Fe en Dios

¿Por qué dice el Señor: “No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, [...]” (Mateo 7:21)?

 entrará en el reino de los cielos,

Muchos creyentes piensan que, el Señor ha perdonado todos nuestros pecados y no nos considera como pecadores, y hemos sido justificados por la fe, mientras insistamos en participar en reuniones, orar y hacer buenas obras, podremos ser llevados directamente al reino de los cielos cuando regrese el Señor. ¿Se base este punto de vista en las palabras de Dios? El Señor Jesús dijo una vez: “No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Las palabras del Señor afirman que solo los que hacen la voluntad podrán entrar en el reino de Dios. Pero, en comparación con lo que hacemos todos los días, ¿es el cumplimiento de la voluntad de Dios? El Señor dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39). Aunque también queremos amar al Señor y actuar de acuerdo con Sus requisitos del Señor, no obstante, cuando nos encontramos con gran prueba o desastre, aún podemos producir quejas y culpar a Él, incluso negarlo y traicionarlo; sabemos con claridad que Dios nos enseña a amar a los demás como a nosotros mismos, pero ni siquiera podemos tolerar a nuestra familia, y perdemos estribos cuando nos topamos con asuntos que no encajan con nuestros pensamientos; Dios nos requiere que seamos personas ingenuas y honestas, pero a menudo mentimos y engañamos en la vida… Simplemente no podemos poner en práctica las enseñanzas del Señor, así pues, ¿cómo podemos ser personas que hacen la voluntad de Dios?

Dios Todopoderoso dice: “Yo decido el destino de cada hombre, no en base a su edad, antigüedad, cantidad de sufrimiento ni, mucho menos, según el grado de compasión que provoca, sino en base a si posee la verdad. No hay otra decisión que esta. Debéis daros cuenta de que todos aquellos que no hacen la voluntad de Dios serán también castigados. Este es un hecho inmutable”.

Dios determina el destino de una persona en función de si tiene la verdad o no, si hace Su voluntad o no, y Él no dice que los que han sido justificados por la fe podrán entrar en el reino de los cielos. Entonces, ¿cómo podemos convertirnos en personas que hacen la voluntad de Dios y ser llevados al reino de los cielos?

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

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¿Qué significa la salvación? ¿Salvarse una vez significa salvarse para siempre?

Qué significa la salvación

¿Qué significa la salvación
? ¿Salvarse una vez significa salvarse para siempre?
Shen Qingqing (Corea del Sur)

Muchos esperan con ansia que el Señor los salve y arrebate al reino de los cielos a Su llegada. A día de hoy, solo la Iglesia de Dios Todopoderoso da público testimonio de que el Señor Jesús ha regresado y está llevando a cabo la obra del juicio, que comienza por la casa de Dios, para salvar y purificar a las personas. Tal vez algunos se sientan confundidos al enterarse de esto. Leen los siguientes versículos: “El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado” (Marcos 16:16), “Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:10). y creen que significan que, puesto que el Señor Jesús fue crucificado para expiar los pecados de toda la humanidad, mientras crean en Él, se salvarán; y que una vez salvados, lo estarán para siempre. Creen que siempre y cuando guarden el nombre del Señor y aguanten hasta el final, pueden ser arrebatados directamente al reino de los cielos cuando el Señor regrese sin tener que aceptar la obra de Dios de juicio y purificación en los últimos días. ¿Son correctas esta clase de creencias?

Consideremos una cosa: ¿En alguna ocasión dijo el Señor que, una vez salvada, una persona puede entrar en el reino de los cielos? ¿Se afirma tal cosa en la Biblia? La respuesta a ambas preguntas es, evidentemente, que no. El Señor Jesús dijo: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Según la palabra de Dios, sabemos que solo aquellos que hagan la voluntad del Padre celestial podrán entrar en el reino de los cielos. Hacer la voluntad del Padre celestial implica saber poner en práctica la palabra de Dios, someterse a Él, ser capaz de vivir de acuerdo con Su palabra en cualquier situación y no pecar ni oponerse a Él nunca más. Sin embargo, seguimos mintiendo y pecando a nuestro pesar e incluso somos incapaces de poner en práctica las enseñanzas del Señor, así que ¿puede entrar en el reino de los cielos una persona aún capaz de pecar y oponerse al Señor de esta manera? Desafortunadamente, nuestra creencia de que “una vez salvo, siempre salvo” es errónea. En lo que respecta a la importante cuestión de la entrada en el reino de Dios, debemos seguir la palabra del Señor. ¡No podemos regirnos por las nociones y fantasías del hombre! Entonces, ¿cuál es el verdadero significado de “salvación” en las Escrituras? ¿Cómo entrar realmente en el reino de los cielos? Estas son las cuestiones que ahora comentaremos y analizaremos juntos.

