Fe en Dios

Prédica cristiana escrita ¿Qué queréis decir con esto?

Prédica cristiana escrita ¿Qué queréis decir con esto?

Según las palabras de Pablo, quien dijo: “Toda Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16), los pastores y ancianos del mundo religioso creen que las palabras de la Biblia son las palabras de Dios. Pero vosotros decís que no todas las palabras de la Biblia son las palabras de Dios. ¿Qué queréis decir con esto?

Las palabras relevantes de Dios:

Hoy, las personas creen que la Biblia es Dios, y que Él es la Biblia. Así, también creen que todas las palabras de la Biblia fueron las únicas palabras que Dios habló y que Él las pronunció todas. Los que creen en Dios piensan incluso que, aunque los sesenta y seis libros del Antiguo y el Nuevo Testamento fueron escritos por personas, fueron, todos, inspirados por Dios y son un registro de las declaraciones del Espíritu Santo. Esta es la comprensión errónea que tiene el hombre, y no es completamente acorde con los hechos. En realidad, aparte de los libros de profecía, la mayor parte del Antiguo Testamento es un registro histórico. Algunas de las epístolas del Nuevo Testamento provienen de las experiencias de las personas, y, otras, del esclarecimiento del Espíritu Santo. Las epístolas paulinas, por ejemplo, surgieron de la obra de un hombre; todas fueron resultado del esclarecimiento del Espíritu Santo y se escribieron para las iglesias, y fueron palabras de exhortación y aliento para los hermanos y hermanas de las mismas. No fueron palabras habladas por el Espíritu Santo; Pablo no podía hablar en nombre del Espíritu Santo ni era profeta, y, mucho menos, tuvo las visiones que tuvo Juan. Sus epístolas se escribieron para las iglesias de Éfeso, Filadelfia, Galacia, y otras. Por tanto, las epístolas paulinas del Nuevo Testamento son epístolas que Pablo escribió para las iglesias y no son inspiraciones del Espíritu Santo ni Sus declaraciones directas. Son simplemente palabras de exhortación, consuelo y aliento que escribió para las iglesias durante el transcurso de su obra. Así, también, son un registro de gran parte de la obra de Pablo en esa época. Se escribieron para todos los hermanos y hermanas en el Señor, para que los hermanos y hermanas de las iglesias de esa época siguieran su consejo y vivieran de acuerdo con el camino de arrepentimiento del Señor Jesús. De ninguna manera dijo Pablo que, en las iglesias de esa época o del futuro, todos deben comer y beber las cosas que él escribió ni que todas sus palabras venían de Dios. De acuerdo con las circunstancias de la iglesia en esa época, él simplemente tenía comunión con los hermanos y las hermanas, los exhortaba e inspiraba fe en ellos, y simplemente predicaba o recordaba a las personas y las exhortaba. Sus palabras estaban basadas en su propia carga, y apoyaba a las personas por medio de ellas. Él llevó a cabo la obra de un apóstol de las iglesias de esa época; era un obrero usado por el Señor Jesús, y, por tanto, tuvo que responsabilizarse de las iglesias y llevar a cabo la obra de las mismas. Tuvo que aprender acerca de las condiciones de los hermanos y las hermanas; por ello, escribió epístolas para todos los hermanos y hermanas en el Señor. Todo lo que dijo que era edificante y positivo para las personas fue correcto, pero no representaba las declaraciones del Espíritu Santo ni podía representar a Dios. ¡Es un entendimiento atroz y una blasfemia enorme que las personas traten los registros de las experiencias de un hombre y las epístolas de un hombre como las palabras habladas por el Espíritu Santo a las iglesias! Eso es particularmente cierto cuando se trata de las epístolas que Pablo escribió para las iglesias, porque estas se escribieron para los hermanos y hermanas según las circunstancias y la situación de cada iglesia en esa época. Su fin era exhortar a los hermanos y hermanas en el Señor de forma que pudieran recibir la gracia del Señor Jesús. Sus epístolas tenían como objetivo animar a los hermanos y hermanas de esa época. Puede decirse que esta era su propia carga, y también la que el Espíritu Santo le dio; después de todo, fue un apóstol que dirigió a las iglesias de esa época, que escribió epístolas para las iglesias y las exhortó; esa era su responsabilidad. Su identidad fue simplemente la de un apóstol obrero, y fue simplemente un apóstol enviado por Dios; no fue un profeta ni un adivino. Para él, su propia obra y la vida de los hermanos y hermanas eran de la mayor importancia. Por tanto, no podía hablar en nombre del Espíritu Santo. Sus palabras no eran las palabras del Espíritu Santo, y mucho menos podría decirse que fueran las de Dios, porque Pablo no era nada más que una criatura de Dios y, ciertamente, no era Su encarnación. Su identidad no era la misma que la de Jesús. Las palabras de Jesús fueron las palabras del Espíritu Santo; fueron las palabras de Dios, porque Su identidad era la de Cristo, el Hijo de Dios. ¿Cómo podía ser Pablo Su igual? Si las personas consideran las epístolas o las palabras como las de Pablo como declaraciones del Espíritu Santo, y las adoran como a Dios, sólo puede decirse que no discriminan correctamente. Dicho con mayor severidad, ¿no es esto simplemente blasfemia? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios? ¿Y cómo podrían las personas postrarse ante los registros de sus epístolas y ante las palabras que habló como si fueran un libro sagrado o un libro celestial? ¿Podría el hombre pronunciar a la ligera las palabras de Dios? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios? Así pues, ¿qué dices? ¿Podrían las epístolas que él escribió para las iglesias no estar contaminadas con sus propias ideas? ¿Cómo no iban a estar contaminadas con ideas humanas? Él escribió epístolas para las iglesias basándose en sus experiencias personales y en su propio conocimiento. Por ejemplo, Pablo escribió una epístola a las iglesias gálatas, que contenía una determinada opinión, y Pedro escribió otra con otro punto de vista. ¿Cuál de ellas vino del Espíritu Santo? Nadie puede decirlo con seguridad. Así pues, solo puede decirse que ambos llevaban una carga para las iglesias, pero sus cartas representan su estatura, su provisión y su apoyo para los hermanos y las hermanas, su carga hacia las iglesias, y solo representan obra humana; no eran totalmente del Espíritu Santo. Si dices que sus epístolas son las palabras del Espíritu Santo, entonces eres absurdo ¡y estás cometiendo blasfemia! Las epístolas paulinas y las otras epístolas del Nuevo Testamento equivalen a las memorias de figuras espirituales más recientes: están a la par de los libros de Watchman Nee o de las experiencias de Lawrence, y así por el estilo. Es simplemente que los libros de figuras espirituales recientes no están recopilados en el Nuevo Testamento, pero la esencia de estas personas era la misma: fueron personas usadas por el Espíritu Santo durante cierto período, y no podían representar directamente a Dios.
Extracto de ‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne

Durante la Era de la Ley del Antiguo Testamento, el gran número de profetas elevados por Jehová profetizó en Su nombre, dio instrucciones a diversas tribus y naciones, y predijo la obra que Jehová llevaría a cabo. Jehová había dado el Espíritu de profecía a todas estas personas a las que había elevado: eran capaces de ver Sus visiones, de oír Su voz; por tanto, eran inspiradas por Él y escribían profecías. La obra que llevaban a cabo era la expresión de la voz de Jehová, la expresión de Su profecía, y la obra de Jehová en ese momento era simplemente guiar a las personas usando al Espíritu; Él no se hizo carne, y las personas no veían Su rostro. Así pues, elevó a muchos profetas para que llevaran a cabo Su obra, y les dio oráculos que transmitieron a cada tribu y clan de Israel. Su trabajo era hablar profecías, y algunos escribieron las instrucciones que Jehová les dio para mostrárselas a otros. Él elevó a estas personas para que hablaran profecías, predijeran la obra del futuro o la que aún debía realizarse durante ese tiempo, de forma que las personas pudieran contemplar las maravillas y la sabiduría de Jehová. Estos libros de profecía eran muy diferentes a los demás libros de la Biblia; eran palabras habladas o escritas por aquellos a los que se les había dado el Espíritu de profecía; por aquellos que habían recibido las visiones o la voz de Jehová. Aparte de los libros de profecía, todo lo demás en el Antiguo Testamento está compuesto por registros hechos por personas después de que Jehová hubo terminado Su obra. Estos libros no pueden reemplazar la predicción pronunciada por los profetas elevados por Jehová, del mismo modo que el Génesis y el Éxodo no pueden compararse con el libro de Isaías o con el libro de Daniel. Las profecías se pronunciaron antes de que la obra se hubiera llevado a cabo; los otros libros, entretanto, se escribieron después de que la obra hubiera terminado; eso era lo que las personas eran capaces de hacer. Los profetas de esa época fueron inspirados por Jehová y pronunciaron algo de profecía, hablaron muchas palabras y profetizaron las cosas de la Era de la Gracia, así como la destrucción del mundo en los últimos días: la obra que Jehová planeó llevar a cabo. Todos los libros restantes registran la obra realizada por Jehová en Israel. […] De esta forma, lo que se registra en el Antiguo Testamento de la Biblia es puramente la obra de Dios en Israel en ese momento. Las palabras pronunciadas por los profetas —Isaías, Daniel, Jeremías y Ezequiel— predicen la otra obra de Dios sobre la tierra, la obra de Jehová Dios mismo. Todo esto venía de Dios; era la obra del Espíritu Santo, y aparte de estos libros de los profetas, todo lo demás es un registro de las experiencias de la obra de Jehová por parte de las personas en ese momento.
Extracto de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

No todo en la Biblia es un registro de las palabras habladas personalmente por Dios. La Biblia simplemente documenta las dos etapas anteriores de la obra de Dios, de las cuales una parte es un registro de las predicciones de los profetas y, otra, las experiencias y el conocimiento escritos por personas usadas por Dios a lo largo de las eras. Las experiencias humanas están contaminadas con opiniones y conocimiento humanos, y esto es algo inevitable. En muchos de los libros de la Biblia hay nociones humanas, prejuicios humanos y el entendimiento absurdo de los humanos. Por supuesto, la mayoría de las palabras son resultado del esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo, y son entendimientos correctos, pero sigue sin poderse decir que son expresiones de la verdad totalmente precisas. Sus opiniones sobre ciertas cosas no son más que conocimiento derivado de la experiencia personal o el esclarecimiento del Espíritu Santo. Dios instruyó personalmente las predicciones de los profetas: las profecías de los semejantes a Isaías, Daniel, Esdras, Jeremías y Ezequiel vinieron de la instrucción directa del Espíritu Santo; estas personas eran profetas, habían recibido el Espíritu de profecía, y eran, todos, profetas del Antiguo Testamento. Durante la Era de la Ley, estas personas, que habían recibido las inspiraciones de Jehová, hablaron muchas profecías, que fueron instruidas directamente por Jehová.
Extracto de ‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Fragmentos de sermones y comunicaciones para referencia:


¿Cómo se configuró la Biblia y cuándo vio la luz? En la Era de la Ley, los judíos solo se referían al Antiguo Testamento como las Escrituras. Posteriormente, el Señor Jesús realizó la obra de redención, y más de trescientos años después, algunos líderes de la Iglesia celebraron un concilio y decidieron cotejar todas las epístolas escritas por los discípulos y apóstoles del Señor Jesús. Finalmente, tras mucha consideración, eligieron 27 de ellas como canon del Nuevo Testamento, que unieron al Antiguo Testamento para crear el contenido completo de la Biblia. Estos son los hechos y los orígenes del Antiguo y el Nuevo Testamento, y es la verdadera historia de la Biblia. Muchos creen que la Biblia vino de Dios; en la segunda epístola de Pablo a Timoteo, en concreto, se afirma que “Toda Escritura es inspirada por Dios”. A decir verdad, cuando Pablo pronunció estas palabras, el Nuevo Testamento aún no se había convertido en libro; en este contexto, las Escrituras a las que Pablo aludía eran el Antiguo Testamento, no el Nuevo. Esta es la realidad. Sin embargo, el pueblo de los últimos días considera las Escrituras de las que hablaba Pablo como la Biblia completa, el Antiguo y el Nuevo Testamento. Esto no concuerda con la realidad. Es una malinterpretación, una falacia. Además, ¿se sostiene la afirmación de que todo el Antiguo Testamento fue inspiración de Dios? Dios realizó la obra de la Era de la Ley por medio de Moisés. Este, asimismo, escribió los cinco primeros libros del Antiguo Testamento. Es justo reconocer que nadie entendió la obra de Dios de la Era de la Ley mejor que él. Entonces, ¿dijo Moisés en el Pentateuco que todas las palabras que escribió fueron inspiración de Dios? Para empezar, no lo dijo. En segundo lugar, tampoco lo dijo ninguno de los profetas utilizados por Dios en la Era de la Ley, profetas como Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, etc. Pablo fue el único que dijo que las Escrituras fueron inspiración de Dios. Si solamente lo afirmó Pablo, a duras penas se pueden dar por válidas esas palabras. Por consiguiente, no debemos basarnos en ellas para nada.

Por otro lado, ¿qué opinaban los hermanos y hermanas de las iglesias de las epístolas escritas por Pedro, Pablo y otros cuando las enviaban a las iglesias? Dirían: “Esta es la epístola del hermano Pedro”, “esta es la epístola del hermano Pablo”, “esta es la epístola de Mateo”. [...] ¿Consideraba alguien las epístolas de estos apóstoles palabra de Dios en aquella época? Por supuesto que no, ya que Pedro, Mateo y los demás jamás dijeron que ellos fueran Dios ni la encarnación; dijeron que creían en el Señor Jesús y eran discípulos suyos, por lo que los hermanos y hermanas de las iglesias los trataban como hermanos y consideraban sus epístolas y palabras como enseñanzas y testimonios de hermanos. Esto es del todo cierto y coincidente con la realidad histórica. Sin embargo, hoy en día la gente de todas las denominaciones considera las palabras de estos apóstoles inspiración de Dios. Las considera palabra de Dios y las pone al mismo nivel de las palabras de Dios. ¿Concuerda esto con la realidad histórica? La gente no cree que haya nada de malo en considerar estas palabras de los hombres palabra de Dios. Cuando le señalan su error, se defiende con las palabras de Pablo en la Biblia, pero ¿tienen algún fundamento las palabras de Pablo? En las epístolas de los apóstoles, Pedro dijo que las epístolas de Pablo contenían las revelaciones y la obra del Espíritu Santo. Ahora bien, Pedro nunca afirmó que las palabras de Pablo fueran inspiración del Espíritu Santo ni que debieran considerarse palabra de Dios, ni a Pablo se le ocurrió alegar que sus palabras fueran inspiración de Dios. Ni Pablo ni Pedro dieron testimonio de que sus palabras fueran palabra de Dios; entonces, ¿cómo pueden considerarlas palabra de Dios los creyentes de los últimos días? ¿Qué error están cometiendo? ¿Son correctas las apreciaciones de estos intérpretes? No se dan cuenta de lo ridículo que es este error, no lo ven, lo que demuestra que carecen de la verdad. La gente, no obstante, sigue idolatrando y creyendo a ciegas; digan que digan, eso es lo que la gente cree. Con ello, ¿no tiene una brutal falta de discernimiento? Las personas religiosas tienen una fe ciega en la Biblia, la idolatran, la consideran superior a Dios, creen que representa a Dios y todo lo fundamentan en ella. ¿No es ridículo que idolatren la Biblia y tengan una fe ciega en ella hasta ese punto? ¿Y qué forma adopta su fe ciega en la Biblia? Son incapaces de acercarse a ella de acuerdo con la realidad histórica y no buscan la verdad ni la iluminación y el esclarecimiento del Espíritu Santo. En cambio, idolatran a ciegas a personajes conocidos y confían, aceptan y aplican rigurosamente lo que diga cualquiera de ellos. ¿Acaso las palabras de los hombres nunca están equivocadas? ¿Acaso todo lo que dijo Pablo es correcto? Pablo era un hombre y, por tanto, ¿cómo no iba a estar corrompido? En consecuencia, que la gente ponga las epístolas de los apóstoles al mismo nivel de las palabras de Dios es un grave error. En la Biblia, las palabras de Dios son las palabras de Dios, y las palabras de los hombres son las palabras de los hombres. No es posible considerar ambas iguales. ¿Y cuáles son las palabras de Dios en la Biblia? Todas las palabras pronunciadas personalmente por Jehová Dios, lo que Jehová Dios enseñó a los profetas para que lo transmitieran y las palabras pronunciadas personalmente por el Señor Jesús: estas son las únicas palabras de Dios. ¿Y qué crees que tienen de peculiar todas las palabras pronunciadas por los profetas en la Biblia? Todos decían: “Esto es lo que dice Jehová” y “eso dijo Jehová”. No decían: “Yo, Daniel (o Isaías), os digo esto”. Esto le deja claro a la gente que los profetas transmitían las palabras originales de Dios. Por ende, solo las palabras originales de Dios transmitidas por los profetas son palabra de Dios, solo las palabras pronunciadas personalmente por Jehová Dios son palabra de Dios y solo las palabras pronunciadas personalmente por el Señor Jesús son palabra de Dios. Aparte de estas, nada más en la Biblia es palabra de Dios; las palabras pronunciadas por los apóstoles y los acontecimientos relatados por los siervos de Dios son meros testimonios de hombres.

Extracto de La comunicación desde lo alto

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Prédica cristiana escrita ¿Cuál es la diferencia entre la obra de Dios y el trabajo realizado por el hombre?

Prédica cristiana escrita ¿Cuál es la diferencia entre la obra de Dios y el trabajo realizado por el hombre?

Pregunta 2: ¿Cuál es la diferencia entre la obra de Dios y el trabajo realizado por el hombre? ¿Y cuál es la diferencia esencial que existe entre el Dios encarnado y la gente utilizada por Dios?

Respuesta: Es una pregunta importante. Él hombre debe conocer la obra de Dios y Su esencia si quiere conocer a Dios mismo. Si somos incapaces de distinguir la obra de Dios del trabajo del hombre, y si no vemos la diferencia entre el hombre utilizado por Dios y Dios encarnado, seremos muy proclives a considerar al hombre que admiramos como el hombre que es utilizado por Dios, y a considerar el trabajo del hombre como la obra hecha por Dios. Nosotros seguimos al hombre, pero creemos que estamos siguiendo a Dios. Al mismo tiempo, no nos damos cuenta de que nos estamos alejando de Él, de El y ofendemos a su carácter. Durante más de dos mil años nadie pudo ver claramente la diferencia entre la obra y la esencia de Dios encarnado y el hombre que Dios utilizó. Cuando los últimos días lleguen, Dios Todopoderoso vendrá a explicarlo. Vamos a leer algo de la palabra de Dios sobre a la diferencia entre la obra hecha por Dios encarnado y la del hombre utilizado por Dios.

Dios Todopoderoso dice: “La obra de Dios mismo involucra la obra de toda la humanidad y también representa la obra de toda la era, lo que significa que la propia obra de Dios representa toda la dinámica y la tendencia de la obra del Espíritu Santo, mientras que la obra de los apóstoles viene después de la propia obra de Dios y la continúa, y no lidera la era ni tampoco representa las tendencias de la obra del Espíritu Santo en una era completa. Ellos solo hacen la obra que el hombre debe hacer, que nada tiene que ver con la obra de gestión. La obra que hace Dios mismo es un proyecto dentro de la obra de gestión. La obra del hombre es solo el deber que cumplen las personas que están siendo usadas y no tiene relación con la obra de gestión” (‘La obra de Dios y la obra del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”).

“La obra de Dios encarnado da inicio a una nueva era y los que continúan Su obra son los que Él usa. Toda la obra hecha por el hombre está dentro del ministerio de Dios en la carne y no puede ir más allá de esta esfera. Si Dios encarnado no hubiese venido a hacer Su obra, el hombre no sería capaz de dar fin a la era antigua y no sería capaz de dar inicio a la nueva era” (‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”).

