de los últimos días para mí. Después de escuchar su comunicación, les pregunté: “Solíamos usar el nombre del Señor Jesús en la oración e invocar Su nombre para curar la enfermedad y echar fuera demonios. ¿Por qué ha cambiado el nombre de Dios a Dios Todopoderoso?”. La hermana Xiaoya contestó: “Realmente, con respecto al nombre de Dios Todopoderoso, hay varias profecías sobre él en la Biblia, en el libro de Apocalipsis. Por ejemplo, el versículo 8 del capítulo 1 dice: ‘Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios— el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso’. El versículo 17 del capítulo 11 dice: ‘diciendo: Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, el que eres y el que eras, porque has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar’. Y el versículo 6 del capítulo 19 dice: ‘Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos, que decía: ¡Aleluya! Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina’. En esto podemos ver que durante los últimos días Dios usa el nombre de Dios Todopoderoso para empezar la obra de juicio. Esto es algo que Dios ha planeado durante mucho tiempo”. Después de escuchar la explicación de la hermana, todo me quedó claro de repente: ¡El nombre “el Todopoderoso” está en la Biblia! ¡Y el Todopoderoso debe significar Dios Todopoderoso!
Entonces la hermana Lianxin puso el vídeo de un himno de las palabras de Dios: “En cada era y etapa de la obra, el nombre de Dios no carece de base, sino que tiene un significado representativo: cada nombre representa una era. Aunque Jehová, Jesús, y el Mesías representan todos al Espíritu de Dios, estos nombres sólo denotan las diferentes eras en el plan de gestión de Dios, y no representan Su totalidad. Los nombres por los que le llaman las personas en la tierra no pueden articular todo Su carácter y todo lo que es. Son simplemente nombres diferentes por los que es llamado durante diferentes eras. Así pues, cuando la era final —la de los últimos días— llegue, el nombre de Dios cambiará de nuevo. No se le llamará Jehová, o Jesús, mucho menos el Mesías, sino el poderoso Todopoderoso Dios mismo, y bajo este nombre pondrá fin a toda la era. Una vez se le conoció como Jehová. También se le llamó el Mesías, y las personas le llamaron una vez Jesús el Salvador porque lo amaban y respetaban. Pero hoy Dios no es el Jehová o el Jesús que las personas conocieron en tiempos pasados; es el Dios que ha vuelto en los últimos días, el que pondrá fin a la era. Es el Dios mismo que se levanta en los extremos de la tierra, repleto con todo Su carácter, y lleno de autoridad, honor y gloria. […] Adoptó este nombre y posee este carácter de forma que todas las personas puedan ver que es un Dios justo, el sol ardiente, y el fuego llameante. Es así para que todos puedan adorarlo, el único Dios verdadero, y para que puedan ver Su verdadero rostro: no es sólo el Dios de los israelitas, y no es sólo el Redentor, es el Dios de todas las criaturas a través de los cielos, la tierra y los mares” (‘El significado del nombre de Dios’ en “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”). Después de ver el vídeo, las hermanas hablaron mucho más conmigo, de cosas como las verdades relativas a por qué cambia Dios los nombres y el significado del nombre de Dios para cada era. Ahí fue cuando entendí finalmente: Dios es llamado con un nombre diferente durante cada era y cada nombre tiene un significado que representa el carácter de Dios y la obra que Él necesita hacer durante esa era. Pero cada nombre elegido sólo representa parte del carácter de Dios durante esa era, no todo Su carácter. Por ejemplo, el nombre Jehová representaba la obra de Dios durante la Era de la Ley y también el carácter imprecatorio pero misericordioso de Jehová. El nombre Señor Jesús representaba la obra de Dios durante la Era de la Gracia y el carácter representado era compasivo y misericordioso. Durante los últimos días Dios ha cambiado Su nombre de nuevo y está usando el nombre Dios Todopoderoso para llevar a cabo la obra de juicio de los últimos días. Toda la era está siendo llevada a su fin mediante el carácter de justicia, majestad e ira de Dios. El carácter de Dios se revela gradualmente a la humanidad cuando Su obra se desarrolla y Dios no desea que la humanidad lo limite a ninguna de las etapas de Su obra. Dios especialmente no desea que la humanidad use ninguno de los nombres con el fin de trazar fronteras para lo que Él tiene y es. Dios usa diferentes nombres para diferenciar entre distintas eras y llevar a cabo la obra necesaria para cada era, de forma que las personas puedan reconocer todo el carácter de Dios y todo lo que Él tiene y es. Esto es la sabiduría y la omnipotencia de Dios. Cuando llegue finalmente el día en que la obra de Dios haya finalizado, no habrá necesidad de llamar a Dios por ningún nombre. Dios es el Creador de todas las cosas, Dios es Dios y Su autoridad y grandeza no puede englobarse dentro de ningún único nombre. Siento que las palabras de Dios Todopoderoso están llenas de autoridad y que sólo Dios puede hablar de esta manera y desvelar el misterio de Su nombre. Y sólo Dios puede decir: “Soy el Dios de todas las criaturas a través de los cielos, la tierra y los mares”. Ahora creo que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús retornado y que las palabras de Dios Todopoderoso son las declaraciones y voz de Dios.
Este fue el momento en el que me di cuenta de por qué mi espíritu no obtuvo nunca el sustento que necesitaba en esas reuniones de la iglesia y de por qué no podía obtener el liderazgo del Señor usando el nombre del Señor Jesús en la oración: fue porque la obra llevada a cabo bajo el nombre de Jesús ya había terminado. Dios está llevando a cabo una nueva obra ahora, por lo que tiene un nombre nuevo y, por tanto, quienquiera que invoque el nombre del Señor Jesús en oración no obtendrá la obra del Espíritu Santo. Esto fue como una epifanía para mí. Ahora entendía por qué la hermana Wang y las otras dos hermanas daban una comunicación tan fresca y vivaz, por qué entendían ellas tanto sobre la fe en Dios y por qué tenían una confianza y una fuerza tan grandes; todo era porque habían aceptado la nueva obra de Dios, obtenido las nuevas palabras de Dios y porque seguían los pasos del Cordero. Por el contrario, todas esas personas que no acepten la obra de Dios de los últimos días ni lean las palabras expresadas actualmente por Dios, nunca seguirán los pasos del Cordero sino que vivirán su vida en tinieblas sin una senda que seguir. Sólo Dios es el sustento de la vida humana, y si la humanidad se aparta del liderazgo de Dios nos apagaremos y moriremos. No pude evitar dar alabanza y gracias a Dios en silencio. Di gracias a Dios Todopoderoso por llevarme a dar la bienvenida al retorno del Señor, haciendo que yo tuviera seguridad sobre la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días y permitiéndome seguir los pasos del Cordero y obtener la nutrición y sustento de las palabras de Dios. ¡Toda la gloria sea a Dios Todopoderoso! ¡Amén!