El verdadero significado de “salvación”

Todos sabemos que, en la Era de la Ley, la humanidad estaba cada vez más profundamente corrompida por Satanás. El pueblo de Israel vulneraba con frecuencia las leyes y los mandamientos y sus pecados iban en aumento, hasta el punto de que ya no bastaba con los sacrificios y todos corrían el riesgo de ser condenados y sentenciados a muerte por la ley. Para salvar a la humanidad de la amenaza de la muerte, Dios descendió a la tierra encarnado en el Señor Jesús para realizar la obra de redención, ser crucificado por el hombre, expiar los pecados de toda la humanidad y perdonar definitivamente los pecados del hombre. Desde entonces, a toda persona que crea en el Señor Jesús, le confiese sus pecados y se arrepienta se le perdonarán los pecados y disfrutará de todas las bendiciones y la gracia otorgadas por el Señor Jesús. Para el pueblo que vivía bajo la ley, esta era la “salvación”. Por lo tanto, la “salvación” de la que habló el Señor Jesús no es como imaginamos —que, siempre que creamos en Él, nos salvaremos definitivamente—, sino que significa que los que pecan ya no serán condenados y sentenciados a muerte por la ley y los pecados del hombre serán perdonados. Echemos un vistazo a un pasaje de las palabras de Dios Todopoderoso: “Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y se confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto. […] No resulta fácil para el hombre ser consciente de sus pecados; es incapaz de reconocer su propia naturaleza profundamente arraigada. Tales efectos sólo pueden conseguirse a través del juicio por la palabra. Sólo así puede el hombre ser cambiado gradualmente de ahí en adelante” (‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Cuando creemos en el Señor, aunque recibamos el don de la salvación y se nos perdonen los pecados, no nos liberamos de las cadenas del pecado y seguimos viviendo en pecado. He aquí algunos ejemplos: Tal vez seamos sumamente arrogantes, siempre queramos tener la última palabra en cualquier situación grupal y hacer que la gente obedezca lo que digamos, y si alguien no lo hace, es posible que nos exaltemos y lo regañemos; en los casos más graves, que lo castiguemos o maltratemos de alguna forma. Tal vez seamos sumamente egoístas, lo basemos todo en el principio del propio interés y hasta tratemos de negociar con Dios en nuestra fe en Él; cuando las cosas están tranquilas y van bien, le damos gracias, pero ante los reveses y fracasos nos llenamos de malentendidos y quejas hacia Él, e incluso llegamos a traicionarlo y abandonarlo. Tal vez seamos sumamente mentirosos, de modo que, en lo que respecta a nuestros intereses personales, mentimos y engañamos a nuestro pesar. Estos son solo algunos ejemplos de cómo seguimos viviendo en pecado. La Biblia dice: “Porque si continuamos pecando deliberadamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio alguno por los pecados, sino cierta horrenda expectación de juicio, y la furia de un fuego que ha de consumir a los adversarios” (Hebreos 10:26-27). “Todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre” (Juan 8:34-35). Dios es santo. Cuando tenemos conocimiento del camino verdadero, aún somos capaces de pecar y oponernos a Dios a nuestro pesar. Eso significa que somos siervos del pecado y Dios no nos puede ensalzar. Dice la Biblia: “La santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). Si una persona no ha sido purificada de sus pecados y a menudo peca y se opone a Dios, ¿puede salvarse para siempre? ¿Puede ser apta para entrar en el reino de los cielos? Es evidente que no. Solo tras haber sido completamente purificados de nuestros pecados podemos llegar a ser santos y entrar en el reino de los cielos. Tal vez ahora algunos pregunten: ¿Cómo podemos purificarnos para poder entrar en el reino de los cielos?

¿Cómo podemos recibir la salvación y entrar en el reino de los cielos?

Dios Todopoderoso dice: “Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad, se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre, pero no lo libró de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada” (‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”). De esto se desprende que, a fin de corregir el carácter satánico del hombre, hondamente arraigado, y liberarlo completamente de las cadenas del pecado, es preciso que el Señor regrese en los últimos días para llevar a cabo la obra del juicio, que comienza por la casa de Dios, y para expresar las verdades que purifican y salvan a la humanidad. De hecho, el Señor ya profetizó esto hace mucho tiempo, tal como manifiesta la Biblia: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad” (Juan 16:12-13). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17).