“El Dios encarnado es esencialmente diferente de las personas usadas por Dios. El Dios encarnado puede hacer la obra de la divinidad, mientras que las personas usadas por Dios no pueden. Al principio de cada era, el Espíritu de Dios habla personalmente e inicia la nueva era para llevar al hombre a un nuevo comienzo. Cuando Él ha terminado de hablar, esto significa que la obra de Dios dentro de Su divinidad está completa. A partir de entonces, todas las personas siguen la guía de aquellos usados por Dios para entrar en su experiencia de vida” (‘La diferencia esencial entre el Dios encarnado y las personas usadas por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).

“Todo lo que Dios expresa es lo que Él mismo es, y esto está fuera del alcance del hombre; es decir, está fuera del alcance de su pensamiento. Él expresa Su obra de liderar a toda la humanidad, y esto no tiene relación con los detalles de la experiencia humana, pero sí tiene que ver con Su propia gestión. Lo que el hombre expresa es su experiencia, mientras que Dios expresa Su ser, que es Su carácter inherente fuera del alcance del hombre. La experiencia del hombre es su perspectiva y el conocimiento que adquiere basándose en la expresión que Dios hace de Su ser. Tal perspectiva y conocimiento se llaman el ser del hombre, y la base de su expresión es el carácter inherente del hombre y su calibre; por este motivo también se le llama el ser del hombre. […] Las palabras que habló Dios encarnado son expresión directa del Espíritu, y expresan la obra que ha hecho el Espíritu, que la carne no ha experimentado ni visto, pero aun así expresa Su ser, porque la esencia de la carne es el Espíritu, y Él expresa la obra del Espíritu” (‘La obra de Dios y la obra del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”).

“La obra de las personas que son utilizadas también es la obra del Espíritu Santo. Aun así, la obra de Dios es la expresión completa del Espíritu Santo, que es absolutamente verdadera, mientras que la obra de las personas que están siendo usadas se mezcla con muchas cosas humanas y no es expresión directa del Espíritu Santo, mucho menos Su expresión completa” (‘La obra de Dios y la obra del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”).

“La obra del hombre representa su experiencia y su humanidad. Lo que el hombre ofrece y la obra que hace lo representan a él. La perspectiva del hombre, el razonamiento del hombre, su lógica y su rica imaginación, todo se incluye en su obra. En particular, la experiencia del hombre puede representar su obra, y las experiencias de una persona se convierten en los componentes de su obra. La obra del hombre puede expresar su experiencia” (‘La obra de Dios y la obra del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”).

“La obra que hace Dios no es representativa de la experiencia de Su carne; la obra que el hombre hace es representativa de la experiencia del hombre. Todos hablan de su experiencia personal. Dios puede expresar directamente la verdad mientras que el hombre sólo puede expresar la experiencia que corresponde a haber experimentado de la verdad. La obra de Dios no tiene reglas y no está limitada por el tiempo o los límites geográficos. Puede expresar lo que Él es en cualquier momento, en cualquier lugar. Obra como le place. La obra del hombre tiene condiciones y contexto; sin ello, sería incapaz de obrar y es incapaz de expresar su conocimiento de Dios o su experiencia de la verdad. Solo tienes que comparar las diferencias que hay entre ellas para saber si es la propia obra de Dios o la obra del hombre” (‘La obra de Dios y la obra del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”).

A partir de estas palabras, entendemos que tanto la obra de Dios encarnado como el trabajo de la gente utilizada por Dios son aparentemente el trabajo y la palabra del hombre, pero que sigue habiendo diferencias sustanciales en su trabajo. En apariencia, el Dios encarnado es un hombre normal y ordinario, pero Él es la carne que lleva el Espíritu de Dios y Su esencia es divina, por lo que Él puede expresar directamente la verdad y expresar el carácter justo de Dios y lo que Dios tiene y es. Él puede revelar el misterio del plan de gestión de Dios, iniciar una nueva era y finalizar la vieja era. Toda la humanidad está avanzando con la obra que Dios realiza. Con la obra de Dios viene una nueva era y la vieja finaliza, y toda la humanidad avanza hacia esa nueva era. Esto es prueba suficiente de que la obra de Dios encarnado guía la era entera para avanzar. Sin embargo, el trabajo del hombre no puede iniciar una nueva era ni terminar la vieja. Además, otra diferencia sustancial es que la obra de Dios encarnado y Su palabra son expresiones de divinidad, que no se mezclan con el pensamiento, la lógica y el razonamiento humanos. Este es el significado original del Espíritu de Dios, que no está mezclado con la voluntad humana. Las palabras que Dios encarnado ha expresado son la verdad, con poder y autoridad, de modo que puedan ser la vida del hombre y cambiar su carácter. Pueden purificarle, perfeccionarle y salvarle. Finalmente, el hombre puede ser llevado a buen destino. Las personas utilizadas por Dios, sin embargo, son humanas y no Dios encarnado, por lo que no pueden iniciar una nueva era ni terminar una vieja, ni pueden conducir al hombre en la dirección de una nueva era. Su trabajo no está relacionado con la gestión de Dios. En cambio, colaboran con la humanidad según la obra de Dios y compartir su experiencia. Esta experiencia y el conocimiento representan lo que el hombre tiene y es, con la fantasía, la lógica, el razonamiento con la fantasía, la lógica, el razonamiento, las lecciones del hombre, etc. Aunque la mayoría concuerdan con la verdad y puede suminstrar y apoyar al hombre. no son la verdad y no pueden ser la vida del hombre. Solo si el trabajo del hombre colabora con la obra de Dios puede dar como resultado la purificación, la salvación y el perfeccionamiento del hombre. Esta es la diferencia entre la obra de Dios encarnado y la del hombre que es utilizado por Dios.

Esto tendrá sentido cuando nos fijemos en la obra de Dios y en la del hombre. Cuando el Señor Jesús vino a hacer Su obra, Él dijo que el reino de los cielos estaba cerca y el hombre debía arrepentirse. Él hizo una etapa de la obra para redimirnos cuando inició la Era de la Gracia y finalizó la Era de la Ley. Así pues, la nueva era del hombre comenzó con la Era de la Gracia. Él Señor Jesús expresó Su carácter de misericordia y amor para que el hombre pudiera ser redimido a través de la ofrenda por el pecado. Entonces el hombre ya no era maldito ni estaba condenado, sino que era apto para venir ante Dios a orar y clamar ante Él, y para disfrutar de la verdad y la gracia concedidas a él por Dios. Cuando Jesús terminó Su obra y ascendió al cielo, Sus apóstoles continuaron la labor de suministrar y servir al hombre según la obra y las palabras de Jesús. Compatieron su experiencia y conocimiento de la palabra de Dios con el fin de guiara los elegidos a practicar la palabra del Señor y difundir Su salvación; fundaron iglesias y servieron a los creyentes. Colaboraron con la obra de Dios según la palabra del Señor Jesús. Hicieron lo que Él les había enseñado, que era cumplir con el deber del hombre. Las cartas que escribieron y lo que decían nos relataron sus conocimientos y experiencias acerca de la palabra y la obra del Señor Jesús. Sin duda estaban en consonancia con la verdad y “sin embargo” todavía no eran consideradas como la obra y a la palabra del Señor. Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso, llega para comenzar la Era del Reino y terminar la Era de la Gracia. La Era del Reino comienza con la obra de Dios Todopoderoso “como sabemos”. Dios Todopoderoso ha llevado a cabo la obra del inicio del juicio por la casa de Dios. Él ha revelado todos los misterios del plan de gestión de Dios a seis mil años, ha expresado toda la verdad de la purificación y la salvación de la humanidad, ha revelado Su esencia sagrada y justa a la humanidad, así como Su majestad, Su ira y Su carácter que no admite ofensa, con el fin de liberar al hombre de su carácter pervertido y de la influencia de Satanás y acabar llevando al hombre a su hermoso destino. La obra de Dios Todopoderoso culmina el plan de gestión de Dios y finalizará por completo la vieja era. Toda Su palabra se cumplirá y verificará y, al final, toda la humanidad reconocerá que Dios Todopoderoso es el único Dios verdadero y verá cómo se cumple la palabra de Dios Todopoderoso y finaliza a la vieja era. Después de que Dios Todopoderoso haya hecho un grupo de vencedores, caerán todo tipo de desastres, y la humanidad pasará por desastres y adversidades y, entonces, Dios descenderá del cielo en una nube y se aparecerá a la gente de todas las naciones. Esto es suficiente para demostrar que la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días es comenzar y terminar una era. El trabajo del hombre utilizado por Dios se basa en tanto en la obra como en la palabra de Dios Todopoderoso, para que Él pueda compartir Su conocimiento de ellos y, de esta manera, pueda pastorear al pueblo escogido de Dios, guiarlo a través de la búsqueda de la verdad, y adentrarle en la realidad de la palabra de Dios. Él puede llevarlos a testimoniar públicamente el evangelio de la venida del reino. ante todo el mundo y toda la humanidad. Él hombre utilizado por Dios sólo colabora con la obra de Dios y cumple con su deber según la obra de Dios. Así es cómo la obra de Dios encarnado se diferencia fundamentalmente del trabajo del hombre utilizado por Dios. Cada uno de ellos tiene una esencia específica que lo determina.

La diferencia entre el trabajo del hombre utilizado por Dios y la obra de Dios encarnado. Creo que todos lo tenemos claro. Además, hay otra diferencia entre ellos, la diferencia esencial entre Dios encarnado y el hombre utilizado por Dios. Vamos a leer la palabra de Dios Todopoderoso y veamos qué podemos aprender acerca de los dos.

“El Dios encarnado se llama Cristo y Cristo es la carne vestida con el Espíritu de Dios. Esta carne es diferente a cualquier hombre que es de la carne. La diferencia es porque Cristo no es de carne y hueso; Él es la personificación del Espíritu. Tiene tanto una humanidad normal como una divinidad completa. Su divinidad no la posee ningún hombre. Su humanidad normal sustenta todas Sus actividades normales en la carne, mientras que Su divinidad lleva a cabo la obra de Dios mismo” (‘La esencia de Cristo es la obediencia a la voluntad del Padre celestial’ en “La Palabra manifestada en carne”).

“Al ser un hombre con la esencia de Dios, Él está por encima de todos los humanos creados y de cualquier hombre que pueda desarrollar la obra de Dios. Por tanto, entre todos los que tienen un caparazón humano como el suyo, entre todos los que poseen humanidad, solo Él es el Dios mismo encarnado, todos los demás son humanos creados. Aunque todos poseen humanidad, los humanos creados no tienen más que humanidad, mientras que Dios encarnado es diferente. En Su carne, no sólo tiene humanidad sino que, más importante aún, también tiene divinidad” (‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).

“La divinidad de Cristo está por encima de todos los hombres; por lo tanto, Él es la autoridad suprema de todos los seres creados. Esta autoridad es Su divinidad, es decir, el carácter y el ser de Dios mismo, que determina Su identidad” (‘La esencia de Cristo es la obediencia a la voluntad del Padre celestial’ en “La Palabra manifestada en carne”).

“Como Dios es santo y puro, y real y verdadero, Su carne procede del Espíritu. Esto es definitivo e incontrovertible. No sólo ser capaz de dar testimonio de Dios mismo, sino también ser capaz de dedicarse por completo a hacer la voluntad de Dios: esto representa un aspecto de la esencia de Dios. Que la carne proceda del Espíritu con una imagen significa que la carne con la que el Espíritu se viste es, esencialmente, diferente a la carne de los seres humanos, y esta diferencia radica, principalmente, en su espíritu” (‘Capítulo 9’ de Interpretaciones de los misterios de las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”).

“Aquel que es Dios encarnado poseerá la esencia de Dios, y Aquel que es Dios encarnado tendrá la expresión de Dios. Puesto que Dios se hace carne, manifestará la obra que pretende llevar a cabo y puesto que se hace carne expresará lo que Él es; será, asimismo, capaz de traer la verdad al hombre, de concederle la vida y de señalarle el camino. La carne que no contiene la esencia de Dios definitivamente no es el Dios encarnado; de esto no hay duda. […]

[…] A final de cuentas, Dios es Dios, y el hombre es el hombre. Dios tiene la esencia de Dios y el hombre la del hombre” (‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Dios Todopoderoso ha dejado muy claro que Dios encarnado es el Espíritu de Dios hecho carne. Aunque Él tiene humanidad normal, Su esencia es la divinidad. No obstante, la esencia del hombre utilizado por Dios es humana. Eso es todo lo que es. No tiene ni un poquito de esencia divina. Que Cristo tenga esencia divina significa que lo que posee el Espíritu de Dios: Su carácter innato, Su justa y santa esencia, lo que Dios tiene y es, Su omnipotencia y Su sabiduría, así como Su autoridad y poder se materializan en la carne. Esta carne es la que tiene la esencia divina, es el Dios real que ha venido a la tierra para obrar y salvar a la humanidad. Porque Cristo tiene la esencia divina, Su estado emocional, Sus actitudes, puntos de vista y opiniones sobre distintas personas, hechos y cosas, y Sus pensamientos todos son la verdad y la expresión de Su carácter de vida junto con Su esencia sagrada. Cristo puede representar totalmente a Dios, puede expresar directamente la voz de Dios, Su carácter y lo que Él tiene y es a través de Su identidad. Él puede otorgar al hombre la verdad, el camino y la vida, y esto es inalcanzable para cualquier ser humano creado. Como Cristo tiene plena divinidad, Él puede expresar directamente la palabra de Dios en cualquier momento o lugar, en vez de transmitirla como los profetas que solo expresan unas pocas palabras de Dios cada tanto. Cristo sólo expresa la verdad y la obra de Dios en la nueva era. Él no habla sobre Su conocimiento y experiencia de las palabras de Dios. Porque Cristo tiene plena divinidad, Él puede expresar la verdad en cualquier momento y lugar para abastecer, regar, pastorear y conducir a toda la humanidad. Y como Cristo tiene plena divinidad, Él puede asumir la obra de Dios. Puede conducir a la humanidad y redimirla; puede conquistarla y salvarla y poner fin a toda la era anterior. Pero los hombres utilizados por Dios tienen esencia humana. No poseen ninguna divinidad, sólo humanidad, por lo que sólo pueden hacer el trabajo del hombre y cumplir con el deber del hombre. Aunque tienen el esclarecimiento, la iluminación, la obra y la perfección del Espíritu Santo, en el mejor de los casos sólo pueden ayudar en la obra de Dios y expresar su conocimiento y experiencia. Sus palabras podrían concordar con la verdad y beneficiar a los demás la mayor parte del tiempo, pero no son la verdad ni son equiparables con la palabra de Dios. Lo que hace Dios encarnado es iniciar y concluir una era. Él puede expresar directamente la verdad y conducir a toda la humanidad. Pero los hombres utilizados por Dios o los que tienen la obra del Espíritu Santo, en el mejor de los casos sólo están colaborando en la obra de Dios y cumpliendo con el deber del hombre. Lo que expresan es simplemente su propio conocimiento y experiencia de la palabra de Dios, y lo que dicen concuerda con la verdad. Independientemente de cuánto tiempo hayan trabajado para Dios y cuánto hayan hablado, ellos sólo comparten la experiencia y el conocimiento de la palabra de Dios. Solo exaltan y dan testimonio de Dios. Esta es la diferencia fundamental entre Dios encarnado y los hombres utilizados por Dios o aquellos que tienen la obra del Espíritu Santo.

Dios encarnado tiene la esencia divina. Entonces, Su palabra y Su obra no están contaminadas por los pensamientos, las nociones, la imaginación y la lógica del hombre, y Él expresa directamente todo lo que la divinidad tiene y es y el significado original del espíritu de Dios. Al igual que en la Era de la Gracia, el Señor Jesús reveló los misterios del reino de los cielos, trajo el camino del arrepentimiento y manifestó Su carácter de amor y misericordia, etcétera. Todo esto son las expresiones directas del Espíritu de Dios, son todas revelaciones naturales de Su carácter y todo lo que Él tiene y es. Todo esto está fuera del alcance del pensamiento humano. En los últimos días, Dios Todopoderoso expresa toda la verdad para purificar, salvar y perfeccionar al hombre. Él muestra el carácter santo y justo de Dios que no tolera ninguna ofensa, y revela todos los misterios de Su plan de gestión, como el misterio de Su encarnación, la diferencia entre la obra de Dios y del hombre, el propósito del plan de gestión de Dios, la realidad de las tres etapas de la obra de Dios, la fuente de la corrupción del hombre, cómo este debe liberarse del pecado para alcanzar la salvación de Dios, el futuro destino de la humanidad, etcétera. Todo lo que hace Dios Todopoderoso es la expresión directa de la divinidad y el significado original del Espíritu de Dios, lo que no puede imaginar la mente del hombre. La obra y la palabra de Dios encarnado y su carácter expreso son suficientes para demostrar que la esencia de Dios encarnado es la esencia divina y que Él no es otro que el propio Dios, el Único. Sin embargo, los hombres usados por Dios no pueden reemplazarlo para hacer Su obra divina, ni pueden expresar directamente el significado original de Su espíritu. Sólo pueden hacer la obra humana de cooperar sobre la base de la obra de Dios, compartir su conocimiento y experiencia, guiar al pueblo escogido de Dios para que entre en la realidad de la verdad de las palabras de Dios, dando testimonio y sirviéndole, como es el deber del hombre. Hacen la obra alcanzable por la mente del hombre, la obra que el hombre puede experimentar, la obra que es esencialmente lo que el hombre tiene y es. Como Dios encarnado y los hombres que Él utiliza son diferentes en esencia, la naturaleza de sus trabajos es completamente diferente. La diferencia fundamental entre los hombres utilizados por Dios y Dios encarnado es la diferencia misma entre Dios y el hombre. Uno tiene la esencia de Dios, mientras que el otro tiene la esencia del hombre. Sólo el que tiene esencia divina puede hacer la obra de Dios, mientras que los de esencia humana sólo pueden hacer el trabajo del hombre. Esto es algo que todos los creyentes en Dios deben entender.

Ahora entendemos cómo la obra de Dios y el trabajo del hombre son tan diferentes, así como el modo en que Dios encarnado se diferencia substancialmente del hombre utilizado por Dios. Pero hay más. Nosotros todavía debemos determinar la diferencia entre el trabajo de los hombres utilizados por Dios y el trabajo de los líderes religiosos y otras figuras importantes. Esto también es muy importante. Si no sabemos distinguir la obra de Dios de la del hombre, ni tampoco a los hombres que utiliza Dios de esos fariseos hipócritas, seremos proclives a adorar y seguir a los hombres ¡y nos desviaremos fácilmente del camino verdadero! Será como cuando el Señor Jesús vino a realizar Su obra y el pueblo judío elegido por Dios siguió a los fariseos hipócritas y lo rechazó. En los últimos días, Dios Todopoderoso lleva a cabo la obra de juicio. En el mundo religioso, los pastores y líderes, los fariseos actuales, engañan, inhiben y limitan a muchísima gente, provocando así que rechacen al Cristo de los últimos días. Esta es una apremiante lección que debemos aprender. Para seguir a Dios, debemos saber discernir la esencia de los líderes religiosos y los fariseos hipócritas. Obran con sus dones y talentos, interpretando la Biblia según sus nociones, sus fantasías y su razonamiento lógico. Lo que realmente predican son teorías teológicas y estudios bíblicos. Solo se preocupan de interpretar y predicar las palabras de los hombres contenidas en la Biblia, en lugar de enaltecer y dar testimonio de las palabras de Dios incluidas en ella. Con las palabras de los hombres sustituyen las palabras del Señor Jesús, al que así convierten en mero figurante. Esta obra es totalmente contraria a la voluntad de Dios. Esta es la clave de la oposición de los fariseos a Dios. Las personas religiosas se creen el liderazgo y el pastoreo de los fariseos y los siguen a ciegas. Siguen a Dios durante años y años, pero jamás reciben ningún sustento de la verdad ni la vida. En el mejor de los casos, solo pueden esperar recibir algo de conocimiento de la Biblia y teorías teológicas. Se vuelven cada vez más arrogantes, santurronas e insolentes de carácter y carecen de la más mínima veneración por Dios. Poco a poco, Dios pierde Su lugar en sus corazones y, sin saberlo, siguen la senda de oposición a Dios de los fariseos. En concreto, muchos líderes y personajes religiosos sacan la Biblia de contexto y la malinterpretan, difundiendo herejías y falacias acordes a las nociones y fantasías del hombre, y satisfacen sus ambiciones y deseos con el fin de engañar, aprisionar y manipular a las personas religiosas. Muchos consideran estas herejías y falacias palabra de Dios, la verdad. Los llevan por el camino equivocado. Estos líderes religiosos y presuntos hombres ilustres son precisamente los anticristos que Dios ha dejado al descubierto con Su obra de juicio en los últimos días. Estos hechos son suficientes para demostrar que el trabajo de estos presuntos líderes religiosos y figuras espirituales no proviene de la obra del Espíritu Santo. Más bien, son unos simples fariseos y anticristos que nos engañan y hacen daño. Todos ellos se oponen a Dios y lo traicionan. Son los que crucifican a Dios una vez más ¡y Él los ha maldecido!