En la actualidad, sobre la base de la obra de redención del Señor Jesús, Dios Todopoderoso está llevando a cabo la obra del juicio, que comienza por la casa de Dios, y expresando todas las verdades que purifican y salvan a la humanidad, con el fin de corregir definitivamente la naturaleza pecaminosa del hombre y liberarlo de las cadenas del pecado, purificándolo hasta que finalmente Dios lo conquiste y lleve a Su reino. La obra del juicio de Dios Todopoderoso en los últimos días cumple íntegramente estas profecías. Todos aquellos que acepten la obra de Dios en los últimos días recibirán la purificación y salvación de Dios. Tendrán la oportunidad de convertirse en vencedores antes de que lleguen los grandes desastres, de ser glorificados con Dios y arrebatados al reino de los cielos. Entonces, ¿cómo juzga y purifica Dios Todopoderoso a las personas y las libera de las cadenas del pecado?


Dicen las palabras de Dios Todopoderoso: “En los últimos días Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la esencia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tal como: el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como también la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras son dirigidas a la esencia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra de juicio, Dios no deja simplemente en claro la naturaleza del hombre con sólo unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda a largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda, no pueden ser sustituidos con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo los métodos de este tipo se consideran juicio; sólo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios” (‘Cristo hace la obra de juicio con la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Esto evidencia que Dios emplea muchas verdades para juzgar y desenmascarar el carácter satánico del hombre, de rebelión y oposición a Dios. Al experimentar el juicio de las palabras de Dios Todopoderoso, experimentamos personalmente que el carácter justo de Dios no tolera ofensa. Cada palabra de Dios penetra en nuestro corazón y deja al descubierto manifestaciones de corrupción de toda índole, así como los pensamientos e ideas improcedentes, las motivaciones viciadas y las nociones y fantasías que albergamos en el fondo del corazón, además de la naturaleza satánica subyacente a estas cosas; en consecuencia, nos mortifica la vergüenza y es tan hondo nuestro pesar que nos postramos y arrepentimos sinceramente ante Dios. Mientras tanto, Dios también nos muestra senderos de práctica, como las opiniones que debemos sostener en nuestra fe en Dios, la manera de ser honestos, cómo enaltecer a Dios y dar testimonio de Él, cómo rehuir la senda del anticristo, cómo alcanzar la obediencia y el amor verdaderos hacia Dios, etc. Solo cuando hayamos experimentado la obra del juicio de Dios y practiquemos de acuerdo con Sus palabras podremos vivir a semejanza de una persona normal. Este es el resultado íntegro del juicio de Dios.

Hoy en día ya se han publicado en internet testimonios de toda clase de experiencias de muchos hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso que han experimentado el juicio. Estos testimonios y experiencias reales evidencian que solo experimentando la obra de juicio y castigo llevada a cabo por Dios en los últimos días es posible ser purificado y plenamente conquistado por Dios; este es el único modo que tenemos de alcanzar el reino de los cielos. Actualmente, muchas personas de todo el mundo que creen sinceramente en Dios han encontrado el camino hacia el reino de los cielos en las palabras de Dios Todopoderoso y han regresado a Él. Si continuamos aferrándonos al concepto “una vez salvo, siempre salvo” y no aceptamos la obra del juicio de Dios de los últimos días, no se purificará ni transformará nuestro carácter corrupto y, por lo tanto, nunca tendremos la oportunidad de entrar en el reino de los cielos. Así pues, ¿a qué esperas todavía?

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Alabanza cristiana | Las pruebas exigen fe


Alabanza cristiana | Las pruebas exigen fe
I
Al llegar las pruebas la gente puede ser débil, puede surgir negatividad.
Les puede faltar claridad sobre la voluntad de Dios
o el mejor camino para practicar.
Pero debes tener fe en la obra de Dios, como Job,
quien fue débil y maldijo el día en que nació,
pero no negó que Dios da todas las cosas y que también las quita.
Cualquier refinamiento que sufras por las palabras de Dios,
lo que Dios perfecciona es tu fe.
Cuando no lo puedes tocar y cuando no lo puedes ver,
ahí es cuando se exige tu fe.
II
Se necesita fe cuando algo no se puede ver.
Cuando está oculto a simple vista,
cuando no puedes soltar tus propias ideas,
cuando no conoces la obra de Dios, ¡ten fe!
En tiempos difíciles, la fe del hombre debe surgir.
Al refinarse, su fe debe sobresalir.
Sólo la fe te hará ver a Dios y permitirá que Dios te perfeccione.
Cualquier refinamiento que sufras por las palabras de Dios,
lo que Dios perfecciona es tu fe.
Cuando no lo puedes tocar y cuando no lo puedes ver,
ahí es cuando se exige tu fe.
Cualquier refinamiento que sufras por las palabras de Dios,
lo que Dios perfecciona es tu fe.
Cuando no lo puedes tocar y cuando no lo puedes ver,
ahí es cuando se exige tu fe.
Ahí es cuando se exige tu fe.
Sí, ahí es cuando se exige tu fe.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