Algunas personas no han sido conscientes. Consideran que las personas que mandan en las iglesias, los impostores, son los hombres utilizados por el Espíritu Santo, y consideran que lo que dicen, todas sus palabras falaces, son la luz del Espíritu Santo incluso como la palabra de la verdad de Dios. Esta es gente que sigue a Dios de palabra, pero que, en esencia, adora a los seres humanos. En el fondo de su corazón no hay lugar para Dios. Ellos se han alejado y han traicionado a Dios ciegamente. Es realmente lamentable que hagan esto. Por esta razón, el mundo religioso es eliminado y abandonado por la obra de Dios. Si nunca podemos discernir del trabajo del hombre de la obra de Dios, tendremos problemas. Y si no podemos averiguar si es el trabajo de los hombres utilizados por Dios o el de los hipócritas fariseos. nunca escaparemos del control de los anticristos o del engaño de los impostores religiosos. Si continuamos siguiendo a Dios de esta manera, independientemente de cuánto tiempo trabajemos en ello, será en vano. Nunca tendremos la oportunidad de obtener Su aprobación. Vamos a leer algo más de la palabra de Dios Todopoderoso. “Sería mejor que aquellas personas que dicen que siguen a Dios abrieran los ojos y miraran bien para ver exactamente en quién creen: ¿Realmente es en Dios en quien crees o en Satanás? Si sabes que no es en Dios en quien crees sino en tus propios ídolos, entonces sería mejor que no afirmaras que eres un creyente. Si realmente no sabes en quién crees, entonces, una vez más, sería mejor que no dijeras que eres un creyente. ¡Decirlo sería una blasfemia! Nadie te está obligando a creer en Dios. No digáis que creéis en Mí; ya que he oído bastante esa plática y no deseo volver a oírla, porque en lo que creéis es en los ídolos que están en vuestro corazón y en los bravucones locales que están entre vosotros. Aquellos que sacuden la cabeza cuando oyen la verdad, que sonríen cuando oyen hablar de la muerte son la simiente de Satanás, y son quienes serán eliminados” (‘Una advertencia a los que no practican la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Extracto del guion de la película de “Ser arrebatados en el peligro”


Devocional | ¿Qué es el verdadero autoconocimiento? ¿Qué entraña?

 Devocional | ¿Qué es el verdadero autoconocimiento? ¿Qué entraña?
 
Las palabras relevantes de Dios:

Para conocerte a ti mismo, debes conocer tus expresiones de corrupción, tus propias debilidades vitales, tu carácter y tu esencia-naturaleza. También debes saber, hasta el último detalle, aquellas cosas que se revelan en tu vida diaria: tus motivos, tus perspectivas y tu actitud sobre cada cosa —ya sea que estés en casa o fuera—, cuando estés en reuniones, cuando estés comiendo y bebiendo las palabras de Dios o en cada problema que encuentres. A través de estas cosas debes llegar a conocerte. Para conocerte en un nivel más profundo, debes integrar las palabras de Dios; solo puedes lograr resultados conociéndote con base en Sus palabras.

Extracto de ‘La importancia de buscar la verdad y la senda de búsqueda’ en “Registros de las pláticas de Cristo”

La clave para lograr un cambio de carácter es conocer la propia naturaleza, y esto debe suceder de acuerdo con las revelaciones de Dios. Sólo en la palabra de Dios se puede conocer la propia naturaleza espantosa, reconocer en esta los diferentes venenos de Satanás, darse cuenta de que uno es necio e ignorante, y reconocer los elementos débiles y negativos de la misma. Después de que estos se conozcan completamente, y puedas verdaderamente odiarte y renunciar a la carne, cumplir con la palabra de Dios de forma consistente y tener la voluntad de someterte de manera absoluta al Espíritu Santo y a la palabra de Dios, entonces te habrás embarcado en la senda de Pedro.

Extracto de ‘Conocerse a uno mismo es principalmente conocer la naturaleza humana’ en “Registros de las pláticas de Cristo”

Si el conocimiento que las personas tienen de sí mismas es demasiado superficial, les resultará imposible resolver los problemas y su carácter de vida simplemente no cambiará. Es necesario que alguien se conozca en un nivel profundo, lo que significa conocer la propia naturaleza: qué elementos se incluyen en esa naturaleza, cómo se originaron estas cosas y de dónde provinieron. Además, ¿eres realmente capaz de odiar estas cosas? ¿Has visto tu propia alma fea y tu naturaleza malvada? Si eres realmente capaz de ver la verdad sobre ti mismo, entonces comenzarás a aborrecerte. Cuando te aborreces, y luego practicas la palabra de Dios, podrás abandonar la carne y tener la fuerza para cumplir con la verdad sin dificultad. ¿Por qué muchas personas siguen sus preferencias carnales? Porque se consideran bastante buenas, sienten que sus acciones son correctas y justificadas, que no tienen fallas e incluso que están completamente en lo correcto. Por lo tanto, son capaces de actuar con la suposición de que la justicia está de su lado. Cuando alguien reconoce cuál es su verdadera naturaleza, cuán fea, despreciable y detestable es, entonces no está demasiado orgulloso de sí mismo ni es tan salvajemente arrogante ni está tan complacido consigo mismo como antes. Tal persona siente: “Debo ser serio y centrado y practicar algunas de las palabras de Dios. Si no, entonces no estaré a la altura del estándar de ser humano, y me avergonzaré de vivir en la presencia de Dios”. Entonces alguien realmente se ve a sí mismo como miserable, como verdaderamente insignificante. En este momento, a alguien se le hará fácil cumplir con la verdad y parecerá ser un poco como debería ser un humano. Sólo cuando las personas realmente se aborrecen pueden abandonar la carne. Si no se desprecian a sí mismas, serán incapaces de abandonar la carne. Odiarse a uno mismo verdaderamente comprende algunas cosas: primero, conocer la propia naturaleza; y segundo, verse a uno mismo como una persona dependiente y mísera, verse extremadamente pequeño e insignificante y ver la propia alma deplorable y sucia. Cuando alguien ve completamente lo que realmente es, y se logra este resultado, entonces realmente adquiere conocimiento de sí mismo y se puede decir que se ha llegado a conocer completamente. Sólo entonces puede alguien mismo odiarse, hasta el punto de maldecirse y sentir verdaderamente que Satanás lo ha corrompido profundamente; tanto que ni siquiera se parece a un ser humano. Entonces un día, cuando aparezca la amenaza de la muerte, esa persona pensará: “Este es el justo castigo de Dios. Dios es, ciertamente, justo; ¡en verdad yo debería morir!”. En este punto, él no albergará quejas y, mucho menos, culpará a Dios, simplemente, sentirá que es tan dependiente y despreciable, tan inmundo y tan corrupto, que debería ser eliminado por Dios, y que un alma así no es apta para vivir en la tierra. En este punto, esta persona no se resistirá a Dios y, mucho menos, lo traicionará.

Extracto de ‘Conocerse a uno mismo es principalmente conocer la naturaleza humana’ en “Registros de las pláticas de Cristo”

Conocerte a ti mismo es conocer cada una de tus palabras y acciones, cada uno de tus movimientos y actos; es conocer tu mente y tus pensamientos, motivaciones, nociones y fantasías; incluso supone conocer tus filosofías mundanas de vida y las diversas toxinas de Satanás que albergas, así como el conocimiento y la formación adquiridos en la enseñanza. Hay que analizar todas estas cosas. Aunque puede que una persona haya hecho un gran número de buenas obras desde que cree en Dios, tal vez aún le resulten opacas muchas cuestiones y ni mucho menos haya llegado a entender la verdad; sin embargo, por sus muchas buenas obras, ya cree haber conseguido vivir en las palabras de Dios, haberse sometido a Él y haber satisfecho realmente Su voluntad. Esto sucede porque, cuando no surgen circunstancias adversas, haces lo que te mandan; no tienes reparos en cumplir con ningún deber y no te opones. Cuando te mandan difundir el evangelio, es un sufrimiento que puedes soportar y no te quejas, y cuando te mandan correr de acá para allá o realizar un trabajo físico, lo haces. Con estas demostraciones te crees una persona que se somete a Dios y un auténtico buscador de la verdad. Ahora bien, si alguien te cuestionara más a fondo y te preguntara “¿Eres una persona honesta? ¿Eres una persona que se somete sinceramente a Dios? ¿Acaso una persona cuyo carácter se ha transformado?”, entonces, al cuestionarte así y, con ello, confrontarte con la verdad para escrutarte, se descubriría que tú —y se puede decir que absolutamente cualquiera— presentas deficiencias y nadie sabe practicar realmente de acuerdo con la verdad. Por consiguiente, una vez confrontadas con la verdad la causa de todas las acciones y obras del hombre, así como la esencia y naturaleza de sus actos, todas ellas son condenadas. ¿Por qué? Porque el hombre no se conoce; siempre cree en Dios a su manera, cumple con el deber a su manera y sirve a Dios a su manera. Además, se considera lleno de fe y razón y, a la postre, cree haber obtenido mucho. Sin saberlo, llega a creer que ya actúa de acuerdo con la voluntad de Dios, que la ha satisfecho completamente, que ya ha cumplido con Sus exigencias y obedece Su voluntad. Si esa es tu impresión o si en tus varios años de fe en Dios crees haber cosechado algunos frutos, con mayor razón deberías regresar ante Dios para hacer introspección. Deberías considerar la senda por la que has caminado durante cuatro años de fe y comprobar si todos tus actos y toda tu conducta ante Dios han ido completamente tras Su corazón, si lo que haces se opone a Dios, si lo que haces es capaz de satisfacer a Dios, y si lo que haces cumple las exigencias de Dios y puede estar por completo de acuerdo con Su voluntad. Deberías tener claras todas estas cosas.

Extracto de ‘Sólo reconociendo tus opiniones equivocadas puedes conocerte a ti mismo’ en “Registros de las pláticas de Cristo”

Conocernos a nosotros mismos es llegar a saber cuáles de nuestras ideas y de nuestros puntos de vista se oponen a Dios, no son compatibles en absoluto con la verdad y no tienen la verdad. La arrogancia, la santurronería, las mentiras y la astucia del hombre, por ejemplo, son los aspectos que hay dentro de un carácter corrupto que la gente puede conocer fácilmente. Puedes llegar a tener cierto conocimiento de ellos con tan solo compartir la verdad unas cuantas veces, o compartirla a menudo, o cuando tus hermanos y hermanas señalan tu estado. Además, todo el mundo posee arrogancia y astucia, solo que en diversos grados. Sin embargo, las ideas y los puntos de vista de las personas no son fáciles de conocer. No son tan fáciles de conocer como la parte del carácter. Son cosas profundamente arraigadas. Por tanto, aunque tu comportamiento y tu conducta externa hayan conseguido un pequeño cambio, sigue habiendo muchas cosas en contra de Dios en tu pensamiento, tus nociones, tus puntos de vista, y la educación de la cultura tradicional que has recibido que están en contra de Dios y que aún no has extraído. Estas cosas son las cosas profundamente arraigadas que llevan a nuestra enemistad hacia Dios. Por lo tanto, cuando Dios haga algo que no se ajuste a tus nociones o difiera de lo que imaginas que hace, te resistirás y opondrás. No entenderás por qué ha actuado Dios así y, aunque sepas que hay verdad en todo lo que Dios hace y quieras someterte, no podrás. ¿Por qué no puedes someterte? ¿Por qué tanta resistencia y oposición? Porque en las ideas y opiniones del hombre hay cosas hostiles a Dios y hostiles a los principios por los que Él actúa y a Su esencia. Es difícil que el hombre conozca estas ideas y opiniones.

Extracto de ‘Sólo reconociendo tus opiniones equivocadas puedes conocerte a ti mismo’ en “Registros de las pláticas de Cristo”

¿Qué es que alguien haga la voluntad de Dios? ¿Y qué es el verdadero testimonio de fe en Dios?

¿Qué es que alguien haga la voluntad de Dios? ¿Y qué es el verdadero testimonio de fe en Dios?

Versículos bíblicos como referencia:

“Entonces Job se levantó y rasgó su ropa; se afeitó la cabeza y cayó al suelo en adoración diciendo: ‘Salí desnudo del vientre de mi madre y desnudo regresaré a él; Jehová dio y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová’” (Job 1:20-21).*

“Y Dios dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Abraham se levantó muy de mañana, aparejó su asno y tomó con él a dos de sus mozos y a su hijo Isaac; y partió leña para el holocausto, y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho. […] Llegaron al lugar que Dios le había dicho y Abraham edificó allí el altar, arregló la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar sobre la leña. Entonces Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo” (Génesis 22:2-3, 9-10).

Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son castos. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha” (Apocalipsis 14:4-5).

Las palabras relevantes de Dios:

Jesús fue capaz de completar la comisión de Dios —la obra de la redención de toda la humanidad—, porque Él se preocupaba mucho por la voluntad de Dios, sin Sus propios planes ni consideraciones personales. Él también era el íntimo de Dios, Dios mismo, algo que todos entendéis muy bien. (De hecho, era el Dios mismo, del que Dios dio testimonio; menciono esto aquí para ilustrar la cuestión mediante la realidad de Jesús). Él fue capaz de poner el plan de gestión de Dios como el centro mismo, y siempre oró al Padre celestial y buscó Su voluntad. Él oró, diciendo: “¡Dios Padre! Cumple lo que sea Tu voluntad, y no actúes según Mis propósitos; hazlo según Tu plan. El hombre puede ser débil, ¿pero por qué deberías preocuparte por él? ¿Cómo podría el hombre ser digno de Tu preocupación, el ser humano que es como una hormiga en Tu mano? En Mi corazón sólo deseo cumplir Tu voluntad, y quisiera que pudieras hacer lo que desearas en Mí, según Tus propios propósitos”. En el camino hacia Jerusalén, Jesús se sintió angustiado, como si le estuvieran retorciendo un cuchillo en el corazón, pero no tenía la más mínima intención de volverse atrás en Su palabra; siempre había una poderosa fuerza que lo empujaba hacia adelante hacia el lugar de Su crucifixión. Finalmente, fue clavado en la cruz y se convirtió en la semejanza de la carne pecaminosa, completando esa obra de redención de la humanidad, y levantándose por encima de los grilletes de la muerte y el Hades. Delante de Él, la mortalidad, el infierno y el Hades perdieron su poder, y Él los venció. Vivió treinta y tres años en los que siempre hizo todo lo que pudo para cumplir la voluntad de Dios, según la obra de Dios en ese momento, no considerando nunca Su propia ganancia o pérdida personal y pensando siempre en la voluntad de Dios Padre. Por ello, después de ser bautizado, Dios dijo de Él: “Este es mi Hijo amado en quien me he complacido”. Por Su servicio delante de Dios, que estaba en armonía con la voluntad de Dios, Dios colocó sobre Sus hombros la pesada carga de redimir a toda la humanidad y le hizo ir a cumplirla, y Él estaba calificado y autorizado para llevar a cabo esta importante tarea.
Extracto de ‘Cómo servir en armonía con la voluntad de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

Los que sirven a Dios deben ser íntimos con Él; deben ser agradables para Dios y ser capaces de mostrar lealtad absoluta hacia Dios. Independientemente de si actúas a espaldas de las personas o delante de ellas, eres capaz de obtener el gozo de Dios delante de Él, de mantenerte firme delante de Él, e independientemente de cómo te traten otras personas, siempre caminarás por tu propia senda, y consideras la responsabilidad de Dios. Sólo así se es un íntimo de Dios. Que los íntimos de Dios sean capaces de servirle directamente se debe a que se les ha dado la gran comisión de Dios y la carga de Dios, a que son capaces de tomar el corazón de Dios como suyo y la carga de Dios como suya, y no analizan si ganan o pierden perspectiva: aun cuando no tengan expectativas ni obtengan nada, siempre creerán en Dios con un corazón amoroso. Por tanto, este tipo de persona es un íntimo de Dios. Los íntimos de Dios son también Sus confidentes; sólo estos podrían compartir Su inquietud, y Sus pensamientos, y aunque su carne es dolorosa y débil, son capaces de soportar el dolor y abandonar lo que aman para satisfacer a Dios. Dios da más cargas a esas personas y lo que Él desea hacer queda demostrado en el testimonio de esas personas. Así, estas personas son agradables para Dios, son siervos de Dios según Su corazón y sólo ellos pueden gobernar junto a Él.
Extracto de ‘Cómo servir en armonía con la voluntad de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

En su creencia en Dios, Pedro buscó satisfacerle en todas las cosas y obedecer todo lo que viniera de Él. Sin la más mínima queja, fue capaz de aceptar el castigo y el juicio, así como el refinamiento, la tribulación y las carencias en su vida, nada de lo cual pudo alterar su amor a Dios. ¿No es este el máximo amor a Dios? ¿No es esto el cumplimiento del deber de una criatura de Dios? Ya sea en el castigo, el juicio o la tribulación, siempre eres capaz de lograr la obediencia hasta la muerte y esto es lo que debe conseguir una criatura de Dios; esta es la pureza del amor a Dios. Si el hombre puede conseguir un tanto así, es una criatura calificada de Dios y no hay nada que satisfaga más el deseo del Creador.