Aprender más: Reflexion sobre la fe

Música cristiana | No hay verdadero servicio sin verdadera oración


Música cristiana | No hay verdadero servicio sin verdadera oración

I
La oración no es ceremonial, tiene sentido.
Se puede ver en los que oran que sirven directamente a Dios.
Si tomas la oración como ceremonia,
no servirás bien a Dios.
Orar trae servicio, y obra.
Sin oración, no hay trabajo.
Si eres alguien que sirve a Dios,
pero no has sido serio, sin dedicación al orar,
fallarás si sirves así.
II
Si tus oraciones no son serias o verdaderas,
contigo Dios no contará.
El Espíritu Santo no obrará en ti.
Si tomas la oración como ceremonia,
no servirás bien a Dios.
Orar trae servicio, y obra.
Sin oración, no hay trabajo.
Si eres alguien que sirve a Dios,
pero no has sido serio, sin dedicación al orar,
fallarás si sirves así.
III
Si oras frecuentemente y vas a Dios
demuestra que lo tomas en serio.
Si trabajas por ti y no oras,
y a Sus espaldas haces esto y aquello,
estás haciendo las (no estás sirviendo a Dios,)
cosas a tu manera. (Condenado entonces, ¿no?)
Parece que no has blasfemado ni perturbado a Dios,
pero estás interrumpiendo.
Por naturaleza, te resistes a Dios.
Orar trae servicio, y obra.
Sin oración, no hay trabajo.
Si eres alguien que sirve a Dios,
pero no has sido serio, sin dedicación al orar,
fallarás si sirves así.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

Aprender más: Cómo orar a Dios correctamente

Documental completo en español latino | Aquel que tiene la soberanía sobre todas las cosas

¿Realmente pueden los seres humanos controlar su propio destino?
Muchas personas piensan que “el destino está en sus propias manos”, pero cuando ocurren desastres, experimentamos miedo, pánico e impotencia. Ningún dinero, estatus, fama o riqueza puede hacernos escapar del desastre. Ahora que están ocurriendo desastres en todas las partes, por ejemplo, varios terremotos, plagas, incendios y guerras, etc., ¿a dónde iremos nosotros los seres humanos en el futuro? ¿Quién puede salvarnos de los desastres? ¿Quién domina el destino del hombre? ¡El documental del álbum coral de la Iglesia Cristiana “Aquel que tiene la soberanía sobre todas las cosas” te revela la respuesta!


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Devocional de hoy | Aquí hay caminos para entrar en una verdadera oración…

Aquí hay caminos para entrar en una verdadera oración…

Devocional de hoy | Aquí hay caminos para entrar en una verdadera oración…

Hay muchos hermanos y hermanas se dan cuenta de que aunque a menudo oran a Dios e incluso a veces sus oraciones duran mucho tiempo y hablan muchas palabras, apenas pueden sentir la presencia de Dios y obtener Su iluminación y guía. De hecho, todo esto es porque no tenemos verdaderas oraciones. Entonces, ¿cómo se puede entrar en ellas?

Dios dice: “Mientras oras, tu corazón debe estar en paz delante de Dios y debe ser sincero. Estás realmente teniendo comunión y orando con Dios; no debes engañar a Dios usando palabras elegantes. La oración se debe centrar en torno a aquello que Dios quiere completar hoy. Pídele a Dios que te ilumine y te esclarezca más, y lleva tu estado actual y tus problemas delante de Él para que ores y tomes una resolución ante Dios. Orar no es seguir un procedimiento sino buscar a Dios usando tu corazón sincero. Pide que Dios proteja tu corazón, capacitándolo para que con frecuencia esté en paz delante de Dios, capacitándote para que te conozcas y te desprecies y te abandones en el ambiente que Dios ha puesto para ti, permitiéndote así tener una relación normal con Dios y haciendo de ti alguien que verdaderamente ama a Dios”.

“La oración no es un proceso de pasar por las formalidades, de seguir un procedimiento o de recitar las palabras de Dios, es decir, la oración no implica repetir palabras como un perico y copiarles a los demás. En la oración, le debes dar tu corazón a Dios, compartiendo con Dios las palabras que están en tu corazón para que Él te pueda tocar. Si las oraciones han de ser efectivas, entonces se deben basar en la lectura de las palabras de Dios. Sólo orando en medio de las palabras de Dios se podrá recibir más esclarecimiento e iluminación. Una oración verdadera se demuestra cuando se tiene un corazón que anhela las exigencias que Dios le hace y se está dispuesto a cumplir estas exigencias; se podrá odiar todo lo que Dios odia y sobre esta base se tendrá conocimiento, se conocerá y se tendrá claras las verdades que Dios explica. Tener la determinación, la fe, el conocimiento y un camino por el cual practicar después de orar, sólo esto es orar verdaderamente y sólo la oración como esta puede ser efectiva”.