Extracto de ‘El éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine’ en “La Palabra manifestada en carne”

Tan pronto como se menciona a Pedro, todo el mundo se llena de elogios, […] Prestó especial atención no sólo a comer y beber Mis palabras, sino, aún más, a comprender Mis intenciones, y fue constantemente prudente y cauteloso con sus pensamientos, por lo que siempre fue muy sagaz en su espíritu y, por ende, capaz de complacerme en todo lo que hacía. En la vida cotidiana, puso especial atención a integrar las lecciones de quienes habían fracasado en el pasado con el fin de incentivarse a sí mismo a poner mayor esfuerzo, profundamente temeroso de poder caer en las redes del fracaso. También puso especial empeño en asimilar la fe y el amor de todos aquellos que habían amado a Dios a lo largo de los siglos. De este modo, no sólo en los aspectos negativos, sino mucho más importante, en los aspectos positivos, aceleró el progreso de su crecimiento, hasta que se convirtió, en Mi presencia, en el ser humano que mejor me conoció. Por esta razón, no es difícil imaginar cómo pudo poner en Mis manos todo lo que tenía, dejando de ser dueño de sí mismo, incluso en lo referente a qué comer, cómo vestirse, dónde dormir o dónde alojarse, e hizo de satisfacerme en todas las cosas la base sobre la cual disfrutaba de Mi riqueza. Lo puse a prueba muchas veces —lo cual, por supuesto, lo dejó medio muerto— pero aun en medio de estos cientos de pruebas, ni una sola vez perdió la fe en Mí o se sintió desilusionado de Mí. Incluso cuando dije que ya lo había hecho a un lado, no fue débil de corazón ni cayó en la desesperación, sino que continuó como siempre, cumpliendo con sus principios para amarme de una manera práctica. Cuando le dije que, a pesar de que me amaba, Yo no lo elogiaría, sino que al final lo arrojaría a las manos de Satanás. En medio de estas pruebas, que no llegaron a tocar su carne, sino que fueron pruebas por medio de palabras, él continuó orándome: “¡Oh, Dios! Entre los cielos y la tierra y todas las cosas, ¿hay algún hombre, alguna criatura o alguna cosa que no esté en Tus manos, las del Todopoderoso? Cuando deseas mostrarme Tu compasión, mi corazón se regocija a causa de Tu misericordia; cuando deseas juzgarme, aunque yo pueda ser indigno, siento mucho más aún el misterio profundo de Tus obras, porque estás lleno de autoridad y sabiduría. Aunque mi carne pueda sufrir, soy consolado en mi espíritu; ¿cómo podría yo no ensalzar Tu sabiduría y Tus obras? Incluso si muriese después de llegar a conocerte, siempre estaría listo y dispuesto. ¡Oh, Todopoderoso! ¿Acaso no es porque no deseas que yo te vea? ¿Acaso no es que soy verdaderamente indigno de recibir Tu juicio? ¿Es acaso posible que haya algo en mí que no desees ver?”. En medio de este tipo de pruebas, a pesar de que Pedro no fue capaz de captar Mis intenciones con exactitud, es evidente que él consideraba cuestión de orgullo y gloria personal ser usado por Mí (aunque fuera sólo para recibir Mi juicio para que la humanidad pudiese ver Mi majestad y Mi ira) y se sintió todo, menos abatido, a causa de haber sido sometido a juicio. Por su lealtad en Mi presencia y debido a Mis bendiciones sobre él, se ha convertido en un ejemplo y un modelo para la humanidad durante miles de años.
Extracto de ‘Capítulo 6’ de Las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”

Cuando Job pasó por primera vez por sus pruebas, fue despojado de todas sus propiedades y de sus hijos, pero el resultado no fue que cayera o dijera algo que supusiera pecar contra Dios. Había vencido las tentaciones de Satanás, sus bienes materiales y sus hijos, y la prueba de perder todas sus posesiones materiales, es decir, que fue capaz de obedecer a Dios al despojarlo y ofrecerle gracias y alabar a Dios por esa razón. Esta fue la conducta de Job durante la primera tentación de Satanás, y también su testimonio durante la primera prueba de Dios. En la segunda prueba, Satanás extendió su mano para afligir a Job, y aunque este experimentó un dolor mayor que el que hubiera sentido jamás, su testimonio seguía siendo suficiente para que todos quedaran atónitos. Usó su fortaleza, su convicción y su obediencia a Dios, así como su temor de Él, para derrotar una vez más a Satanás, y su conducta y testimonio fueron una vez más aprobados y favorecidos por Dios. Durante esta tentación, Job usó su conducta real para proclamarle a Satanás que el dolor de la carne no podía alterar su fe y su obediencia a Dios ni quitarle su consagración y temor a Dios; no renunciaría a Él ni abandonaría su perfección y rectitud por enfrentarse a la muerte. La determinación de Job hizo de Satanás un cobarde, su fe lo dejó apocado y temblando, la fuerza de su batalla a vida o muerte con Satanás alimentó en este un odio y un resentimiento profundos, su perfección y su rectitud lo dejaron sin nada más que poder hacerle, hasta el punto de que Satanás abandonó sus ataques sobre él y dejó de acusarlo delante de Jehová Dios. Esto significaba que Job había vencido al mundo, a la carne, a Satanás, a la muerte; era total y completamente un hombre que pertenecía a Dios. Durante estas dos pruebas, Job se mantuvo firme en su testimonio, vivió realmente su perfección y rectitud, y amplió el alcance de sus principios de vida de temer a Dios y apartarse del mal. Habiendo pasado por estas dos pruebas, en Job nació una experiencia más rica que lo hizo más maduro y experimentado, más fuerte, y de mayor convicción; aumentó su confianza en lo correcto y el valor de la integridad a la que se asía con firmeza. Las pruebas de Jehová Dios sobre Job le proporcionaron un profundo entendimiento, un hondo sentido de la preocupación de Dios por el hombre, y le permitieron sentir lo precioso de Su amor. Desde ese momento, a su temor de Dios se añadieron la consideración hacia Él y el amor por Él. Las pruebas de Jehová Dios no sólo no distanciaron a Job de Él, sino que acercaron su corazón a Él. Cuando el dolor carnal que Job soportó alcanzó su punto álgido, la preocupación que sintió de parte de Jehová Dios no le dio más elección que maldecir el día de su nacimiento. No planeó esa conducta con gran antelación, sino que fue una revelación natural surgida de la consideración y del amor hacia Dios desde el interior de su corazón; fue una revelación natural producida por su consideración y su amor hacia Dios. Es decir, al aborrecerse a sí mismo, ya no estaba dispuesto a atormentar a Dios ni podía soportarlo; su consideración y su amor alcanzaron el punto de la abnegación. En ese momento, Job elevó su adoración, su anhelo de Dios y su consagración a Él de toda la vida, hasta el nivel de la consideración y el amor. Al mismo tiempo, también elevó su fe en Dios, su obediencia a Él y su temor de Él hasta el nivel de la consideración y del amor. No se permitió hacer nada que dañase a Dios, ninguna conducta que pudiera herirlo ni causarle dolor, pesar, o incluso tristeza a Dios por culpa suya. A Sus ojos, aunque Job seguía siendo el de antes, su fe, su obediencia y su temor de Él le habían producido una satisfacción y un disfrute completos. En este momento, Job había alcanzado la perfección que Dios esperaba que alcanzara, se había convertido en alguien verdaderamente digno de ser llamado “perfecto y recto” a Sus ojos. Sus hechos justos le permitieron vencer a Satanás y mantenerse firme en su testimonio de Dios. También lo perfeccionaron, y permitieron que el valor de su vida se incrementara y trascendiera más que nunca, y que él fuera la primera persona a la que Satanás ya no atacara ni tentara más. Como Job era justo, Satanás lo acusó y lo tentó; como era justo, le fue entregado; y como era justo, lo venció y lo derrotó, y se mantuvo firme en su testimonio. De ahí en adelante, Job pasó a ser el primer hombre que nunca más sería entregado a Satanás. Job compareció realmente delante del trono de Dios, y vivió en la luz, bajo Sus bendiciones, sin el espionaje o la ruina de Satanás… A los ojos de Dios, se había convertido en un hombre de verdad, había sido liberado…
Extracto de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”

Puedes decir que has sido conquistado, pero ¿puedes obedecer hasta la muerte? Debes ser capaz de seguir hasta el mismo final independientemente de si hay algunas perspectivas, y no debes perder la fe en Dios independientemente del entorno. En última instancia, debes lograr dos aspectos del testimonio: el testimonio de Job —la obediencia hasta la muerte— y el de Pedro —el amor supremo a Dios—. En un aspecto, debes ser como Job: no tenía posesiones materiales, y estaba agobiado por el dolor de la carne, pero no abandonó el nombre de Jehová. Este fue el testimonio de Job. Pedro fue capaz de amar a Dios hasta la muerte. Cuando murió —cuando lo pusieron en la cruz— seguía amando a Dios; no pensó en sus propias perspectivas de futuro ni buscó esperanzas gloriosas o pensamientos extravagantes, y sólo buscó amar a Dios y obedecer todas Sus disposiciones. Así es el estándar que debes lograr antes de que se pueda considerar que has dado testimonio, antes de pasar a ser alguien que ha sido perfeccionado tras haber sido conquistado.
Extracto de ‘La verdad interna de la obra de conquista (2)’ en “La Palabra manifestada en carne”

¿Qué es exactamente el testimonio verdadero? El testimonio del que se habla aquí tiene dos partes: una es el testimonio de haber sido conquistado y la otra es el testimonio de haber sido perfeccionado (lo cual, naturalmente, será el testimonio tras las mayores pruebas y tribulaciones del futuro). En otras palabras, si eres capaz de permanecer firme durante las tribulaciones y las pruebas, entonces habrás dado el segundo paso del testimonio. Lo que es crucial hoy es el primer paso de dar testimonio: ser capaz de mantenerse firme durante cada una de las pruebas de castigo y de juicio. Este es el testimonio de haber sido conquistado. Eso es porque ahora es el momento de la conquista. (Debes saber que ahora es el momento de la obra de Dios en la tierra; la obra principal de Dios encarnado en la tierra es conquistar a este grupo de personas en la tierra que lo siguen a través del juicio y castigo). Si eres o no capaz de dar testimonio de haber sido conquistado, no sólo depende de si puedes seguir hasta el final, sino, más importante aún, si a medida que experimentas cada paso de la obra de Dios, eres capaz de tener el verdadero entendimiento del castigo y del juicio de Dios, y de si realmente percibes toda esta obra. No serás capaz de salir del paso meramente siguiendo hasta el final. Debes ser capaz de rendirte voluntariamente durante cada uno de los castigos y juicios, debes ser capaz de entender verdaderamente cada paso de la obra que experimentes y debes ser capaz de alcanzar conocimiento y obediencia al carácter de Dios. Este es el testimonio definitivo de ser conquistado que se requiere que des. El testimonio de ser conquistado se refiere principalmente a tu conocimiento de la encarnación de Dios. Crucialmente, este paso del testimonio se refiere a la encarnación de Dios. No importa lo que hagas o digas ante la gente del mundo o ante los que ejercen el poder; lo que importa es, sobre todo, si eres capaz de obedecer todas las palabras que salen de la boca de Dios y toda Su obra. Por lo tanto, este paso del testimonio está dirigido a Satanás y a todos los enemigos de Dios; a los demonios y a los enemigos que no creen que Dios se convertirá en carne por segunda vez y que vendrá a hacer una obra aún mayor y, además, a los que no creen en el hecho de que Dios vuelva a la carne. En otras palabras, está dirigido a todos los anticristos; es decir, a todos los enemigos que no creen en la encarnación de Dios.
[…]
El último paso del testimonio es si eres capaz o no de ser perfeccionado; es decir, habiendo entendido todas las palabras habladas por la boca de Dios encarnado, llegas a poseer el conocimiento de Dios y estás seguro de Él, vives todas las palabras que salieron de la boca de Dios, y alcanzas las condiciones que Dios te pide, el estilo de Pedro y la fe de Job, de tal manera que puedas obedecer hasta la muerte, entregarte completamente a Él y que, en última instancia, logres una imagen de hombre que esté a la altura, lo que significa poseer la imagen de una persona que ha sido conquistado y perfeccionado después de experimentar el juicio y castigo de Dios. Este es el testimonio definitivo, es el testimonio que debe dar alguien que finalmente ha sido perfeccionado.
Extracto de ‘Práctica (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Dar un testimonio contundente de Dios tiene relación principalmente con que tengas o no un entendimiento del Dios práctico, y con que seas o no capaz de obedecer ante esa persona que no sólo es corriente, sino normal, e incluso obedecer hasta la muerte. Si das verdaderamente un testimonio de Dios por medio de esta obediencia, eso significa que Dios te ha obtenido. Ser capaz de obedecer hasta la muerte, y estar libre de quejas ante Él, no emitir juicios, no difamar, no tener nociones ni ningún otro propósito, esta es la forma en que Dios obtendrá gloria. La obediencia ante una persona corriente, a la que el hombre mira con desprecio, y ser capaz de obedecer hasta la muerte sin noción alguna, esto es un testimonio verdadero. La realidad a la que Dios exige que entren las personas es ser capaz de obedecer Sus palabras, de ponerlas en práctica, de inclinarse ante el Dios práctico y conocer la propia corrupción; ser capaz de abrir el corazón ante Él y, al final, ser ganado por Él a través de estas palabras suyas. Dios obtiene gloria cuando estas palabras te conquistan y te hacen totalmente obediente a Él; a través de esto, Él avergüenza a Satanás, y completa Su obra. Cuando tú no tienes noción alguna de la practicidad del Dios encarnado, es decir, cuando te mantienes firme en esta prueba, entonces das un buen testimonio.
Extracto de ‘Aquellos que de verdad aman a Dios son los que pueden someterse completamente a Su practicidad’ en “La Palabra manifestada en carne”

Cuando Él venga, las personas deberían disfrutar de Su majestad y de Su ira, pero, por muy duras que sean Sus palabras, Él viene a salvar y a perfeccionar a la humanidad. Como criaturas, las personas deberían cumplir las obligaciones que son su deber, y mantenerse como testigos de Dios en medio del refinamiento. En cada prueba deberían conservar el testimonio oportuno, y dar un testimonio resonante por Dios. Esto es un vencedor. Independientemente de cómo te refine Dios, te mantienes lleno de confianza y nunca pierdes la confianza en Él. Haz lo que el hombre debería hacer. Esto es lo que Dios exige del hombre, y su corazón debería ser capaz de regresar por completo a Él y acudir a Él en cada momento. Esto es un vencedor. Aquellos a los que Dios alude como vencedores son los que siguen siendo capaces de mantenerse como testigos, de conservar su confianza, y su devoción a Dios cuando están bajo la influencia de Satanás y bajo su asedio, es decir, cuando están entre las fuerzas de las tinieblas. Si sigues siendo capaz de mantener un corazón puro y tu amor genuino por Dios pase lo que pase, te mantienes como testigo ante Él, y esto es a lo que Él se refiere como ser un vencedor.
Extracto de ‘Debes mantener tu lealtad a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

En cada paso de la obra que Dios hace en las personas, externamente parece que se producen interacciones entre las personas, como nacidas de disposiciones humanas, o de la interferencia humana. Sin embargo, detrás de bambalinas, cada etapa de la obra, y todo lo que acontece, es una apuesta hecha por Satanás delante de Dios, y exige que las personas se mantengan firmes en su testimonio de Dios. Mira cuando Job fue probado, por ejemplo: detrás de la escena, Satanás estaba haciendo una apuesta con Dios, y lo que aconteció a Job fue obra de los hombres, y la interferencia de estos. Detrás de cada paso que Dios hace en vosotros está la apuesta de Satanás con Él, detrás de todo ello hay una batalla. Por ejemplo, si tienes prejuicios hacia los hermanos y hermanas, tendrás palabras que querrás decir —palabras que sientes que pueden ser desagradables para Dios—, pero que, si no las dices, te producirán una incomodidad interna y, en ese momento, una batalla comenzará dentro de ti: “¿Hablo o no hablo?”. Esta es la batalla. Por tanto, en todo aquello con lo que te encuentres hay una batalla, y cuando se produce una en tu interior, gracias a tu cooperación y tus sufrimientos reales, Dios obra en ti. En última instancia, dentro de ti eres capaz de poner el asunto a un lado y el enojo se extingue de forma natural. Ese es el efecto de tu cooperación con Dios. Todo lo que las personas hacen requiere que paguen un determinado precio en sus esfuerzos. Sin dificultades reales no pueden satisfacer a Dios; ni siquiera se acercan a ello, ¡y sólo están repitiendo eslóganes vacíos! ¿Pueden estos eslóganes vacíos satisfacer a Dios? Cuando Él y Satanás luchan en el ámbito espiritual, ¿cómo deberías satisfacer a Dios? ¿Y cómo deberías mantenerte firme en tu testimonio de Él? Deberías saber que todo lo que te ocurre es una gran prueba y el momento en que Dios necesita que des testimonio. Externamente podrían no parecer mucho, pero cuando estas cosas ocurren muestran si amas o no a Dios. Si lo haces, serás capaz de mantenerte firme en tu testimonio de Él, y si no has puesto en práctica el amor a Dios, esto muestra que no eres alguien que pone en práctica la verdad, que no la tienes ni tienes vida, ¡que eres paja! Todo lo que acontece a las personas tiene lugar cuando Dios necesita que se mantengan firmes en su testimonio de Él. No te ha ocurrido nada importante por el momento, y no das un gran testimonio, pero cada detalle de tu vida diaria tiene relación con el testimonio de Dios. Si puedes obtener la admiración de los hermanos y hermanas, tus familiares, y todos a tu alrededor; si un día llegan los incrédulos, y admiran todo lo que haces, y ven que todo lo que Dios hace es maravilloso, habrás dado testimonio. Aunque no tienes percepción y tu calibre es pobre, por medio de tu perfeccionamiento por parte de Dios, podrás satisfacerlo y ser consciente de Su voluntad, y llegas a ver qué gran obra ha hecho Él en personas del calibre más pobre. Llegan a conocer a Dios, se vuelven vencedores delante de Satanás y leales a Dios hasta cierto punto. Por tanto, nadie tendrá más agallas que este grupo de personas. Este será el mayor testimonio.
Extracto de ‘Solo amar a Dios es realmente creer en Él’ en “La Palabra manifestada en carne”

Hoy puedes buscar ser perfeccionado o buscar cambios en tu humanidad externa y mejoras en tu calibre; pero es de principal importancia que puedas entender que todo lo que Dios hace hoy tiene significado y es beneficioso: te permite vivir en una tierra de inmundicia para escapar de esta y sacudirte de ella, te permite superar la influencia de Satanás, y dejar atrás su oscura influencia; centrándote en estas cosas estás protegido en esta tierra de inmundicia. En última instancia, ¿qué testimonio se te pedirá que des? Vives en una tierra de inmundicia, pero eres capaz de volverte santo, y no ser más inmundo e impuro; vives bajo el campo de acción de Satanás, pero te despojas de su influencia, y él no te posee ni hostiga, y vives en las manos del Todopoderoso. Este es el testimonio y la prueba de la victoria en la batalla con Satanás. Eres capaz de abandonar a Satanás, lo que vives no le revela a este, sino que es lo que Dios exigió que el hombre alcanzara cuando lo creó: humanidad, razón, perspectivas normales, determinación normal de amar a Dios y lealtad a Él. Tal es el testimonio dado por una criatura de Dios. Dices: “Vivimos en una tierra de inmundicia, pero gracias a la protección de Dios, a Su liderazgo, a que nos ha conquistado, nos hemos librado de la influencia de Satanás. Que podamos obedecer hoy es también el efecto de ser conquistados por Dios, y no porque seamos buenos, o porque le amamos de forma natural. Porque Él nos escogió y nos predestinó, hemos sido conquistados hoy, somos capaces de dar testimonio de Él, y podemos servirle; así también, gracias a que Él nos escogió y nos protegió, hemos sido salvados y liberados del campo de acción de Satanás, y podemos dejar atrás la inmundicia y ser purificados en la nación del gran dragón rojo”. Además, lo que vives externamente mostrará que posees una humanidad normal, que hay racionalidad en lo que dices y que vives la semejanza de una persona adecuada. Cuando otros os vean, no deberíais provocar que digan: “¿no es esta la imagen del gran dragón rojo?”. La conducta de las hermanas es impropia de una hermana, la conducta de los hermanos es impropia de un hermano, y no tienes nada del decoro de los santos. Entonces las personas dirían: “No es de extrañar que Dios dijera que son los descendientes de Moab, ¡Dios estaba totalmente en lo cierto!”. Si las personas os miran y dicen: “Aunque Dios dijo que sois los descendientes de Moab, lo que vivís ha demostrado que habéis dejado atrás la influencia de Satanás; aunque esas cosas siguen estando dentro de vosotros, sois capaces de traicionarlas, eso demuestra que habéis sido conquistados completamente”, vosotros que habéis sido conquistados y salvados diréis: “Es cierto que somos los descendientes de Moab, pero Dios nos ha salvado, y aunque el pueblo de Israel solía abandonar y maldecir, así como exiliar entre los gentiles a los descendientes de Moab, hoy Dios nos ha salvado. Es cierto que somos el más corrupto de todos los pueblos —Dios decretó esto—, es una realidad, innegable para todos. Pero hoy hemos escapado de esa influencia. Detestamos a nuestro antepasado, estamos dispuestos a darle la espalda, a abandonarlo totalmente y obedecer todas las disposiciones de Dios, actuando según Su voluntad y logrando Sus exigencias a nosotros, alcanzando la satisfacción de la voluntad de Dios. Moab traicionó a Dios, no actuó según Su voluntad, y fue aborrecido por Dios. Pero deberíamos preocuparnos por el corazón de Dios, y hoy, como entendemos Su voluntad, no podemos traicionarlo, ¡y debemos renunciar a nuestro antiguo antepasado!”.
Extracto de ‘La verdad interna de la obra de conquista (2)’ en “La Palabra manifestada en carne”

En cuanto Dios se convierte en la vida de las personas, estas se vuelven incapaces de abandonarlo. ¿Acaso no es este un acto de Dios? ¡No hay testimonio más grande! Dios ha obrado hasta cierto punto; ha dicho que la gente debe prestar servicio, ser castigada o morir, y la gente no se ha apartado, lo que demuestra que Dios la ha conquistado. Los que tienen la verdad son aquellos que, en su experiencia real, saben mantenerse firmes en su testimonio, mantenerse firmes en su posición, permanecer del lado de Dios sin retroceder jamás y tener una relación adecuada con las personas que aman a Dios, las cuales, ante lo que les sucede, son capaces de obedecer totalmente a Dios y obedecerlo hasta la muerte. Tu práctica y tus revelaciones en la vida real son testimonio de Dios, lo que vive el hombre y testimonio de Dios, y este es el auténtico goce del amor de Dios; a estas alturas de tu experiencia habrás obtenido las consecuencias correspondientes.
Extracto de ‘Quienes aman a Dios vivirán por siempre en Su luz’ en “La Palabra manifestada en carne”

Aprender más: ¿Qué es la fe en Dios?

Unas citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.



Una vida espiritual normal guía a las personas por el camino correcto

 Una vida espiritual normal guía a las personas por el camino correcto

Solo habéis recorrido una parte muy pequeña de la senda de un creyente en Dios, y aún tenéis que entrar en el camino correcto, así que seguís estando lejos de cumplir el estándar de Dios. Ahora mismo, vuestra estatura no es adecuada para satisfacer Sus exigencias. A causa de vuestro calibre y vuestra naturaleza corrupta, siempre tratáis la obra de Dios con descuido; no la tomáis en serio. Este es vuestro mayor defecto. Desde luego, no hay nadie que pueda determinar la senda que sigue el Espíritu Santo; la mayoría de vosotros no lo entiende ni lo puede ver con claridad. Además, la mayoría de vosotros tampoco presta atención a este asunto, y menos aún se lo toma a pecho. Si continuáis así, y vivís ignorando la obra del Espíritu Santo, la senda que toméis como creyentes en Dios será inútil. Esto se debe a que no hacéis todo lo que podéis para procurar satisfacer la voluntad de Dios y a que no cooperáis bien con Él. No es que Dios no haya obrado en ti, o que el Espíritu Santo no te haya conmovido. Es que eres tan descuidado que no tomas en serio la obra del Espíritu Santo. Debes voltear esta situación de inmediato y seguir la senda por la que el Espíritu Santo guía a la gente. Este es el tema principal de hoy. “La senda por la que guía el Espíritu Santo” se refiere a obtener esclarecimiento en espíritu, tener conocimiento de la palabra de Dios, ganar claridad sobre la senda que se tiene por delante, ser capaces de entrar en la verdad paso a paso y llegar a tener un mayor conocimiento de Dios. La senda por la que el Espíritu Santo guía a la gente es principalmente la senda hacia un entendimiento más claro de la palabra de Dios, libre de desviaciones e ideas equivocadas, y aquellos que la siguen lo hacen en línea recta. Con el fin de lograr esto, os será necesario trabajar en armonía con Dios, encontrar una senda correcta para practicar y recorrer el camino guiado por el Espíritu Santo. Esto implica la cooperación por parte del hombre; es decir, lo que debéis hacer para satisfacer las exigencias que Dios os pide, y cómo os debéis comportar para entrar en el camino correcto de la fe en Dios.

Suena bastante complicado seguir la senda bajo la guía del Espíritu Santo, pero verás que es mucho más simple cuando la senda de la práctica esté clara para ti. La verdad es que las personas pueden hacer todo lo que Dios les exige: no es que Él le esté pidiendo peras al olmo. En todas las situaciones, Él busca resolver los problemas de las personas y calmar sus preocupaciones. Todos vosotros debéis entender esto; no malinterpretéis a Dios. Las personas son guiadas por la senda que sigue el Espíritu Santo conforme a la palabra de Dios. Tal como se mencionó antes, debéis entregar vuestro corazón a Dios. Esto es un requisito previo para recorrer la senda por la que guía el Espíritu Santo. Debéis hacerlo con el fin de entrar en el camino correcto. ¿Cómo hace una persona conscientemente la obra de entregarle su corazón a Dios? En vuestra vida diaria, cuando experimentáis la obra de Dios y le oráis, lo hacéis con descuido: oráis a Dios mientras trabajáis. ¿Puede llamarse esto dar vuestro corazón a Dios? Estáis pensando en los problemas del hogar o en asuntos de la carne; siempre estáis entre dos aguas. ¿Puede considerarse esto aquietar vuestro corazón en presencia de Dios? Esto se debe a que tu corazón siempre se fija en los asuntos externos, y no puede regresar ante Dios. Si queréis tener vuestro corazón realmente en paz ante Él, entonces debéis hacer la obra de cooperación consciente. Es decir, cada uno de vosotros debe dedicar un tiempo para vuestras devociones, un momento en el que apartáis a todas las personas, asuntos u objetos, calmáis vuestro corazón y guardáis silencio ante Dios. Todo el mundo debería tomar notas devocionales, registrar su conocimiento de la palabra de Dios y cómo se les conmueve el espíritu, independientemente de que sea profundo o superficial, todos deben acallar sus corazones ante Dios de manera consciente. Si puedes dedicar una o dos horas cada día a una vida espiritual verdadera, tu vida durante ese día se sentirá enriquecida y tu corazón será brillante y claro. Si vives esta clase de vida espiritual a diario, entonces tu corazón podrá volver a estar más en posesión de Dios, tu espíritu se volverá cada vez más fuerte, tu condición mejorará constantemente, podrás recorrer mejor la senda por la que guía el Espíritu Santo, y Dios te concederá más bendiciones. El propósito de vuestra vida espiritual es obtener conscientemente la presencia del Espíritu Santo. No consiste en observar reglas o celebrar rituales religiosos, sino en actuar verdaderamente en sintonía con Dios y disciplinar realmente vuestro cuerpo. Esto es lo que el hombre debe hacer; así que debéis hacerlo esforzándoos al máximo. Cuanto mejor sea tu cooperación y cuanto más esfuerzo pongas en ello, más podrá tu corazón volver a Dios y mejor podrás aquietarlo ante Él. Llegado cierto punto, Dios ganará por completo tu corazón. Nadie podrá influir en tu corazón ni capturarlo, y pertenecerás completamente a Dios. Si sigues esta senda, entonces la palabra de Dios se te revelará en todo momento y te esclarecerá en todo lo que no entiendas; todo esto puede lograrse mediante tu cooperación. Por esta razón, Dios siempre dice: “A todos los que actúan en sintonía conmigo, Yo los recompensaré el doble”. Debéis ver esta senda con claridad. Si deseáis seguir la senda correcta, debéis hacer todo lo que podáis para satisfacer a Dios. Debéis hacer todo lo posible por alcanzar una vida espiritual. Al principio, es posible que no logres grandes resultados en tu búsqueda, pero no debes permitirte dar marcha atrás ni regodearte en la negatividad: ¡debes seguir trabajando duro! Cuanto más vivas una vida espiritual, más ocupado estará tu corazón por las palabras de Dios, siempre preocupado por estos asuntos, siempre llevando esta carga. Después de eso, revela tu verdad más íntima a Dios a través de tu vida espiritual; dile lo que estás dispuesto a hacer, lo que estás pensando, tu entendimiento y tu opinión acerca de Su palabra. ¡No escondas nada; ni lo más mínimo! Practica comunicarle las palabras de tu corazón a Dios y revelarle tus verdaderos sentimientos. Si está en tu corazón, entonces dilo a toda costa. Cuanto más hables de esa manera, más sentirás la hermosura de Dios, y tu corazón se aferrará más a Él. Cuando esto ocurra, sentirás que Dios es más querido para ti que cualquier otra persona. Pase lo que pase, nunca te apartarás de Su lado. Si practicas esta clase de devoción espiritual a diario y no lo sacas de tu mente, sino que lo consideras algo de gran importancia en tu vida, la palabra de Dios ocupará tu corazón. Esto es lo que significa ser tocado por el Espíritu Santo. Será como si Dios hubiera poseído siempre tu corazón, como si aquello que amas estuviera siempre en tu corazón. Nadie puede quitarte esto. Cuando esto ocurra, Dios vivirá realmente en tu interior y tendrá un lugar en tu corazón.

De "La Palabra manifestada en carne"

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Reflexión de Pascua: El significado de la resurrección de Jesús

Reflexión de Pascua: El significado de la resurrección de Jesús

¿Qué es la Pascua? Los orígenes de la Pascua

La Pascua, o Domingo de Resurrección, como también se le llama, es un día festivo que celebra la resurrección del Señor Jesús, que acaeció tres días después de que fuera crucificado en la cruz. En concreto, tiene lugar anualmente, el primer domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera. Para conmemorar la resurrección de Jesús y recordar la salvación y esperanza que Jesús trajo a la humanidad, cada año, entre marzo y abril, los cristianos de todo el mundo celebran el día de Pascua. Así que, cuando los cristianos conmemoramos la resurrección de Jesús, ¿sabemos por qué regresó de entre los muertos y se le apareció al hombre a pesar de haber completado ya Su obra de redención? ¿Y qué significado esconde Su resurrección y Su aparición al hombre?

El significado de la resurrección del Señor Jesús y de Su aparición al hombre

Las palabras de Dios dicen: “Lo primero que Él hizo tras Su resurrección fue permitir que todos lo vieran, confirmar Su existencia y el hecho de Su resurrección. Además, restauró Su relación con las personas para que volviera a ser como la que tuvo con ellas cuando obraba en la carne y era el Cristo que ellos podían ver y tocar. De este modo, uno de los resultados es que nadie tuvo dudas de que Él hubiera resucitado de la muerte después de haber sido clavado en la cruz, y que no se dudara de la obra del Señor Jesús para redimir a la humanidad. Otro resultado es que, al aparecerse tras la resurrección y permitir que lo vieran y lo tocaran proporcionaba una firme garantía a la humanidad en la Era de la Gracia. Desde ese momento en adelante, no se podría regresar a la época precedente, la Era de la Ley, por la ‘desaparición’ o la ‘deserción’ del Señor Jesús, sino que seguirían adelante, siguiendo las enseñanzas del Señor Jesús y la obra que Él había realizado. Una nueva fase se había abierto, pues, de manera formal en la obra de la Era de la Gracia. Quienes habían estado bajo la ley salieron debidamente de debajo de ella, desde ese instante, y entraron a una nueva era, con un nuevo comienzo. Estos son las múltiples relevancias de la aparición del Señor Jesús a la humanidad, después de Su resurrección” (“La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III”). “Después de que el Señor Jesús resucitara, se apareció a aquellos que a Él le pareció necesario, habló con ellos y les presentó Sus requisitos, dejando atrás Sus intenciones y Sus expectativas respecto a ellos. Es decir, como Dios encarnado, no importaba si era durante Su tiempo en la carne o en el cuerpo espiritual después de haber sido clavado en la cruz y tras resucitar: Su preocupación por la humanidad y Sus requisitos a las personas no cambiaron. Le preocupaban estos discípulos antes de estar en la cruz; en Su corazón, Él tenía muy claro el estado de cada persona, entendió la deficiencia de cada uno y, por supuesto, Su comprensión de cada una de ellas fue la misma después de morir, resucitar y convertirse en un cuerpo espiritual, que cuando Él estaba en la carne. Él sabía que las personas no estaban del todo seguras de Su identidad como Cristo, pero durante Su tiempo en la carne no les hizo exigencias estrictas. Sin embargo, después de resucitar, se les apareció y los convenció absolutamente de que el Señor Jesús había venido de Dios, de que Él era Dios encarnado, y utilizó Su aparición y Su resurrección como la mayor visión y motivación para la búsqueda de la humanidad que dura toda una vida. Su resurrección de entre los muertos no sólo fortaleció a todos aquellos que lo seguían, sino que también puso en vigor Su obra de la Era de la Gracia entre la humanidad y, por tanto, el evangelio de la salvación del Señor Jesús en dicha era se difundió, poco a poco, a todos los rincones de la humanidad. ¿Dirías que la aparición del Señor Jesús después de Su resurrección tuvo alguna relevancia? […] Su aparición permitió que las personas tuvieran otra experiencia y sentimiento de la preocupación y del cuidado de Dios, mientras demostraba también poderosamente que Dios es aquel que abre una era, la desarrolla y le pone fin. A través de Su aparición fortaleció la fe de todos, y demostró al mundo el hecho de que Él es Dios mismo. Esto proporcionó a Sus seguidores la confirmación eterna, a la vez que abrió una fase de Su obra en la nueva era” (“La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III”).

A partir de las palabras de Dios, entendemos que hay un significado profundo en las múltiples apariciones del Señor Jesús a Sus discípulos tras Su regreso de entre los muertos, ¡el minucioso cuidado y criterio de Dios también se esconde en ello! Jesús sabía que, aunque los que le seguían en ese momento habían escuchado muchas de sus enseñanzas, habían visto muchos milagros realizados por el Señor y afirmaban que Jesús era su Señor y Él era el Hijo de Dios, no tenían un verdadero entendimiento del hecho de que Jesús era Cristo y Él era Dios Mismo. Cuando Jesús fue capturado por las autoridades romanas y azotado y ridiculizado por los soldados, muchos de los que le siguieron comenzaron a tener dudas sobre su identidad, y su fe en el Señor se debilitó cada vez más. En especial, cuando el Señor Jesús murió después de haber sido clavado en la cruz, mucha gente se quedó totalmente decepcionada con Él, y lo que había comenzado como duda se convirtió en negación del Señor Jesús. En un contexto semejante, si el Señor Jesús no se hubiera aparecido al hombre después de Su resurrección, muchos de los que le habían seguido ya no hubieran creído más en Jesucristo y habrían regresado a la Era de la Ley y a observar la ley del Antiguo Testamento. Sin embargo, Dios escudriñó los corazones más íntimos del hombre, comprendió sus debilidades y supo que la gente tenía baja estatura. Por tanto, el Señor Jesús regresó de entre los muertos y se apareció a Sus discípulos multitud de veces; habló con Sus discípulos, les mostró Su cuerpo espiritual después de la resurrección y comió con ellos y les explicó las Escrituras. Su propósito al hacer todo esto era permitir que aquellos que le seguían estuvieran seguros en el fondo de sus corazones de que el Señor Jesús había regresado de verdad de entre los muertos, que era el mismo Jesús que había amado y se había apiadado del hombre, que el Señor Jesús era el Dios mismo encarnado y que era el Mesías profetizado en la Biblia que vendría a redimir a la humanidad. Ya no dudaban del Señor Jesús ni lo negaban, sino que creían sinceramente en Él y reconocían a Jesucristo como su Señor. Con esto vemos que, al resucitar y aparecerse al hombre, Jesús fortaleció la fe de la gente para creer y seguir al Señor, acercando así al hombre a Dios. Este es un aspecto del significado de la resurrección de Jesús.

Además de esto, Jesús se apareció y obró en la carne, puso fin a la Era de la Ley y comenzó la Era de la Gracia. Después de resucitar, Jesús permitió a la gente ver este hecho aún más claramente, que aunque Jesucristo encarnado había sido crucificado, sin embargo había vencido el pecado y la muerte, había derrotado a Satanás y había completado Su obra de redención y obtenido gloria. El Señor Jesús comenzó una nueva era, sacó por completo a la humanidad de la Era de la Ley del Antiguo Testamento y la estableció firmemente en la Era de la Gracia, permitiendo así que aceptara la guía, el pastoreo y el riego de Dios en la Era de la Gracia. De esta manera, aunque Jesús resucitó y ascendió al cielo y ya no comía ni moraba ni vivía con el hombre, el hombre podía orar e invocar el nombre de Jesús, guardar sus enseñanzas, seguir a Jesús con una fe incuestionable y difundir el Evangelio del Señor. En particular, después de que el Señor Jesús resucitara y se apareciera a los discípulos que le habían seguido, su fe creció mucho, y cuando se trataba de difundir el Evangelio del Señor o de dar testimonio de él, no temían las dificultades y peligros, su perseverancia era indomable y dedicaban todo su esfuerzo a difundir el Evangelio, incluso convirtiéndose en mártires por el Señor. Finalmente, el evangelio de Jesús se extendió por todo el universo y el mundo entero,y los seguidores del Señor Jesús aumentaron continuamente hasta que en todos los hogares se escuchó Su evangelio y llegó a ser conocido por todo el mundo.

Después de volver de entre los muertos, el Señor Jesús se apareció al hombre, se puso en contacto con ellos y les habló, les explicó las Escrituras, conversó con ellos y comió junto a ellos, entre otras cosas. Estas obras permitieron a los que siguieron al Señor Jesús sentir Su cuidado y preocupación por el hombre y afirmar que Jesús de verdad era Dios Mismo, el Cristo encarnado, y estas obras establecieron firmemente a los seguidores de Dios en la Era de la Gracia. Además, la obra de redención de Jesús comenzó a extenderse hasta llegar a todo el universo y a todo el mundo. Por tanto, es evidente que el significado detrás de la resurrección de Jesús y Su aparición a la humanidad es tan profundo que no sólo esconde el cuidado y el pensamiento de Dios dentro de estas obras, también Su sabiduría y omnipotencia.

Queridos hermanos y hermanas, demos gracias a la iluminación y guía de Dios, que nos han permitido comprender el significado de la resurrección de Jesús, y demos también gracias por permitirnos percibir una vez más en Su obra el cuidado y la preocupación de Dios por nosotros los hombres. ¡Gracias a Dios!