Aprender más: Cómo aprender a orar

El “Relámpago Oriental” se refiere al Hijo del hombre que desciende en los últimos días que el Señor Jesús predijo



Hace dos mil años, el Señor Jesús predijo las señales sobre Su regreso: “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:27). “Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día” (Lucas 17:24). Él nos dijo que descendería en el Este del mundo cuando viniera, y que se haría carne convirtiéndose en el Hijo del hombre. Porque sólo haciéndose carne como el Señor Jesús podrá ser abandonado por la humanidad, de lo contrario, si Él lleve a cabo la obra mediante el Espíritu, ¿quién se atrevería a rechazarlo? Hoy en día, Dios ya ha llegado al Este del mundo, ha hablado y ha realizado la obra, y como resultado, ha ganando un grupo de vencedores; al mismo tiempo también ha sido perseguido y condenado por el gobierno ateo y el mundo religioso, pero pase lo que pase, nadie puede obstaculizar Su obra. La Palabra de Dios Todopoderoso y Su obra se han expandido rápidamente a todas partes del mundo, más y más personas que anhelan verdaderamente la aparición de Dios han reconocido Su voz y seguido a Él. Así que, sin lugar a dudas de que el Relámpago Oriental es el regreso del Señor Jesús, es Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso.

La Palabra de Dios dice: “El relámpago destella desde el oriente hasta el occidente. Mis palabras son tales que el hombre se resiste a renunciar a ellas y, al mismo tiempo, las encuentra insondables, pero se regocija aún más en ellas. Al igual que un recién nacido, todos los hombres se alegran y regocijan, celebrando Mi llegada. Por medio de Mi voz, traeré a todos los hombres delante de Mí. A partir de entonces, entraré formalmente a la raza de los hombres para que ellos vengan a adorarme. Con la gloria que irradio y las palabras en Mi boca, haré que todos los hombres se presenten ante Mí y vean que el relámpago destella desde el oriente, y que Yo también he descendido al “Monte de los Olivos” del oriente. Verán que llevo ya mucho tiempo en la tierra, ya no como el Hijo de los judíos, sino como el Relámpago del oriente. Porque he resucitado hace mucho tiempo, me he alejado del seno de la humanidad y reaparecido luego con gloria entre los hombres. Soy Aquel que fue adorado en eras innumerables antes de ahora y también soy el infante abandonado por los israelitas en eras innumerables antes de ahora. ¡Además, soy el todo glorioso Dios Todopoderoso de la era actual! Que todos se presenten ante Mi trono y vean Mi semblante glorioso, oigan Mi voz y contemplen Mis obras. Esta es la totalidad de Mi voluntad; es el fin y el clímax de Mi plan, así como el propósito de Mi gestión. ¡Que cada nación me adore, que cada lengua me reconozca, que todos los hombres depositen su fe en Mí y que todas las personas se sometan a Mí!”.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Aprender más: La segunda venida de Cristo


Pelicula cristiana completa en español latino | Crónicas de la persecución religiosa en China "Hasta el límite y de vuelta"


Pelicula cristiana completa en español latino | Crónicas de la persecución religiosa en China "Hasta el límite y de vuelta"

Desde que llegó al poder en la China continental en 1949, el Partido Comunista de China ha sido implacable en su persecución de la fe religiosa. Ha detenido y asesinado frenéticamente a cristianos, ha expulsado y maltratado a misioneros que operaban en China, ha confiscado y destruido innumerables ejemplares de la Biblia, ha cerrado y demolido iglesias y ha intentado erradicar todas las iglesias caseras.