La Palabra de Dios Todopoderoso | La persona que alcanza la salvación está dispuesta a practicar la verdad

La Palabra de Dios Todopoderoso | La persona que alcanza la salvación está dispuesta a practicar la verdad

La necesidad de tener una vida de iglesia adecuada se menciona a menudo en los sermones. Entonces, ¿por qué no ha mejorado aún la vida de la iglesia, y sigue siendo la misma cosa antigua? ¿Por qué no hay una forma de vida completamente nueva y diferente? ¿Podría ser normal que una persona de los años noventa viva como un emperador de una era pasada? Aunque lo que la gente come y bebe ahora puedan ser exquisiteces raramente degustadas en eras anteriores, no se han producido cambios importantes en la vida de la iglesia. Ha sido como poner vino viejo en odres nuevos. ¿Cuál es, pues, la utilidad de que Dios diga tanto? En la mayoría de los lugares, las iglesias no han cambiado en absoluto. Lo he visto con Mis propios ojos, y está claro en Mi corazón; aunque no he experimentado la vida de la iglesia por Mí mismo, conozco las condiciones de sus reuniones como la palma de Mi mano. No han progresado mucho. Y esto se remonta al dicho: es como poner vino viejo en odres nuevos. ¡Nada ha cambiado! Cuando alguien los está pastoreando, arden como el fuego, pero cuando no hay nadie ahí para apoyarlos, son como un bloque de hielo. No muchos pueden hablar de cosas prácticas, y muy raramente puede alguien tomar el timón. Aunque los sermones son excelsos, rara vez alguien ha conseguido la entrada. Pocas personas aprecian la palabra de Dios. Se llenan de lágrimas cuando aceptan la palabra de Dios, se alegran cuando la dejan de lado y, cuando se apartan de ella, se vuelven insípidos y deficientes. Hablando con franqueza, sencillamente no apreciáis la palabra de Dios, y nunca consideráis las palabras de Su propia boca hoy como un tesoro. Solo os inquietáis cuando leéis Su palabra y os sentís extenuados cuando la memorizáis y, cuando se trata de ponerla en práctica, es como tratar de girar la manija de la bomba de un pozo jalándola con un pelo de la cola de un caballo: sin importar cuánto lo intentéis, simplemente no podéis darle la vuelta con suficiente fuerza. Siempre os fortalecéis cuando leéis la palabra de Dios, pero sois olvidadizos al practicarla. De hecho, no es necesario pronunciar estas palabras con meticulosidad ni repetirlas tan pacientemente; pero el hecho de que las personas se limitan a escucharla, sin poner en práctica la palabra de Dios, se ha convertido en un obstáculo para Su obra. No puedo dejar de sacar el tema, no puedo dejar de hablar de ello. Estoy obligado a hacerlo así; no es que Yo disfrute al dejar al descubierto las debilidades de los demás. ¿Pensáis que vuestra práctica es más o menos adecuada, que cuando las revelaciones están en su apogeo, vuestra entrada también lo está? ¿Es tan simple? ¡Nunca examináis el fundamento sobre el cual están edificadas definitivamente vuestras experiencias! A partir de este momento, vuestras reuniones no pueden calificarse de vida de iglesia apropiada en absoluto, ni constituyen una vida espiritual adecuada en lo más mínimo. Es, simplemente, la reunión de un grupo de personas que disfrutan conversar y cantar. Estrictamente hablando, no hay mucha realidad en ello. Para dejarlo más claro: si no practicas la verdad, ¿dónde está la realidad? ¿Acaso no es jactancia afirmar que tienes la realidad? Los que siempre llevan a cabo obras son arrogantes y engreídos, mientras que los que siempre obedecen se mantienen callados, con la cabeza baja, sin ninguna oportunidad para entrenarse. Las personas que hacen la obra no hacen nada más que hablar; hablan sin parar con sus discursos resonantes, y los seguidores solo escuchan. No hay transformación de la que hablar; ¡todas estas son solo formas del pasado! Que seas hoy capaz de someterte y no te atrevas a interferir ni a comportarte como te plazca se debe a la llegada de los decretos administrativos de Dios; no es un cambio que hayas alcanzado a través de la experiencia. El hecho de que ya no te atrevas a hacer algunas cosas que violan los decretos administrativos hoy se debe a que la obra de Dios de las palabras ha tenido un claro efecto y ha conquistado a las personas. Le pregunto a alguien: ¿Cuánto de lo conseguido hoy ha sido con el sudor de tu propio esfuerzo? ¿Cuánto de ello te lo dijo Dios directamente? ¿Cómo responderías? ¿Te quedarías estupefacto y sin palabras? ¿Por qué otros son capaces de hablar sobre muchas de sus experiencias actuales para proveerte sustento, mientras tú te limitas a disfrutar de las comidas que otros han cocinado? ¿No te sientes avergonzado? Podéis realizar una labor de investigación y examinar a aquellos que son relativamente buenos: ¿Cuánta verdad entiendes? En última instancia, ¿cuánto pones en práctica? ¿A quién amas más, a Dios o a ti mismo? ¿Das a menudo más, o recibes a menudo más? ¿En cuántas ocasiones has renunciado a tu viejo ser cuando tu propósito era incorrecto, y has satisfecho la voluntad de Dios? Con estas pocas preguntas bastará para desconcertar a muchas personas. Y es que, aunque la mayoría de las personas sean conscientes de que su propósito es incorrecto, siguen haciendo lo erróneo a sabiendas, y no están ni por asomo cerca de abandonar su propia carne. La mayoría de las personas permiten que el pecado corra desenfrenado en ellas, y permiten que el pecado dirija todas sus acciones. Son incapaces de superar sus pecados, y siguen viviendo en el pecado. Una vez alcanzada esta etapa actual, ¿quién no sabe cuántos hechos malvados ha cometido? Si dices que no lo sabes, entonces estás mintiendo descaradamente. Francamente, todo es renuencia a abandonar tu viejo ser. ¿Qué utilidad tiene pronunciar tantas y penitentes “palabras desde el corazón”, que son inútiles? ¿Te ayuda esto a crecer en tu vida? Podría decirse que conocerte a ti mismo es tu trabajo a tiempo completo. Yo perfecciono a las personas a través de su sumisión y de su práctica de las palabras de Dios. Si tú sólo vistes las palabras de Dios como te pondrías tu ropa, tan sólo para parecer pulcro y elegante, ¿no te estás engañando a ti mismo y a los demás? Si lo único que tienes es conversación, y nunca la pones en práctica, ¿qué lograrás?

Muchas personas pueden hablar un poco sobre la práctica, y de sus impresiones personales, pero la mayor parte de ello es la iluminación obtenida de las palabras de otros. No incluye en absoluto incluye nada de sus propias prácticas personales ni de lo que ven a partir de sus experiencias. He analizado este asunto con anterioridad; no creas que no sé nada. Tú no eres más que un tigre de papel, ¿y hablas de conquistar a Satanás, de dar testimonios victoriosos, y de vivir la imagen de Dios? ¡Nada de esto tiene sentido! ¿Piensas que todas las palabras habladas por Dios hoy son para que tú las admires? Tu boca habla de renunciar a tu viejo ser, y de poner en práctica la verdad, pero tus manos están llevando a cabo otros hechos, y tu corazón trama otros ardides; ¿qué clase de persona eres? ¿Por qué tu corazón y tus manos no son una misma cosa? Tanta predicación se ha convertido en palabras vacías; ¿no es esto desolador? Si eres incapaz de poner en práctica la palabra de Dios, esto demuestra que aún no has entrado en la forma de obrar del Espíritu Santo, no has tenido aún Su obra en ti, y aún no has tenido Su dirección. Si afirmas ser tan sólo capaz de entender la palabra de Dios, pero eres incapaz de ponerla en práctica, eres una persona que no ama la verdad. Dios no viene a salvar a esta clase de persona. Jesús sufrió una enorme agonía cuando fue crucificado para salvar a los pecadores, a los pobres, y a todas esas personas humildes. Su crucifixión sirvió como una ofrenda por el pecado. Si no puedes practicar la palabra de Dios, deberías marcharte tan pronto como puedas; no te quedes en la casa de Dios como un parásito. A muchas personas incluso les resulta difícil dejar de hacer cosas que se resisten claramente a Dios. ¿No están pidiendo la muerte? ¿Cómo pueden hablar de entrar en el reino de Dios? ¿Tendrían la audacia de ver el rostro de Dios? Comer los alimentos que Dios te proporciona, hacer cosas deshonestas que se oponen a Él, ser malicioso, insidioso e intrigante, incluso cuando Dios te permite disfrutar de las bendiciones que Él te ha concedido; ¿no sientes que te queman en las manos cuando las recibes? ¿No sientes cómo te sonrojas? Has hecho algo en oposición a Dios, has llevado a cabo estratagemas para “ir por libre”; ¿no te sientes asustado? Si no sientes nada, ¿cómo puedes hablar de algún futuro? Hace mucho que ya no había futuro alguno para ti; ¿qué expectativas mayores puedes seguir teniendo? Si dices algo descarado, pero no te sientes culpable y tu corazón no es consciente, ¿no significa esto que Dios ya te ha abandonado? Hablar y actuar con indulgencia y desenfreno se ha convertido en tu naturaleza; ¿cómo puede perfeccionarte Dios así? ¿Serías capaz de recorrer el mundo? ¿A quién convencerías? Los que conocieran tu verdadera naturaleza mantendrían las distancias. ¿No es este el castigo de Dios? En resumen, si sólo hay palabras y ninguna práctica, no hay crecimiento. Aunque el Espíritu Santo pueda estar obrando en ti mientras hablas, si no practicas, Él dejará de obrar. Si sigues adelante de esta manera, ¿cómo puede haber conversación alguna sobre el futuro o una entrega de todo tu ser a la obra de Dios? Tú solo puedes hablar de ofrecerle todo tu ser, pero no le das a Dios tu verdadero amor. Lo único que Dios recibe de ti es devoción verbal; no le das tu intención de practicar la verdad. ¿Podría ser esta tu estatura real? Si continúas así, ¿cuándo te perfeccionaría Dios? ¿No te angustia tu futuro oscuro y sombrío? ¿No percibes que Dios ha perdido la esperanza en ti? ¿No sabes que Él desea perfeccionar a más personas y a personas nuevas? ¿Podrían mantenerse las cosas viejas? No estás prestando atención a las palabras de Dios hoy: ¿estás esperando a mañana?

De "La Palabra manifestada en carne"


Mateo 24:27: el enigma del Relámpago Oriental finalmente se revela

Mateo 24:27: el enigma del Relámpago Oriental finalmente se revela
Por Mingbian
En los últimos años, el Relámpago Oriental ha estado dando testimonio abiertamente de que el Señor Jesús ha regresado como el Dios Todopoderoso encarnado en los últimos días. Dios Todopoderoso ha expresado millones de palabras y está llevando a cabo la obra del juicio empezando por la casa de Dios. La aparición del Relámpago Oriental ha perturbado a todo el mundo religioso y muchos de los que han anhelado la aparición de Dios han escuchado las declaraciones de Dios Todopoderoso y las han reconocido como la voz de Dios. Han llegado a la certeza de que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús regresado y, uno tras otro, se han presentado ante Él. La aparición del Relámpago Oriental ha cumplido el siguiente versículo de la Biblia: “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:27). El “relámpago” es la verdad, la palabra de Dios; “sale del oriente” significa que la verdad ha salido de China, y “resplandece hasta el occidente” quiere decir que ha llegado a Occidente; “la venida del Hijo del Hombre” se refiere a que Dios encarnado ha aparecido y obrado en Oriente, en concreto en China, y finalmente ha extendido Su obra a Occidente. Estas palabras se han cumplido ahora. Sin embargo, muchos hermanos y hermanas no se atreven a investigar la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días porque creen las mentiras del PCCh y la condena de la Iglesia de Dios Todopoderoso por parte de los pastores y ancianos. Se preguntan por qué el gobierno chino y los pastores y ancianos de las iglesias condenan al Relámpago Oriental si este es el camino verdadero y la aparición y obra de Dios. ¿Es el Relámpago Oriental la aparición y obra verdaderas del Señor Jesús regresado? Nos centraremos en este asunto en la siguiente enseñanza.

El camino verdadero ha sufrido persecución desde la Antigüedad

El Señor Jesús dijo: “Esta generación es una generación perversa” (Lucas 11:29). “Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas. Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas” (Juan 3:19-20). Con la precisión de un cirujano, el Señor Jesús expone la maldad y la oscuridad de este mundo y así demuestra que toda la humanidad vive bajo el campo de acción de Satanás y no puede tolerar la existencia de Dios. En la Era de la Gracia, el Señor Jesús se hizo carne y vino a obrar en la tierra personalmente con el fin de redimir a la humanidad, y fue clavado en la cruz por los líderes religiosos judíos en complicidad con las autoridades romanas. Está claro que la humanidad había llegado a ser tan corrupta y malvada que negó y se resistió a Dios abiertamente. Ahora, Dios Todopoderoso ha venido en los últimos días y ha expresado todas las verdades que permiten al hombre obtener la salvación completa, pero los líderes del mundo religioso y el gobierno chino lo han condenado y se han resistido a Él frenéticamente y esta generación lo ha rechazado. Esto cumple exactamente las siguientes palabras del Señor Jesús: “Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación” (Lucas 17:24-25). El gobierno chino es ateo, su propia esencia está en contra de Dios, y por eso no es extraño que condene a la Iglesia de Dios Todopoderoso. No obstante, los pastores y ancianos del mundo religioso actual están todos esperando el regreso del Señor, ¿por qué no buscan o investigan entonces la aparición y la obra de Dios Todopoderoso, sino que se oponen a Él y lo condenan frenéticamente? Esto merece una minuciosa reflexión. De hecho, hay muchos pastores y ancianos que han visto la autoridad y el poder en las palabras y la obra de Dios Todopoderoso. Pero, cuando ven a tantas personas que han anhelado que Dios aparezca reconocer a partir de las palabras de Dios Todopoderoso que Él es, sin duda, el Señor Jesús regresado y entonces se presentan ante Él una tras otra, estos pastores y ancianos del mundo religioso tienen miedo de que los creyentes sigan a Dios Todopoderoso y entonces dejen de seguirles o idolatrarles a ellos. A fin de mantener su propia posición y sustento, fingen “proteger el verdadero camino y cuidar del rebaño”, mientras que condenan deliberadamente la aparición y la obra de Dios Todopoderoso e impiden que los creyentes investiguen el verdadero camino. El mundo religioso ha condenado la aparición y la obra de ambas encarnaciones de Dios, lo que nos demuestra que es tan oscuro y malvado que incluso se opone a Dios. Por tanto, es inevitable que las fuerzas de Satanás condenen y persigan a Dios cuando Él viene a este mundo malvado a hacer Su obra.

De modo que, cuando investigamos el verdadero camino, ¿qué actitud debemos adoptar cuando nos enfrentemos a la condena y resistencia de los líderes del mundo religioso? Si recordamos a Pedro, Juan y los demás discípulos en los comienzos, no creyeron a ciegas las mentiras de los líderes religiosos que condenaban al Señor Jesús, sino que trataron de escuchan con humildad la voz del Señor. Cuando reconocieron que las palabras del Señor Jesús eran la verdad, la voz de Dios, pudieron abandonar sus nociones y seguir al Señor, y en última instancia recibieron la salvación del Señor. Tal y como dijo el Señor Jesús: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Si deseamos saber si el Relámpago Oriental es el camino verdadero, debemos investigar la obra de Dios Todopoderoso y leer las palabras que Él expresó. Esta es la única manera de llegar a la verdad del asunto. Si creemos a ciegas lo que los pastores y ancianos dicen, entonces es probable que sigamos las huellas de los judíos comunes de los días de Jesús, quienes siguieron a los fariseos, se resistieron y rechazaron al Señor Jesús, perdieron la oportunidad de investigar el camino verdadero y fueron incapaces de recibir el regreso del Señor para siempre.



¿Cómo podemos estar seguros de que el Relámpago Oriental es el camino verdadero?

¿Cómo podemos entonces estar seguros de que el Relámpago Oriental es el camino verdadero? Vamos a leer las palabras de Dios Todopoderoso. Dios Todopoderoso dice: “¿Cuál es el principio más fundamental en la búsqueda del camino verdadero? Debes ver si existe o no la obra del Espíritu Santo en este camino, si estas palabras son la expresión de la verdad, a quién han sido testificadas y lo que pueden traerte. Distinguir entre el camino verdadero y el falso requiere de varios aspectos de los conocimientos fundamentales, el más fundamental de los cuales es decir si existe o no la obra del Espíritu Santo. Porque la esencia de la creencia del hombre en Dios es la creencia en el Espíritu de Dios, e incluso su creencia en Dios encarnado se debe a que esta carne es la personificación del Espíritu de Dios, lo que significa que tal creencia sigue siendo la creencia en el Espíritu. Existen diferencias entre el Espíritu y la carne, pero debido a que esta carne proviene del Espíritu, y es la Palabra hecha carne, entonces en lo que el hombre cree sigue siendo la esencia inherente de Dios. Y, por ende, al diferenciar si este es o no el camino verdadero, por sobre todo se tiene que observar si es o no la obra del Espíritu Santo, después de lo cual se debe ver si existe o no la verdad en este camino. Esta verdad es el carácter de vida de la humanidad normal, es decir, lo que fue requerido del hombre cuando Dios lo creó en el principio, a saber: toda la humanidad normal (incluyendo el sentido humano, la percepción, la sabiduría y el conocimiento básico de ser hombre). Es decir, se necesita analizar si este camino puede llevar o no al hombre a una vida de humanidad normal, si la verdad dicha es o no requerida de acuerdo con la realidad de la humanidad normal, si esta verdad es o no práctica y real, y si es o no la más oportuna. Si existe verdad en ello, entonces será capaz de llevar al hombre a experiencias normales y prácticas; el hombre, por otra parte, se hace cada vez más normal, el sentido humano del hombre se vuelve cada vez más completo, la vida del hombre en la carne y la vida espiritual se vuelven cada vez más ordenadas, y las emociones del hombre se hacen cada vez más normales. Este es el segundo principio. Hay otro principio, que se refiere a si el hombre tiene o no un conocimiento cada vez mayor de Dios, si el que experimente este tipo de obra y verdad puede inspirar el amor por Dios en él y acercarlo cada vez más a Dios. En esto se puede medir si este es o no el camino verdadero” (‘Sólo los que conocen a Dios y Su obra pueden satisfacer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Las palabras de Dios afirman de manera muy clara que hay tres principios fundamentales para distinguir entre el camino verdadero y el camino falso. En primero lugar, hay que ver si el camino tiene la obra del Espíritu Santo. Dios es Espíritu y, aunque Dios obra en la carne, Su esencia sigue siendo la de Su Espíritu. Por tanto, la obra de Dios debe ir codo con codo con la obra del Espíritu Santo. En segundo lugar, hay que ver si el camino tiene la verdad. Todos sabemos que solo la palabra de Dios es la verdad; esta se puede convertir en nuestra vida misma, es el principio que rige nuestro comportamiento, nuestra conducta y nuestra adoración a Dios y puede permitirnos recuperar la humanidad normal. En tercer lugar, hay que ver si el camino puede permitir a la gente poseer un conocimiento de Dios cada vez mayor. Como es Dios mismo quien hace Su obra, como todo lo que revela es lo que tiene y es, y como siempre que aparece y obra para salvar al hombre le explica Su voluntad y lo que requiere, cuanto más leemos las palabras de Dios y cuanto más experimentemos Su obra, mayor es nuestra fe en Dios y nuestro conocimiento de Dios.

Por ejemplo, cuando el Señor Jesús vino a hacer Su obra, otorgó gracia abundante al hombre, sanó a los enfermos, expulsó demonios y trajo el camino del arrepentimiento a la humanidad. Le enseñó al hombre a confesar y arrepentirse, amar a su prójimo como a sí mismo, cargar con su cruz, ser paciente y tolerante, perdonar a los demás setenta veces siete, amar a Dios con todo su corazón y mente, etc. Estas enseñanzas del Señor Jesús eran palabras que ningún ser humano podría haber dicho. Antes de que el Señor Jesús viniese y expresase la verdad, los que vivían bajo a ley solo sabían cómo vivir. No tenían ni idea de las verdades de cómo amar y perdonar a los demás. Pero, al seguir al Señor y practicar Sus enseñanzas, vieron que la palabra del Señor Jesús era la verdad y que podía mostrar la senda de práctica a la gente de aquella época. Así, también llegaron a entender, a través de la obra del Señor Jesús, que el carácter de Dios está repleto de misericordia y compasión y estuvieron dispuestos a volver al Señor. A pesar de que la obra del Señor Jesús de aquella época se enfrentaba constantemente a la condena, resistencia y persecución de los sacerdotes principales, escribas y fariseos, el número de seguidores del Señor Jesús aumentó aun más. Al final, estos líderes religiosos se aliaron a las autoridades romanas para crucificar al Señor Jesús, con la convicción de que así abolirían Su obra. No obstante, aquellos que creyeron en Dios sinceramente averiguaron a través de Su obra y palabras que Su obra venía de Dios y por eso le siguieron con un corazón rebosante de fe y difundieron el evangelio del Señor, aunque las autoridades romanas y el mundo religioso de entonces los persiguiera. El Evangelio del Señor Jesús ha llegado a los rincones recónditos del universo y a los confines de la tierra en la actualidad. Es imparable. El fruto de las palabras y la obra del Señor Jesús nos muestra que Su obra vino de Dios y que es el verdadero camino.