Este documental es un relato sobre la experiencia real de persecución sufrida por Chen Wenzhong, un cristiano chino, a manos del Partido Comunista de China. Chen Wenzhong tenía una exitosa trayectoria profesional y una familia hermosa y feliz, pero, como creía en Dios y cumplía con su deber, era buscado por el PCCh. Se vio obligado a abandonar su hogar y se pasó más de diez años huyendo. Con el fin de descubrir su paradero, la Policía del PCCh vigilaba, amenazaba e intimidaba constantemente a su familia, incluso a su hijo pequeño, Xiaoyu. Al final, forzaron a Xiaoyu a tomar un camino sin retorno…

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Nueva luz del Libro de Job: 3 manifestaciones principales del temor a Dios de Job

La historia bíblica de Job Las 3 manifestaciones principales del temor de Job a Dios

Cada vez que se mencionan las palabras “temer a Dios”, la mayoría de la gente pensará en la historia de Job en la Biblia. Job temía a Dios y rehuía el mal, testificó de Dios durante sus pruebas, se ganó la alabanza y las bendiciones de Dios, y vivió una vida digna y significativa que es muy admirada por nosotros hoy en día. Ahora, repasemos el Libro de Job y echemos un vistazo detallado a las formas en que Job manifestó su temor a Dios, y esto nos ayudará a obtener un nuevo entendimiento y entrada en la verdad de temer a Dios.

1. Job tenía un corazón temeroso de Dios y no hizo nada en su vida que disgustara a Dios

Dice en el Libro de Job 1:5: “Y sucedía que cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba a buscarlos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones. Así hacía Job siempre”.

Job poseía una gran riqueza y fue llamado el más grande de los hombres entre los que moraban en el este; era el equivalente de un millonario moderno. Para nosotros, parece como si Job viviera una vida de lujo para la cual sería apropiado para él celebrar fiestas de vez en cuando, y no habría sido considerado fuera de su alcance para él vivir un estilo de vida lujoso y extravagante. Y, sin embargo, Job no celebró fiestas y ni siquiera asistió a las fiestas celebradas por sus hijos. Tal vez algunas personas estarán un poco confundidas por esto, y se preguntarán si Job era demasiado anticuado y conservador. De hecho, Job hizo exigencias tan estrictas de sí mismo y siempre mantuvo su mejor comportamiento en la vida, y este comportamiento tenía un vínculo directo con su temor a Dios. Como seres humanos, no tenemos poder para vencer el pecado, y si asistimos a las fiestas, entonces nos volvemos poseídos por el deseo de comer, beber, jugar y divertirse, podemos llegar a ser codiciosos de placeres físicos, podemos ser propensos a rehuir a Dios, perder nuestra relación normal con Dios e incluso hacer cosas que disgustan a Dios. Job fue claro en su corazón en este punto, y por lo tanto prefirió vivir una vida común y sencilla en lugar de hacer cualquier cosa que pueda disgustar a Dios. Está claro que este tipo de comportamiento no era que Job fuera anticuado y conservador, sino que era él quien tomaba el camino de temer a Dios y apartarse del mal en el corazón. No prestó ninguna consideración a su carne y no prestó atención a disfrutar de una vida material de alta calidad. En cambio, los motivos detrás de todo lo que dijo e hizo fue satisfacer la voluntad de Dios y no hacer nada que pudiera disgustar a Dios.

Job no sólo temía alejarse del camino de Dios, sino que también le preocupaba que sus hijos desafiaran a Dios por su frecuente fiesta. De esto, podemos ver que Job no complació los pecados de sus hijos debido a su apego familiar, sino que desplegó y detestó la alegría de sus hijos, porque sabía que Dios también lo odiaba. Cada vez que terminaba una fiesta, Job enviaba a un siervo para decirle a sus hijos que se santificara, y a menudo ofrecía holocaustos por su bien. Se dice en la Biblia: “Así hacía Job siempre”. Esto demuestra aún más que Job temía a Dios con su corazón; su comportamiento y las expresiones de su temor por Dios no eran sólo profundas en la piel, y mucho menos eran prácticas provocadas por sentimientos ocasionales de alta espiritualidad o por alguna excitación transitoria de la emoción. En cambio, tomó el camino de temer a Dios y apartarse del mal en el corazón, y comenzó con las pequeñas cosas. Como dice la Palabra de Dios: “[…] Job no pasaba ocasionalmente a ver a sus hijos, o cuando le placía ni se confesaba a Dios por medio de la oración. En su lugar, enviaba y santificaba a sus hijos con regularidad, y sacrificaba holocaustos por ellos. ‘Todos los días’ no significa que lo hiciese durante uno o dos días, o por un momento. Está diciendo que la manifestación del temor de Dios por parte de Job no era temporal, y no se detenía en el conocimiento, o en palabras habladas, sino que el camino del temor a Dios y apartarse del mal guiaba su corazón, dictaba su comportamiento y era, en su corazón, la raíz de su existencia. Que lo hiciera continuamente muestra que, en su corazón, con frecuencia temía pecar él mismo contra Dios y también que lo hicieran sus hijos. Representa el peso que tenía en su corazón el camino del temor a Dios y apartarse del mal” ( ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”).

2. Job tenía un corazón temeroso de Dios y podía someterse a la soberanía y los arreglos de Dios durante sus pruebas

Satanás acusó a Job ante Dios y, después de que Dios dio Su permiso, Satanás apenas podía esperar a tentar a Job. Poco después, la noticia de que el ganado de Job había sido robado, de que sus sirvientes habían sido heridos, y que sus diez hijos habían perdido sus vidas llegó espeso y rápido. En un instante, Job pasó de tener todo a no tener nada. Podemos imaginar lo terrible que debe haber sido, y nadie habría sido capaz de soportarlo, sin importar quiénes fueran. Y, sin embargo, Job se comportó con mucha calma; no entró en pánico y no envió a nadie para recuperar su propiedad robada. En su lugar, “Job se levantó, rasgó su ropa, se afeitó la cabeza y cayó al suelo en adoración”. La calma que exhibió era completamente imprevista. Las palabras de Dios dicen: “Job estaba muy tranquilo y lúcido entonces. Su humanidad perfecta y recta le permitió emitir, de forma racional y natural, juicios y decisiones precisos sobre los desastres que le habían sucedido y, en consecuencia, se comportó con una calma inusual: ‘Entonces Job se levantó y rasgó su ropa; se afeitó la cabeza y cayó al suelo en adoración’. ‘Rasgó su ropa’ significa que estaba desnudo y no tenía nada; ‘se afeitó la cabeza’ significa que había vuelto delante de Dios como un bebé recién nacido; ‘cayó al suelo en adoración’ significa que había venido al mundo desnudo, y todavía sin nada hoy, había regresado a Dios como un recién nacido. Ninguna criatura de Dios habría podido lograr la actitud de Job frente a todo lo que le había sucedido. Su fe en Jehová Dios fue más allá del ámbito de la creencia; este era su temor de Dios, su obediencia a Él, y no sólo fue capaz de dar gracias a Dios por darle cosas, sino también por quitárselas. Además, fue capaz de responsabilizarse de devolver todo lo que poseía, incluida su vida” (‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”). “Aunque no vio a Dios, se dio cuenta de que Él existía realmente y como resultado de esta comprensión temió a Dios; y debido a su temor de Dios fue capaz de obedecerlo. Dio rienda suelta a Dios para que tomase todo lo que tenía, sin quejarse, y se postró delante de Él y le dijo que, incluso si Dios tomaba su carne en ese mismo momento, él le permitiría hacerlo con alegría, sin quejarse. Toda su conducta se debió a su humanidad perfecta y recta. Es decir, como consecuencia de su inocencia, honestidad y bondad Job fue firme en su comprensión y experiencia de la existencia de Dios, y sobre este fundamento se impuso exigencias y estandarizó su pensamiento, comportamiento, conducta y principios de acción delante de Dios, según Él lo dirigiera y de acuerdo con Sus hechos, que él había visto entre todas las cosas. Con el tiempo, sus experiencias provocaron en él un temor auténtico y real de Dios y le hicieron apartarse del mal. Esta era la fuente de la integridad a la que Job se aferraba con firmeza” (‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Frente a tales grandes pruebas, Job no se quejó, pero fue capaz de postrarse en el suelo y alabar el santo nombre de Jehová, y se sometió al hecho de que Dios le había quitado todo, esto era una manifestación del temor de Job a Dios. El carácter de Job era recto, honesto, puro y bueno. En el pueblo, los acontecimientos y las cosas que encontraba todos los días, él buscaba comprender la soberanía de Dios y caminaba por el camino de temer a Dios y apartarse del mal. A lo largo de las décadas de experiencia de Job, aunque Jehová Dios nunca se le apareció, Job realmente presenció la soberanía y los hechos de Dios y se volvió aún más seguro acerca de la existencia real de Dios, y así surgió en él un corazón temeroso de Dios. También comprendió que la riqueza, la propiedad y los hijos que había tenido en su vida todos habían sido dados por Dios, y el hombre mismo nunca podría obtener tales cosas con sus propios esfuerzos si Dios no eligiera conferirlas a él. Por lo tanto, cuando la propiedad de Job fue robada y sus hijos se encontraron con su desafortunada muerte, sabía muy claramente en su corazón que esta era la prueba de Dios que le había sucedido, y su sentido de la racionalidad le dijo que todo lo que poseía había venido de Dios, que Dios tenía el derecho de dar y quitar y que, como una de las creaciones de Dios, no debe culpar en absoluto a Dios, ni pecar con sus labios, ni desagradar a Dios. En cambio, sabía que debía someterse a las orquestaciones y arreglos de Dios con un corazón temeroso de Dios. En última instancia, en su sufrimiento, Job dijo: “Jehová dio y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová” (Job 1: 21),* y se mantuvo firme en su testimonio a Dios.