Asimismo, si queremos confirmar si la obra de Dios Todopoderoso es el camino verdadero o no, podemos ver si la verdad está expresada en ella, si tiene la obra del Espíritu Santo y si concede a la gente un mayor conocimiento de Dios. Dios Todopoderoso ha venido en los últimos días y ha expresado todas las verdades que permiten al hombre obtener la purificación y la salvación completa sobre los cimientos de la obra de redención del Señor Jesús. Él da el paso de la obra para juzgar y purificar al hombre y nos salva de una vida llena de sufrimiento atrapada en el ciclo de pecar y arrepentirse. Dios Todopoderoso dice: “Cuando Dios se hace carne esta vez, Su obra es expresar Su carácter, principalmente por medio del castigo y el juicio. Usando esto como el fundamento, trae más verdad al hombre, muestra más formas de práctica, y por tanto logra Su objetivo de conquistar al hombre y salvarlo de su carácter corrupto. Esto es lo que hay detrás de la obra de Dios en la Era del Reino” (‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”). “Por medio de esta obra de juicio y castigo, el hombre llegará a conocer plenamente la esencia inmunda y corrupta de su interior, y podrá cambiar completamente y ser purificado. Sólo de esta forma puede ser el hombre digno de regresar delante del trono de Dios. Toda la obra realizada este día es con el fin de que el hombre pueda ser purificado y cambiado; por medio del juicio y el castigo por la palabra, así como del refinamiento, el hombre puede desechar su corrupción y ser hecho puro. En lugar de considerar que esta etapa de la obra es la de la salvación, sería más apropiado decir que es la obra de purificación” (‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”). Las palabras de Dios Todopoderoso nos hablan de tales verdades como el misterio del plan de gestión de Dios de seis mil años, el resultado y destino futuros de la humanidad, el significado de ser arrebatado, cómo distinguir al verdadero Cristo de los falsos cristos, la verdad de la corrupción de la humanidad por parte de Satanás, cómo librarse de la prisión del pecado y cómo temer a Dios y apartarse del mal. Dios ha expresado todas estas verdades según nuestras necesidades; son verdades mayores que las de la Era de la Gracia. No solo nos hablan de los misterios de Su obra de gestión, sino que también revelan nuestras actitudes satánicas, como la arrogancia, la malicia, el egoísmo, el engaño y la perversidad. Al someternos al juicio y castigo de las palabras de Dios, vemos cómo Dios detesta la corrupción del hombre, percibimos el carácter justo y santo de Dios que no tolera ofensa alguna y surge en nuestro corazón el temor de Dios. Entonces dejamos de atrevernos a cometer pecados y oponernos a Dios fácilmente, estamos dispuestos a abandonar nuestra carne y practicar la verdad, y poco a poco empezamos a vivir con cierta apariencia de humanidad. Asimismo, llegamos a apreciar que, sin el juicio y castigo de Dios, nunca podríamos conocer las actitudes satánicas que se encuentran arraigadas en la profundidad de nuestro ser. Solo podríamos ser como los de la religión, atrapados eternamente en el ciclo de pecar y confesar. Aunque creyésemos en Dios hasta el final, aun así, no podríamos obtener la salvación completa de Dios. Al experimentar la obra del juicio de Dios en los últimos días, vemos que el carácter de Dios no solo se caracteriza por su misericordia y amor, sino que aun más por su justicia y majestuosidad. No tolera ofensa alguna. Aunque el carácter de Dios contenga misericordia y amor o justicia y majestuosidad, siempre alberga el gran amor de salvación de Dios por el hombre.

Además, si es la obra de Dios o el camino verdadero, posee la obra del Espíritu Santo y este la apoya, por lo que ningún enemigo puede obstruir la obra de Dios. Desde que Dios Todopoderoso apareció y empezó a obrar en China en 1991, el gobierno chino y el mundo religioso no han dejado de oponerse y perseguir a la Iglesia de Dios Todopoderoso. A pesar de ello, estas fuerzas enemigas no han estorbado al evangelio del reino de Dios de ningún modo, sino que este se ha propagado por todo la China continental y por muchas otras naciones del mundo en unos escasos veinte años aproximadamente. El libro de las palabras de Dios Todopoderoso, La Palabra manifestada en carne, está disponible en Internet desde hace tiempo en más de veinte idiomas y se ha predicado y testificado abiertamente a toda la humanidad. En Internet se han publicado películas, espectáculos de baile, sketches y diálogos cómicos que dan testimonio de la obra de Dios en los últimos días, así como testimonios de vivencias de hermanos y hermanas que se han sometido al juicio y castigo de las palabras de Dios y han experimentado la purificación y transformación de su carácter corrupto. Muchos de los verdaderos creyentes que anhelan la aparición de Dios han escuchado Su voz y han visto estos testimonios de vivencias. La luz ha entrado en su vida. Han llegado a la certeza de que las palabras expresadas por Dios Todopoderoso son las declaraciones del Espíritu Santo a las iglesias, que Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús y que el Relámpago Oriental es el camino verdadero. Uno tras otro, han venido bajo el nombre de Dios Todopoderoso. En la actualidad, se han establecido iglesias de la IDT en muchos países del mundo y esto cumple por completo la siguiente profecía del Señor Jesús: “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:27).

Hermanos y hermanas, el fruto de la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días nos da la certeza de que el Relámpago Oriental tiene la obra del Espíritu Santo y la expresión de la verdad, y al experimentar la obra de Dios, nuestro conocimiento de Dios seguirá aumentando. El Relámpago Oriental es el camino verdadero, la aparición y obra del Señor Jesús regresado. El que podamos o no seguir las huellas del Cordero y que Dios nos bendiga dependerá de nuestra propia elección. Dios Todopoderoso dice: “La obra de Dios es como las olas que crecen con fuerza. Nadie puede detenerlo, y nadie puede parar Sus pasos. Sólo aquellos que escuchan Sus palabras con atención, y que lo buscan y tienen sed de Él, pueden seguir Sus huellas y recibir Su promesa. Aquellos que no, sufrirán un desastre abrumador y un castigo merecido” (‘Dios preside el destino de toda la humanidad’ en “La Palabra manifestada en carne”). “No debéis condenar ciegamente las palabras expresadas por Dios debido a la aparición de falsos Cristos durante los últimos días ni ser personas que blasfeman contra el Espíritu Santo, porque teméis al engaño. ¿No sería esto una gran lástima? Si, después de mucho examen, sigues creyendo que estas palabras no son la verdad, no son el camino ni la expresión de Dios, entonces serás castigado en última instancia y te quedarás sin bendiciones. Si no puedes aceptar esa verdad hablada de forma tan llana y clara, ¿no eres indigno entonces de la salvación de Dios? ¿No eres alguien sin la fortuna suficiente como para regresar ante el trono de Dios? ¡Piensa en ello! No seas imprudente e impetuoso, y no trates la creencia en Dios como un juego. Piensa en el bien de tu destino, en el bien de tus perspectivas, en el bien de tu vida, y no juegues contigo mismo. ¿Puedes aceptar estas palabras?” (‘En el momento que contemples el cuerpo espiritual de Jesús, Dios ya habrá vuelto a crear el cielo y la tierra’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

¿Qué es el arrepentimiento sincero? ¿Únicamente orar a Dios y admitir los propios pecados?

¿Qué es el arrepentimiento sincero? ¿Únicamente orar a Dios y admitir los propios pecados?

Las palabras relevantes de Dios:

Toda persona, en mayor o menor medida, ha cometido transgresiones. Cuando no sabes que algo es una transgresión, lo consideras con cierta confusión en tu mente o, tal vez, continúas aferrándote a tus propias opiniones, prácticas y formas de comprensión, pero, un día, ya sea a través de hablar con tus hermanos y hermanas o por una revelación de Dios, te das cuenta de que es una transgresión, una ofensa contra Dios. ¿Qué actitud vas a tener, entonces? ¿Seguirás firme, razonando y discutiendo, aferrándote a tus propias ideas, creyendo que lo que estás haciendo es conforme a la verdad? Esto incluye tu actitud hacia Dios. ¿Qué actitud tuvo David con respecto a sus transgresiones? (Remordimiento). Remordimiento: ya no volvería a cometerlas. Entonces, ¿qué hizo? Oró pidiéndole a Dios que lo castigara: “¡Si vuelvo a cometer este error, que Dios me castigue y haga que me muera!”. Esa fue su decisión; era verdadero remordimiento. ¿Puede la gente común lograr esto? En el caso de las personas comunes, está bien si no tratan de discutir o admiten tácitamente su responsabilidad, pero, en su corazón, todavía piensan: “Espero que nadie vuelva a mencionar esto. Me sentiría humillado”. ¿Es esto verdadero remordimiento? Para arrepentirte de verdad, debes descartar el mal que hayas hecho en el pasado, dejarlo y no volver a hacerlo. Bueno, ¿qué se debe hacer entonces? ¿Servirá solo descartar el mal, no hacerlo y no pensar en ello? ¿Cuál es tu actitud hacia Dios? ¿Cómo tomarás el hecho de que Dios te exponga? (Aceptaremos el castigo de Dios). Aceptar el castigo de Dios, Su juicio y Su castigo, es una parte. La otra es aceptar el escrutinio de Dios mientras aceptas Su castigo. Cuando hayas aceptado ambas partes, ¿cuál será tu determinación? Cuando te encuentres con circunstancias y asuntos de ese tipo en el futuro, ¿qué harás? Sin verdadero remordimiento, uno no puede descartar un mal, y, en cualquier lugar, en cualquier momento, podría volver a lo mismo de siempre, a hacer el mismo mal, a cometer la misma transgresión y el mismo error una y otra vez. ¿No es esta la actitud que uno tiene hacia la verdad? Esto revela la actitud del hombre hacia la verdad y hacia Dios. Entonces, ¿qué puede hacer alguien para desechar por completo una transgresión? ¿Practicar la verdad? Uno debe tener la actitud correcta hacia la verdad. ¿Y qué actitud debe tener alguien y cómo debe practicar para demostrar su actitud correcta hacia la verdad? ¿Qué harás si caes en la tentación cuando te encuentres con este problema nuevamente? Una palabra: “¡Alejarte!”. Al mismo tiempo, uno debe tomar la determinación de ser castigado por Dios si vuelve a cometer el mismo tipo de error. Hacerlo es odiar el problema desde el fondo del corazón, verlo como lo más abominable; como algo malo, algo que ofende a Dios, una mancha eterna. La Biblia dice: “El prudente ve el mal y se esconde, mas los simples siguen adelante y son castigados” (Proverbios 22:3). Eso no es simplicidad; es estupidez, lisa y llanamente. “Alejarte”: ¿cómo es como forma de práctica? (Es buena). Sin embargo, ¿acaso no hay ocasiones en las que uno no puede mantenerse alejado? ¿Qué vas a hacer, entonces? Debes orar a Dios con fervor en tu corazón y pedirle que disponga las cosas. Algunas pruebas también son tentaciones. ¿Por qué permite Dios que te sucedan tales cosas? No ocurren por casualidad; es Dios que te hace exigencias y te pone a prueba. Si no aceptas la prueba de Dios y tratas de ignorarla, ¿no revela esto tu actitud hacia Él? Que le des la espalda a las circunstancias que Dios dispone para ti y a las pruebas que pone en tu camino, ¿no habla de la actitud del hombre hacia Dios, así como que tengas una actitud impertinente, y que no ores ni busques ni intentes encontrar en esas circunstancias y pruebas la senda de práctica? Hay quienes dicen: “No he tenido esos pensamientos y no tengo esa intención”. Si no tienes intención, ¿cuál es tu actitud hacia Dios? Algunas actitudes son deliberadas e intencionadas, mientras que otras, no. ¿Cuál es la tuya? ¿Alguien que es impertinente y no toma a Dios en serio es alguien que ama la verdad? Está establecido que quien trata a la verdad y a Dios como juegos de niños, como aire vacío, no es alguien que ama la verdad.

Extracto de La comunión de Dios

¿Cómo se puede medir si alguien ama la verdad o no? Fíjate en lo que viven normalmente, si hacen lo que dicen, si sus palabras coinciden con sus acciones. Si no es así, si lo que dicen suena bien y hablan muy claramente, pero son incapaces de reconocer que revelan algún carácter corrupto cuando más adelante les sucede algo, entonces son personas que no aman la verdad. Puede que sean conscientes, por ejemplo, de que son astutos y calculadores, y puede que sean capaces de notar cuando otros están siendo astutos. Pero cuando, después de decir que son astutos, se encuentran de nuevo con el mismo problema, obsérvalos y fíjate en si son capaces de abandonar tal comportamiento, si se arrepienten, si tienen un sentimiento reprobatorio en sus corazones después de lo que hicieron, y si tienen un sentimiento de vergüenza. Si no sienten vergüenza, entonces el reconocimiento de su propio engaño es despreocupado y superficial, no es genuino. Por el contrario, creen que no son los más astutos, que todos los demás lo son más que ellos, así que no importa si dicen que son astutos. Eso es lo que piensan en su interior. Entonces, ¿cómo se puede discernir si alguien ama la verdad, si busca realmente la verdad? Observa si hay algún cambio en ellos. Si después de revelar y reconocer su propia astucia, continúan como siempre; si solo hacen referencia de pasada a su propia astucia, como si estuvieran contando un chiste o simplemente soltando algunas frases tipo; si no revelan su astucia con una actitud de repugnancia y odio, o con una actitud de arrepentimiento y reconocimiento que proviene de lo más profundo de su corazón, sino que solo se abren superficialmente, entonces no son alguien que busque auténticamente la verdad. Algunas personas solo van en piloto automático en su autoconocimiento: “Todo el mundo dice que son astutas, así que yo también lo diré; será incómodo si no lo hago”. Lo dicen alegremente, como si estuvieran apuntándose un tanto a su favor. Eso es actuar con el piloto automático. Entonces, ¿existe alguna deuda en este conocimiento que proviene de actuar en piloto automático? No la hay. No importa cómo reconozcan su propio engaño y su carácter corrupto, no es un reconocimiento verdadero. ¿Y por qué digo que no es un reconocimiento verdadero? La suya no es una verdadera revelación y un desprecio hacia sí mismos que provenga de lo más profundo de su corazón. No sienten odio, no se sienten en deuda cuando hacen algo malo; no se sienten en deuda cuando tratan de engañar a Dios o blasfeman o se rebelan contra Él, ni tampoco cuando engañan a otras personas. Si no se sienten en deuda, ¿son capaces de arrepentirse? ¿Y puede la gente sin remordimientos arrepentirse? ¿Pueden revertirse las personas que no se arrepienten y rechazar los intereses de la carne para practicar la verdad? No pueden… esto es un asunto del corazón. En su interior, algunas personas se conocen de verdad y se arrepienten. Aunque no lo digan en alto, se avergüenzan, sienten que han mentido y no se atreven a decírselo a los demás; en sus corazones, saben que son astutos y malvados, que no son personas íntegras, que son completamente falsos y astutos, que están engañando a los hermanos y hermanas y a Dios. En sus corazones se odian a sí mismos, y luego se arrepienten. Aunque todos tienen la misma esencia-naturaleza, una vez descubren su propia ignominia se sienten deshonrados, reconocen que todo lo que Dios revela es correcto, y comienzan a aceptar el juicio y el castigo. Sienten un verdadero remordimiento en lo más profundo de sus corazones. Esta es la verdadera percepción y conocimiento. Aquellos que carecen de verdadera percepción, mientras tanto, también son capaces de repetir ciertas formalidades, como si estuvieran contando un chiste o cantando una canción infantil; son solo muletillas. Sus engaños traen lágrimas a los ojos de la gente, pero no significan nada para ellos. ¿Hay mucha gente así? (Sí). La gente como esta es la más engañosa de todas.

Extracto de ‘Sólo cuando te conoces a ti mismo puedes buscar la verdad’ en “Registros de las pláticas de Cristo”

El arrepentimiento del rey de Nínive se gana el elogio de Jehová Dios

Cuando el rey de Nínive oyó estas noticias, se levantó de su trono, se quitó su túnica, se vistió de cilicio y se sentó sobre cenizas. Después proclamó que no se permitiría comer nada a nadie en la ciudad, y que ni a los corderos, los bueyes o cualquier otra cabeza de ganado se le permitiría pastar o beber agua. Los hombres y el ganado por igual debían vestir de cilicio, y las personas harían fervientes ruegos a Dios. El rey también proclamó que cada uno de ellos se volviese de sus caminos malvados y abandonase la violencia en sus manos. A juzgar por esta serie de acciones, el rey de Nínive albergaba un arrepentimiento sincero en su corazón. Esta serie de acciones que llevó a cabo —levantarse de su trono, quitarse su túnica de rey, vestir de cilicio y sentarse sobre cenizas— le revelan a la gente que el rey de Nínive estaba dejando de lado su estatus real y vestía de cilicio junto al pueblo llano. Es decir, el rey de Nínive no ocupaba su puesto real para continuar con su camino malvado o la violencia en sus manos después de oír el anuncio de Jehová Dios; en su lugar, dejó de lado la autoridad que ostentaba y se arrepintió delante de Jehová Dios. En este momento, el rey de Nínive no se estaba arrepintiendo como un rey; había venido delante de Dios para arrepentirse y confesar sus pecados como un súbdito ordinario de Dios. Además, también dijo a toda la ciudad que se arrepintiese y confesase sus pecados delante de Dios de la misma forma que había hecho él; adicionalmente, tenía un plan específico en cuanto a cómo hacerlo, como se ve en las Escrituras: “Que ningún hombre ni bestia, manada o bandada, coman nada, ni siquiera que beban agua. […] y que clamen con todas sus fuerzas a Dios; que todos se arrepientan de sus caminos de maldad y se despojen de toda la violencia de sus manos”.* Como gobernador de la ciudad, el rey de Nínive poseía un estatus y un poder supremo y podía hacer cualquier cosa que desease. Cuando se enfrentó al anuncio de Jehová Dios, podía haber ignorado el asunto o simplemente haberse arrepentido y confesado sus pecados él solo; en cuanto a si el pueblo de la ciudad decidía o no arrepentirse, podía haber ignorado por completo el asunto. Sin embargo, el rey de Nínive no hizo esto en absoluto. No solo se levantó de su trono, se vistió de cilicio y cenizas, se arrepintió y confesó sus pecados delante de Jehová Dios, sino que también ordenó que todas las personas y el ganado de la ciudad hiciesen lo mismo. Incluso ordenó a las personas “clamar con todas sus fuerzas a Dios”. A través de esta serie de acciones, el rey de Nínive cumplió verdaderamente con su deber. Su serie de actos resulta difícil de realizar para cualquier rey en la historia humana y, de hecho, ningún otro rey logró tales cosas. Estas acciones pueden definirse como sin precedentes en la historia humana y son dignas de ser tanto conmemoradas como imitadas por la humanidad. Desde los albores del hombre, cada rey había llevado a sus súbditos a resistirse y oponerse a Dios. Nadie había guiado nunca a sus súbditos a rogar a Dios en busca de redención por su maldad, a recibir el perdón de Jehová Dios y evitar el castigo inminente. Sin embargo, el rey de Nínive fue capaz de llevar a sus súbditos a volverse a Dios, dejar atrás sus respectivos caminos malvados y abandonar la violencia en sus manos. Además, también fue capaz de dejar de lado su trono y, en respuesta, Jehová Dios cambió de idea, sintió arrepentimiento, se retractó de Su ira, permitiendo que las personas de la ciudad sobreviviesen, guardándolas de la destrucción. Las acciones del rey sólo pueden calificarse como un milagro raro en la historia humana e incluso como un ejemplo modélico de humanidad corrupta, al arrepentirse y confesar sus pecados delante de Dios.

Extracto de ‘Dios mismo, el único II’ en “La Palabra manifestada en carne”

El arrepentimiento verdadero en los corazones de los ninivitas obtiene para ellos la misericordia de Dios y cambia su propio fin

¿Había alguna contradicción entre el cambio de opinión de Dios y Su ira? ¡Por supuesto que no! Esto es porque la tolerancia de Dios en ese momento en particular tenía su razón. ¿Qué razón podía ser? Es la que se da en la Biblia: “todos se arrepintieron de su propio camino de maldad” y “se despojaron de toda la violencia de sus manos”.

Este “camino de maldad” no se refiere a un puñado de actos malvados, sino a la fuente de mal de la que emana el comportamiento de las personas. “Arrepentirse de su propio camino de maldad” significa que aquellos en cuestión nunca cometerán estos actos de nuevo. En otras palabras, nunca se comportarán de esa forma malvada de nuevo; el método, la fuente, el propósito, la intención y el principio de sus acciones han cambiado todos; nunca más usarán esos métodos y principios para traer disfrute y felicidad a sus corazones. El “despojarse” en “despojarse de toda la violencia de sus propios manos” significa deponer o desechar, romper totalmente con el pasado y nunca volver atrás. Cuando el pueblo de Nínive abandonó la violencia que había en sus manos, esto demostraba y representaba su arrepentimiento verdadero. Dios observa la apariencia exterior de las personas, así como sus corazones. Cuando Dios observó el arrepentimiento verdadero en los corazones de los ninivitas sin dudarlo y también observó que habían dejado sus caminos malvados y abandonado la violencia que había en sus manos, cambió de opinión. Es decir, la conducta y el comportamiento de estas personas, sus diversas formas de hacer las cosas, así como su verdadera confesión y arrepentimiento de los pecados en su corazón provocaron que Dios cambiase Su opinión, Sus intenciones, se retractase de Su decisión y no los castigase ni destruyese. Así pues, las personas de Nínive consiguieron un fin diferente para ellas. Redimieron sus propias vidas y al mismo tiempo obtuvieron la misericordia y tolerancia de Dios, punto en el cual Dios también replegó Su ira.

Extracto de ‘Dios mismo, el único II’ en “La Palabra manifestada en carne

Fragmentos de sermones y comunicaciones para referencia:

Cuando las personas admiten sus errores y confiesan sus pecados, ¿es eso igual que conocerse a sí mismos? ¿Puede conllevar semejante admisión y confesión un verdadero arrepentimiento? Para las personas que solo admiten el hecho de su pecado pero no conocen sus raíces ni su esencia, a pesar de admitir tal pecado, y por buena que sea su actitud, son incapaces de un verdadero arrepentimiento. Los hechos del mundo religioso lo demuestran: la gente del mundo religioso confiesa con frecuencia sus pecados ante Dios, pero luego vuelven a pecar a menudo, no logran librarse del pecado hasta el momento de la muerte. ¿Por qué razón sucede esto? Se debe a que carecen de un verdadero conocimiento de sí mismos. Han confesado sus pecados, pero no se han arrepentido ni cambiado. Si realmente hubiera existido arrepentimiento y cambio, sus pecados deberían haber sido cada vez menos frecuentes y, en última instancia, no deberían pecar más en su fe en el Señor. Entonces, ¿por qué persisten en el pecado y sus vidas nunca escapan del círculo vicioso de pecar y confesar, confesar y pecar? Esto demuestra que no se han arrepentido verdaderamente. No han cambiado. Así, cuando las personas solo admiten superficialmente sus pecados pero no conocen la esencia de estos, el verdadero arrepentimiento es imposible y no puede producirse un verdadero cambio.

Extracto de “Sermones y enseñanzas sobre la entrada a la vida”

¿Por qué conocerse a sí mismo es una verdadera experiencia de vida? Porque cuanto más se conoce uno a sí mismo, más capaz es de un verdadero arrepentimiento y un cambio real, y solo la experiencia de ser capaz de lograr un verdadero arrepentimiento y conseguir cambios en el carácter vital de uno es la verdadera experiencia de vida. Y así, solo conocerse a sí mismo es la verdadera experiencia de vida. Aquellos creyentes religiosos en el Señor —esa gente que pasa toda su vida esforzándose por el Señor, difundiendo el evangelio y dando testimonio del Señor, pero que aun no conocen su propia esencia corrupta, y simplemente oran al Señor cada día, confesando sus pecados y pidiendo Su perdón—, al final, ¿se arrepentirán de verdad? No. Puede que gran parte de su comportamiento sea bueno, pero aun así a menudo mienten y pecan, lo que demuestra que en realidad no se han arrepentido en absoluto. La profunda corrupción de la humanidad se manifiesta principalmente en sus mentiras, sus intentos de engañar a Dios y su oposición a Él. El verdadero arrepentimiento solo se logra cuando se ha convertido realmente en un niño, cuando no miente ni intenta engañar a Dios, y su corazón es honesto. Entonces, ¿por qué la gente no se arrepiente de verdad ni cambia por mucho que se arrepienta y confiese sus pecados al Señor? Después de experimentar el juicio y castigo de Dios, está claro para nosotros que esto se debe a que la gente carece de conocimiento sobre su esencia-naturaleza; esa es la raíz del problema. Cuando, visto que mienten, se rebelan contra Dios y no practican la verdad, la gente insiste en confesarse a Dios, esto no cuenta como conocerse a sí mismos. Esto no es más que contemplar el hecho de su pecado y admitir que son pecadores; mientras tanto, la esencia y la raíz de su capacidad para cometer estos pecados, las cuestiones esenciales de por qué la gente miente y trata de engañar a Dios, permanecen invisibles para ellos, lo que les impide alcanzar el verdadero conocimiento de sí mismos y el verdadero arrepentimiento. Y así, independientemente de cómo las personas religiosas oren al Señor y confiesen sus pecados, nunca se conocen verdaderamente a sí mismas. El verdadero conocimiento de uno mismo no consiste solo en identificar los pecados que has cometido; lo más importante es tener clara la raíz y la esencia de tus pecados, de dónde proceden estas actitudes corruptas del hombre y cómo deben abordarse para ser purificado. Si la gente no tiene claras tales cuestiones y se limitan a admitir que han pecado, entonces nada puede resolverse.

Extracto de “Sermones y enseñanzas sobre la entrada a la vida”

Unas citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Palabra de Dios | Debéis entender la obra, ¡no sigáis confundidos!

 Palabra de Dios | Debéis entender la obra, ¡no sigáis confundidos!
En la actualidad hay muchas personas que creen de una manera confusa. Tenéis demasiada curiosidad, demasiados deseos de bendiciones y muy poca aspiración de buscar la vida. La gente de hoy está llena de entusiasmo en su creencia en Jesús. Si les va a devolver al hogar celestial, ¿cómo no van a creer en Él? Algunas personas son creyentes toda su vida, incluso tras haber tenido fe durante cuarenta o cincuenta años; nunca se cansan de leer la Biblia. Esto se debe a que ellos creen[a] que, mientras tengan fe, irán al cielo. Vosotros solo habéis seguido a Dios a lo largo de esta senda durante unos pocos años; sin embargo, ya habéis flaqueado, habéis perdido la resistencia, porque vuestro deseo de ganar bendiciones es demasiado fuerte. Recorréis este camino verdadero, dominados por vuestro deseo de obtener bendición y por la curiosidad. No tenéis mucho entendimiento sobre esta etapa de la obra. Gran parte de lo que estoy diciendo hoy no alude a los que creen en Jesús, ni lo estoy diciendo para contraatacar sus nociones. De hecho, estas nociones que se están exponiendo son las que existen entre vosotros, porque no entendéis por qué se ha hecho a un lado la Biblia, por qué digo que las obras de Jehová y de Jesús se han quedado en el tiempo. Lo cierto es que albergáis muchas nociones a las cuales no habéis dado voz, además de muchos puntos de vista guardados en vuestro corazón, y solo seguís a la multitud. ¿De verdad pensáis que no albergáis muchas nociones? ¡Es sencillamente que no habláis de ellas! La verdad es que solo seguís a Dios de manera superficial, no vais en absoluto a buscar el camino verdadero y no habéis venido con la intención de obtener vida. Vuestra actitud es simplemente la de querer ver lo que pasará. Como no habéis dejado muchas de vuestras viejas nociones, nadie de entre vosotros ha sido capaz de ofrecerse por completo. Una vez llegados a este punto, seguís preocupados por vuestro destino, le dais vueltas a la cabeza día y noche, no sois capaces de dejar de hacerlo. ¿Piensas que cuando hablo de los fariseos me refiero a los “viejos hombres” de la religión? ¿No sois vosotros representantes de los fariseos más avanzados de la era presente? ¿Piensas que cuando menciono a esos que me cotejan con la Biblia, me refiero en exclusiva a esos expertos bíblicos de los círculos religiosos? ¿Piensas que cuando hablo de quienes clavan una vez más a Dios en la cruz estoy aludiendo a los líderes de los círculos religiosos? ¿No sois vosotros los mejores actores para interpretar ese papel? ¿Piensas que todas las palabras que declaro para contraatacar las nociones de las personas son una mera burla de los pastores y de los ancianos de la religión? ¿No habéis tomado parte también en todas estas cosas? ¿Estás convencido de que sólo albergas algunas nociones? Es sólo que ahora todos habéis aprendido a ser muy inteligentes. No habláis de las cosas que no entendéis ni traicionáis vuestros sentimientos sobre ellas, sino que sencillamente no existen en vosotros corazones de reverencia y sumisión. A vuestro modo de ver, estudiar, observar y esperar son vuestra mejor manera de practicar hoy. Habéis aprendido a ser demasiado inteligentes. ¿Sabéis, sin embargo, que esta es una especie de astuta psicología? ¿Pensáis que un momento de astucia por vuestra parte os ayudará a escapar del castigo eterno? ¡Habéis aprendido a ser tan “sabios”! Además, algunas personas me preguntan cosas como esta: “Algún día, cuando las personas de los círculos religiosos me pregunten: ‘¿Por qué no ha realizado tu Dios ni un solo milagro?’, ¿cómo debería explicarlo?”. En estos días, no es algo que solo las personas de los círculos religiosos preguntarían; tampoco tú entiendes la obra actual y cargas con demasiadas nociones previas. ¿Sigues sin saber a quién me refiero cuando menciono a los oficiales religiosos? ¿No sabes para quién explico la Biblia? ¿No sabes para quién hablo cuando ilustro las tres etapas de la obra de Dios? Si no dijera esas cosas, ¿os convenceríais con tanta facilidad? ¿Bajaríais la cabeza tan fácilmente? ¿Os resultaría tan fácil dejar de lado esas viejas nociones vuestras? Especialmente esos “hombres de verdad”, que nunca se han sometido a nadie, ¿se someterían tan fácilmente? Sé que, aunque tenéis una humanidad de bajo nivel y sois de un calibre muy bajo, tenéis un cerebro poco desarrollado y no tenéis una muy larga historia de creencia en Dios, en realidad poseéis muchas nociones y vuestra naturaleza inherente es no someteros a nadie a la ligera. Sin embargo, hoy sois capaces de someteros, porque se os obliga y porque estáis indefensos; sois tigres en una jaula de hierro, incapaces de dar rienda suelta a vuestras habilidades. Os sería difícil volar aunque tuvierais alas. Aunque no se os dan bendiciones, estáis dispuestos a seguir. Sin embargo, este no es vuestro temple de “hombres buenos”, más bien muestra que os han derribado por completo y estáis desesperados. Toda esta obra os ha derribado. Si fuerais capaces de alcanzar alguna cosa, no seríais tan obedientes como hoy porque, antes, todos erais asnos salvajes del desierto. De modo que lo que se ha dicho hoy no solo va dirigido a personas de diversas religiones y denominaciones, ni tampoco es un mero contraataque a sus nociones; lo que se ha dicho es para contraatacar vuestras nociones.

El juicio de justicia ha comenzado. ¿Seguirá sirviendo Dios de ofrenda por el pecado de las personas? ¿Hará Él una vez más el papel de gran doctor? ¿No tiene Dios una autoridad mayor que esta? Ya ha hecho completas a un grupo de personas y las ha arrebatado ante el trono. ¿Expulsará todavía demonios y curará a los enfermos? ¿No es esto demasiado anticuado? ¿Será posible el testimonio si se continúa así? ¿Haber clavado a Dios en la cruz una vez hace que Dios esté crucificado para siempre? ¿Puede Dios expulsar demonios una vez y seguir haciéndolo eternamente? ¿No cuenta esto como humillación? Solo cuando esta etapa de la obra sea más noble que la anterior, la era progresará en su desarrollo, y entonces los días finales estarán a nuestro alcance y será el momento del fin de esta era. Las personas que buscan la verdad deben prestar atención y profundizar en las visiones. Este es el fundamento. Cada vez que me comunico con vosotros sobre visiones, siempre veo gente que da cabezadas o a la que se les caen los párpados, no quieren escuchar. Otros preguntan: “¿Por qué no estás escuchando?”. Responden: “Esto no ayuda a mi vida ni a mi entrada en la realidad. Lo que queremos son sendas de práctica”. Cuando Yo hablo de la obra en lugar de las sendas de práctica, dicen: “En cuanto te pones a hablar de la obra, empiezo a quedarme dormido”. Cuando comienzo a hablar de las sendas de la práctica, empiezan a tomar notas, y cuando vuelvo a explicar la obra, dejan de escuchar de nuevo. ¿Sabéis con qué necesitáis estar equipados ahora mismo? Un aspecto de ello involucra las visiones respecto a la obra, y el otro es tu práctica: debes comprender ambos aspectos. Si no tienes visiones en tu búsqueda para progresar en la vida, no tendrás fundamento. Si solo tienes sendas de práctica, sin la menor visión ni entendimiento de la obra del plan de gestión completa, entonces no sirves para nada. Debes entender las verdades que involucran visiones y, en cuanto a las verdades relacionadas con la práctica, necesitas encontrar sendas de práctica apropiadas una vez las hayas entendido; necesitas practicar según las palabras y entrar según tus condiciones. Las visiones son el fundamento, y si no prestas atención a este hecho, no podrás seguir hasta el final; experimentando de esa manera te extraviarás o caerás y fracasarás. ¡No habrá manera de que tengas éxito! Las personas que no tengan grandes visiones como fundamento solo fracasan; no pueden tener éxito. ¡No puedes mantenerte firme! ¿Sabes qué involucra creer en Dios? ¿Sabes lo que significa seguir a Dios? Sin visiones, ¿por qué senda caminarías? En la obra de hoy, si no tienes visiones no serás capaz de ser hecho completo en absoluto. ¿En quién crees? ¿Por qué crees en Él? ¿Por qué lo sigues? ¿Ves tu fe como si fuese un juego? ¿Estás manejando tu vida como una especie de juguete? El Dios de hoy es la mayor visión. ¿Cuánto conoces de Él? ¿Cuánto has visto de Él? Al ver al Dios de hoy, ¿es sólido el fundamento de tu creencia en Dios? ¿Piensas que mientras sigas de esta forma confusa alcanzarás la salvación? ¿Piensas que puedes pescar en agua turbia? ¿Es así de simple? ¿Cuántas de tus nociones respecto a lo que está declarando Dios hoy has dejado de lado? ¿Tienes una visión del Dios de hoy? ¿Dónde reside tu entendimiento del Dios de hoy? Siempre crees que puedes obtenerlo solo con seguirlo o con verlo[b], y que nadie será capaz de deshacerse de ti. No asumas que seguir a Dios es un asunto tan fácil. La clave es que debes conocerlo, conocer Su obra y tener la determinación de soportar el sufrimiento por Él, de sacrificar tu vida por Él, y de que Él te perfeccione. Esta es la visión que deberías tener. ¡No servirá que estés siempre pensando en disfrutar de la gracia! No supongas que Dios está ahí simplemente para el disfrute de las personas y para concederles la gracia. ¡Te estarías equivocando! Si uno no puede arriesgar su vida ni abandonar toda posesión mundana para seguirlo, ¡desde luego no será capaz de seguir hasta el final! Debes tener visiones como fundamento. Si un día te golpea la desgracia, ¿qué deberías hacer? ¿Todavía serías capaz de seguirlo? No respondas a la ligera si serías capaz de seguir hasta el final. Más vale que primero abras bien los ojos para ver cuál es ahora el momento presente. Aunque ahora podáis ser como columnas del templo, llegará un tiempo en el que los gusanos las carcomerán todas y harán que el templo se derrumbe, porque en la actualidad son muchas las visiones de las que carecéis. Solo prestáis atención a vuestros propios pequeños mundos y no conocéis la forma de búsqueda más fiable y adecuada. No prestáis atención a la visión de la obra de hoy ni guardáis estas cosas en vuestro corazón. ¿Habéis acaso considerado que, un día, vuestro Dios os pondrá en un lugar muy poco familiar? ¿Podéis imaginar lo que será de vosotros cuando, un día, os lo arrebate todo? ¿Tendríais entonces la misma energía que ahora? ¿Reaparecería vuestra fe? Al seguir a Dios debéis conocer esta mayor visión que es “Dios”: Este es el asunto más importante. Tampoco penséis que por apartaros de la compañía de hombres mundanos para ser santificados pertenecéis necesariamente a la familia de Dios. En estos días, es Dios Mismo el que está obrando en medio de la creación. Es Él quien ha venido en medio de las personas a llevar a cabo Su propia obra, no a realizar campañas. No hay entre vosotros ni unos pocos que sean capaces de saber que la obra de hoy es la obra del Dios en el cielo hecho carne. No se trata de hacer de vosotros excepcionales personas de talento, se trata de ayudaros a conocer el significado de la vida humana y el destino de los seres humanos; de conocer a Dios y Su totalidad. Deberías saber que eres un objeto de la creación en manos del Creador. ¿Qué deberías entender, qué deberías hacer y cómo deberías seguir a Dios? ¿No son estas las verdades que deberías comprender? ¿No son las visiones que deberías tener?

Cuando una persona ha tenido visiones tiene un fundamento. Cuando practiques con este fundamento por base, será mucho más fácil entrar. En sí, no tendrás recelos una vez que tengas un fundamento para entrar y te será muy fácil hacerlo. Este aspecto de entender visiones y de entender la obra de Dios es crucial. Debéis tenerlo en vuestro arsenal. Si no estás provisto de este aspecto de la verdad, y solo sabes hablar acerca de las sendas de la práctica, entonces serás gravemente defectuoso. He descubierto que muchos de vosotros no hacéis hincapié en este aspecto de la verdad y cuando la escucháis parece que solo oyerais palabras doctrinales. Un día saldrás perdiendo. Hay algunas declaraciones estos días que no entiendes del todo y no aceptas; en tales casos deberías buscar pacientemente y llegará el día en que entiendas. Equípate poco a poco con más visiones. Aunque solo entiendas algunas doctrinas espirituales, eso es todavía mejor que no prestarles atención a las visiones y no entender ninguna en absoluto. Todo esto es útil para tu entrada y disipará tus dudas. Esto es mejor que estar lleno de nociones. Estarás mejor si tienes estas visiones como fundamento. No tendrás recelos de ningún tipo y serás capaz de entrar con audacia y confianza. ¿Por qué molestarse siempre en seguir a Dios entre confusión y dudas? ¿No es eso lo mismo que enterrar la cabeza en la arena? ¡Qué bonito sería entrar en el reino pavoneándose y con arrogancia! ¿Por qué estar tan lleno de dudas? ¿Acaso no te estás obligando a pasar por un completo infierno? Cuando hayas ganado un entendimiento de la obra de Jehová, de la de Jesús, y de esta etapa de la obra, tendrás un fundamento. De momento, puedes imaginar que es muy simple. Algunas personas afirman: “Cuando llegue el tiempo y el Espíritu Santo comience la gran obra, podré hablar de todas estas cosas. El hecho de que yo ahora mismo no entienda, se debe realmente a que el Espíritu Santo no me ha esclarecido tanto”. No es tan fácil; no es que estás dispuesto a aceptar la verdad[c] ahora y luego la usas de manera magistral cuando llega el momento. ¡No tiene por qué ser así! Crees que estás muy bien equipado ahora y para ti no sería un problema responder a esas personas religiosas y a los más grandes teóricos e incluso refutarlos. ¿Serías realmente capaz de hacerlo? ¿De qué entendimiento puedes hablar con esa mera experiencia superficial tuya? Equiparte con la verdad, pelear la batalla de la verdad y dar testimonio del nombre de Dios no es lo que tú crees, que todo se cumplirá mientras Dios esté obrando. Para entonces puedes estar desconcertado por alguna pregunta y quedarás atolondrado. La clave es si tienes o no un claro entendimiento de esta etapa de la obra y cuánto sabes realmente. Si no puedes vencer a las fuerzas del enemigo o derrotar a las fuerzas religiosas, ¿no te convertirás entonces en alguien que no sirve para nada? Has experimentado la obra de hoy, la has visto con tus propios ojos y la has oído con tus propios oídos, pero si al final eres incapaz de dar testimonio, ¿todavía te quedará el descaro de seguir viviendo? ¿A quién serías capaz de hacer frente? No imagines que será tan simple como crees. La obra del futuro no será tan simple como la imaginas. Luchar en la guerra de la verdad no es tan fácil ni tan simple. Ahora mismo, necesitas estar equipado con la verdad, si no te equipas con la verdad ahora, cuando llegue el momento y el Espíritu Santo no obre de una forma sobrenatural, estarás perdido.

Notas al pie:

a. El texto original no contiene la frase “ellos creen”.

b. El texto original no contiene la palabra “lo”.

c. El texto original no contiene la frase “la verdad”.