3. Job tenía un corazón temeroso de Dios y reprendió a su esposa— Sabía claramente qué amar y qué odiar, y poseía un sentido de justicia

Después de que las llagas aparecieron por todo el cuerpo de Job, Satanás una vez más trató de tentar a Job por medio de su propia esposa. Como dice la Biblia: “Entonces su mujer le dijo: ¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete. Pero él le dijo: Como habla cualquier mujer necia, has hablado. ¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal? En todo esto Job no pecó con sus labios” (Job 2:9-10). Frente a la insistencia de su esposa, ¿por qué Job la reprendió con tanta severidad?

Las palabras de Dios dicen: “Viendo el tormento que estaba sufriendo, la esposa de Job intentó aconsejarle para ayudarle a escapar de este, pero las ‘buenas intenciones’ no obtuvieron la aprobación de Job; más bien, despertaron su enojo, porque ella negaba su fe en Jehová Dios, su obediencia a Él y también Su existencia. Esto le resultaba intolerable, porque él nunca se había permitido hacer nada que se opusiera a Dios o le hiciera daño, por no mencionar a los demás. ¿Cómo podía permanecer indiferente cuando oía a otros blasfemar contra Dios y le insultaban? Por eso llamó a su esposa ‘mujer tonta’. La actitud de Job hacia ella era de enojo y odio, así como de reproche y reprimenda. Era la expresión natural de la humanidad de Job que diferenciaba entre el amor y el odio, y una representación verdadera de su recta humanidad. Job poseía un sentido de la justicia que le hacía odiar los vientos y las mareas de la maldad, así como aborrecer, condenar y rechazar la absurda herejía, los argumentos ridículos, y las afirmaciones disparatadas, y le permitía aferrarse a sus propios principios y su postura correctos cuando las masas lo rechazaron y sus seres cercanos desertaron de él” (‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Dios es la verdad, el camino y la vida, y representa todas las cosas positivas; todas las cosas que niegan a Dios o se resisten a Dios pertenecen a Satanás y son cosas negativas. Job temía a Dios y evitaba el mal y amaba las cosas positivas. Estaba totalmente erguido, podía diferenciar entre el amor y el odio y Dios tomó el lugar más alto en su corazón. No podía tolerar que nadie negara a Dios, juzgra a Dios o blasfemara contra Dios, y cada vez que veía a alguien negando a Dios, surgía odio en su corazón, y su propia familia no era la excepción. Todavía tenía que aferrarse a la senda de temer a Dios y apartarse del mal, estar del lado de la justicia y la verdad, y no tener miedo de disgustar a nadie. Por lo tanto, cuando su esposa le pidió que abandonara a Dios y negara la justicia de Dios, Job no dejó que sus sentimientos por su esposa lo influenciaran de ninguna manera, sino que reprendió fríamente a su esposa por ser una mujer tonta. Al hacerlo, una vez más superó la tentación de Satanás y se mantuvo firme en su testimonio a Dios.

Arriba están las manifestaciones del temor de Job a Dios, y de ellas llegamos a comprender que temer a Dios no es algo que se puede reclamar con meras palabras, sino que requiere que nos concentremos en nuestro acceso a las personas, los acontecimientos, las cosas y los entornos que Dios nos organiza, y nos obliga a emular a Job. En nuestra vida diaria, por ejemplo, debemos prestar cuidado a evitar toda clase de tentaciones: Hay algunos lugares de entretenimiento o lugares que pueden hacer que nuestro corazón se degenere y evite a Dios, a los cuales no debemos ir ni tener ningún contacto, y evitando estos lugares seremos protegidos; cuando las pruebas nos aparezcan, por ejemplo, si un desastre ocurriera en casa o un miembro de la familia cae en tiempos difíciles, entonces no importa lo que Dios haga, nunca debemos malinterpretar a Dios o culpar a Dios, sino que debemos ser capaces de someternos a Su soberanía y arreglos; cuando somos acosados y engañados por personas, acontecimientos o cosas, siempre debemos defender la verdad y la justicia, no ser limitados por nadie más, y no apoyar el desafío de nadie a Dios hasta el punto en que incluso abandonemos a Dios y nos alejemos de Él. Job es nuestro punto de referencia para nuestro encuentro con la verdad de temer a Dios. Si todos podemos ser como Job y poner en práctica la verdad de temer a Dios y apartarse del mal en nuestras vidas, y comenzar con las pequeñas cosas, entonces también recibiremos con frecuencia la guía y las bendiciones de Dios, y nos convertiremos en personas temerosas de Dios.
(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)

Unas citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

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